'Dijo' en la Biblia
Aquella noche Dios se apareció a Salomón y le dijo: Pide lo que {quieras que} yo te dé.
Entonces Salomón dijo a Dios: Tú has mostrado gran misericordia con mi padre David, y me has hecho rey en su lugar.
Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto esto estaba en tu corazón, y no has pedido riquezas, ni bienes, ni gloria, ni la vida de los que te odian, ni aun has pedido larga vida, sino que has pedido para ti sabiduría y conocimiento para poder gobernar a mi pueblo sobre el cual te he hecho rey,
Entonces Salomón dijo: El SEÑOR ha dicho que El moraría en la densa nube.
y dijo: Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que habló por su boca a mi padre David y por su mano {lo} ha cumplido, cuando dijo:
Pero el SEÑOR dijo a mi padre David: ``Por cuanto tuviste en tu corazón edificar una casa a mi nombre, bien hiciste en desearlo en tu corazón.
dijo: Oh SEÑOR, Dios de Israel, no hay Dios como tú ni en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y {muestras} misericordia a tus siervos que andan delante de ti con todo su corazón;
Y el SEÑOR se apareció a Salomón de noche y le dijo: He oído tu oración, y he escogido para mí este lugar como casa de sacrificio.
Y Salomón hizo subir a la hija de Faraón de la ciudad de David a la casa que él le había edificado; pues dijo: Mi mujer no habitará en la casa de David, rey de Israel, porque son sagrados los lugares donde el arca del SEÑOR ha entrado.
Entonces dijo al rey: Era verdad lo que había oído en mi tierra acerca de tus palabras y de tu sabiduría.
Entonces él les dijo: Volved otra vez a mí dentro de tres días. Y el pueblo se fue.
Y les dijo: ¿Qué aconsejáis que respondamos a este pueblo que me ha hablado, diciendo: ``Aligera el yugo que tu padre puso sobre nosotros"?
Entonces el profeta Semaías vino a Roboam y a los príncipes de Judá que se habían reunido en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: Así dice el SEÑOR: ``Vosotros me habéis abandonado, por eso también yo os abandono en manos de Sisac."
Entonces Abías se levantó en el monte Zemaraim que está en la región montañosa de Efraín, y dijo: Escuchadme, Jeroboam y todo Israel:
Dijo, pues, a Judá: Edifiquemos estas ciudades y cerquémos{las} de murallas con torres, puertas y barras. La tierra es aún nuestra, porque hemos buscado al SEÑOR nuestro Dios; le hemos buscado, y El nos ha dado tranquilidad por todas partes. Edificaron, pues, y prosperaron.
Entonces Asa invocó al SEÑOR su Dios, y dijo: SEÑOR, no hay nadie más que tú para ayudar {en la batalla} entre el poderoso y los que no tienen fuerza; ayúdanos, oh SEÑOR Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre hemos venido contra esta multitud. Oh SEÑOR, tú eres nuestro Dios; que no prevalezca hombre alguno contra ti.
y salió al encuentro de Asa y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: el SEÑOR estará con vosotros mientras vosotros estéis con El. Y si le buscáis, se dejará encontrar por vosotros; pero si le abandonáis, os abandonará.
En aquel tiempo el vidente Hananí vino a Asa, rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Aram y no te has apoyado en el SEÑOR tu Dios, por eso el ejército del rey de Aram ha escapado de tu mano.
Y Acab, rey de Israel, dijo a Josafat, rey de Judá: ¿Irás conmigo {contra} Ramot de Galaad? Y él le respondió: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo; {estaremos} contigo en la batalla.
Dijo además Josafat al rey de Israel: Te ruego que primero consultes la palabra del SEÑOR.
Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, cuatrocientos hombres, y les dijo: ¿Iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o debo desistir? Y ellos dijeron: Sube, porque Dios {la} entregará en mano del rey.
Pero Josafat dijo: ¿No queda aún aquí {algún} profeta del SEÑOR para que le consultemos?
Y el rey de Israel dijo a Josafat: Todavía queda un hombre por medio de quien podemos consultar al SEÑOR, pero lo aborrezco, porque nunca profetiza lo bueno en cuanto a mí, sino siempre lo malo. Es Micaías, hijo de Imla. Pero Josafat dijo: No hable el rey así.
Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y {le} dijo: Trae pronto a Micaías, hijo de Imla.
Pero Micaías dijo: Vive el SEÑOR, que lo que mi Dios {me} diga, eso hablaré.
Y cuando llegó al rey, el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a Ramot de Galaad a pelear, o debo desistir? El respondió: Sube y tendrás éxito, porque serán entregados en tu mano.
Entonces el rey le dijo: ¿Cuántas veces he de tomarte juramento de que no me digas más que la verdad en el nombre del SEÑOR?
Y él respondió: Vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas sin pastor; y el SEÑOR dijo: ``Estos no tienen señor; que cada uno vuelva a su casa en paz."
Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te dije que no profetizaría lo bueno acerca de mí, sino lo malo?
Y el SEÑOR dijo: `` ¿Quién inducirá a Acab, rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad?" Y uno decía de una manera, y otro de otra.
Entonces se adelantó un espíritu y se puso delante del SEÑOR, y dijo: ``Yo lo induciré." Y el SEÑOR le dijo: `` ¿Cómo?"
Y él respondió: ``Saldré y seré un espíritu de mentira en boca de todos sus profetas." Entonces El dijo: ``{Lo} inducirás y también prevalecerás. Ve y hazlo así."
Entonces se acercó Sedequías, hijo de Quenaana, y golpeó a Micaías en la mejilla, y dijo: ¿Cómo pasó el Espíritu del SEÑOR de mí para hablarte a ti?
Y el rey de Israel dijo: Tomad a Micaías y devolvedlo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey;
Y Micaías dijo: Si en verdad vuelves en paz, el SEÑOR no ha hablado por mí. Y {añadió:} Oíd, pueblos todos.
Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré para entrar en la batalla, pero tú ponte tus ropas {reales.} Y el rey de Israel se disfrazó y entraron en la batalla.
Y un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre la juntura de la armadura. Y él dijo al cochero: Da la vuelta y sácame de la batalla pues estoy gravemente herido.
Y salió a su encuentro el vidente Jehú, hijo de Hananí, y dijo al rey Josafat: ¿Vas a ayudar al impío y amar a los que odian al SEÑOR, y con esto {traer} sobre ti la ira del SEÑOR?
y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis, pues no juzgáis en lugar de los hombres, sino en lugar del SEÑOR que está con vosotros cuando hacéis justicia.
y dijo: Oh SEÑOR, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos? ¿Y no gobiernas tú sobre todos los reinos de las naciones? En tu mano hay poder y fortaleza y no hay quien pueda resistirte.
y dijo: Prestad atención, todo Judá, habitantes de Jerusalén y {tú,} rey Josafat: así os dice el SEÑOR: ``No temáis, ni os acobardéis delante de esta gran multitud, porque la batalla no es vuestra, sino de Dios.
Se levantaron muy de mañana y salieron al desierto de Tecoa; y cuando salían, Josafat se puso en pie y dijo: Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén, confiad en el SEÑOR vuestro Dios, y estaréis seguros. Confiad en sus profetas y triunfaréis.
Entonces toda la asamblea hizo pacto con el rey en la casa de Dios. Y {Joiada} les dijo: He aquí, el hijo del rey reinará, como el SEÑOR ha hablado respecto a los hijos de David.
Pero el sacerdote Joiada sacó a los capitanes de centenas que estaban al mando del ejército, y les dijo: Sacadla de entre las filas; y al que la siga, matadlo a espada. Porque el sacerdote había dicho: No la matéis en la casa del SEÑOR.
Reunió, pues, a los sacerdotes y a los levitas, y les dijo: Salid a las ciudades de Judá, y recoged dinero de todo Israel para reparar anualmente la casa de vuestro Dios; y daos prisa en esto, pero los levitas no se apresuraron.
Entonces el rey llamó al sumo {sacerdote} Joiada, y le dijo: ¿Por qué no has exigido a los levitas que traigan de Judá y de Jerusalén la contribución que Moisés, siervo del SEÑOR, {impuso} sobre la congregación de Israel para la tienda del testimonio?
Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joiada; y él se puso en pie, {en un lugar} más alto que el pueblo, y les dijo: Así ha dicho Dios: `` ¿Por qué quebrantáis los mandamientos del SEÑOR y no prosperáis? Por haber abandonado al SEÑOR, El también os ha abandonado."
No se acordó el rey Joás de la bondad que Joiada, padre de Zacarías, le había mostrado, sino que asesinó a su hijo. Y {éste} al morir dijo: Que {lo} vea el SEÑOR y tome venganza.
Y Amasías dijo al hombre de Dios: ¿Y qué hacer con los cien talentos que he dado a las tropas de Israel? Y el hombre de Dios respondió: El SEÑOR tiene mucho más que darte que esto.
Entonces se encendió la ira del SEÑOR contra Amasías, y le envió un profeta que le dijo: ¿Por qué has buscado a los dioses de {otro} pueblo, que no han podido librar a su propio pueblo de tu mano?
Y mientras hablaba con él, el {rey} le dijo: ¿Acaso te hemos constituido consejero real? Detente. ¿Por qué {buscas que} te maten? Entonces el profeta se detuvo, y dijo: Yo sé que Dios ha determinado destruirte, porque has hecho esto y no has escuchado mi consejo.
Pero había allí un profeta del SEÑOR llamado Oded, y {éste} salió al encuentro del ejército que venía a Samaria, y les dijo: He aquí, porque el SEÑOR, Dios de vuestros padres, estaba airado con Judá, los ha entregado en vuestras manos, y los habéis matado con una furia {que} ha llegado hasta el cielo.
Entonces les dijo: Oídme, levitas. Santificaos ahora, y santificad la casa del SEÑOR, Dios de vuestros padres, y sacad lo inmundo del lugar santo.
Y Ezequías habló, y dijo: Ahora {que} vosotros os habéis consagrado al SEÑOR, acercaos y traed sacrificios y ofrendas de gratitud a la casa del SEÑOR. Y la asamblea trajo sacrificios y ofrendas de gratitud, y todos los que quisieron {trajeron} holocaustos.
y el sumo sacerdote Azarías, de la casa de Sadoc, le dijo: Desde que se comenzaron a traer las ofrendas a la casa del SEÑOR, hemos tenido bastante para comer y ha sobrado mucho, porque el SEÑOR ha bendecido a su pueblo; y esta gran cantidad ha sobrado.
Entonces Hilcías dijo al escriba Safán: He hallado el libro de la ley en la casa del SEÑOR; e Hilcías dio el libro a Safán.
Y ella les dijo: Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: ``Decid al hombre que os ha enviado a mí:
También dijo a los levitas que enseñaban a todo Israel {y} que estaban consagrados al SEÑOR: Poned el arca santa en la casa que edificó Salomón, hijo de David, rey de Israel; no será más una carga sobre {vuestros} hombros. Ahora servid al SEÑOR vuestro Dios y a su pueblo Israel.
Y los arqueros hirieron al rey Josías, y el rey dijo a sus siervos: Llevadme, porque estoy gravemente herido.