'Entregado' en la Biblia
Y díjome Jehová: No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado á él y á todo su pueblo, y su tierra: y harás con él como hiciste con Sehón rey Amorrheo, que habitaba en Hesbón.
Y Jehová tu Dios las hubiere entregado delante de ti, y las hirieres, del todo las destruirás: no harás con ellos alianza, ni las tomarás á merced.
¿Cómo podría perseguir uno á mil, Y dos harían huir á diez mil, Si su Roca no los hubiese vendido, Y Jehová no los hubiera entregado?
Yo os he entregado, como lo había dicho á Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.
Y dijeron á Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores del país están desmayados delante de nosotros.
Mas Jehová dijo á Josué: Mira, yo he entregado en tu mano á Jericó y á su rey, con sus varones de guerra.
Y como los sacerdotes hubieron tocado las bocinas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Dad grita, porque Jehová os ha entregado la ciudad.
Y JEHOVA dijo á Josué: No temas, ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y levántate y sube á Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, y á su pueblo, á su ciudad, y á su tierra.
Y Jehová dijo á Josué: No tengas temor de ellos: porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos parará delante de ti.
Y vosotros no os paréis, sino seguid á vuestros enemigos, y heridles la retaguardia, sin dejarles entrar en sus ciudades; porque Jehová vuestro Dios los ha entregado en vuestra mano.
Y Jehová respondió: Judá subirá; he aquí que yo he entregado la tierra en sus manos.
Entonces él les dijo: Seguidme, porque Jehová ha entregado vuestros enemigos los Moabitas en vuestras manos. Y descendieron en pos de él, y tomaron los vados del Jordán á Moab, y no dejaron pasar á ninguno.
Entonces Débora dijo á Barac: Levántate; porque este es el día en que Jehová ha entregado á Sísara en tus manos: ¿No ha salido Jehová delante de ti? Y Barac descendió del monte de Tabor, y diez mil hombres en pos de él.
Y aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campo; porque yo lo he entregado en tus manos.
Y su compañero respondió, y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joas, varón de Israel: Dios ha entregado en sus manos á los Madianitas con todo el campo.
Y como Gedeón oyó la historia del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campo de Israel, dijo: Levantaos, que Jehová ha entregado el campo de Madián en vuestras manos.
Dios ha entregado en vuestras manos á Oreb y á Zeeb, príncipes de Madián: ¿y qué pude yo hacer como vosotros? Entonces el enojo de ellos contra él se aplacó, luego que él habló esta palabra.
Y Gedeón dijo: Pues cuando Jehová hubiere entregado en mi mano á Zeba y á Zalmunna, yo trillaré vuestra carne con espinas y abrojos del desierto.
Cuando allá llegareis, vendréis á una gente segura, y á una tierra de ancho asiento; pues que Dios la ha entregado en vuestras manos; lugar donde no hay falta de cosa que sea en la tierra.
Mas si nos dijeren así: Subid á nosotros: entonces subiremos, porque Jehová los ha entregado en nuestras manos: y esto nos será por señal.
Y los hombres de la guarnición respondieron á Jonathán y á su paje de armas, y dijeron: Subid á nosotros, y os haremos saber una cosa. Entonces Jonathán dijo á su paje de armas: Sube tras mí, que Jehová los ha entregado en la mano de Israel.
Entonces dijo Abisai á David: Hoy ha Dios entregado á tu enemigo en tus manos: ahora pues, herirélo luego con la lanza, cosiéndole con la tierra de un golpe, y no segundaré.
Y Jehová pague á cada uno su justicia y su lealtad: que Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano sobre el ungido de Jehová.
Y David dijo: No hagáis eso, hermanos míos, de lo que nos ha dado Jehová; el cual nos ha guardado, y ha entregado en nuestras manos la caterva que vino sobre nosotros.
Y enojóse Abner en gran manera por las palabras de Is-boseth, y dijo: ¿Soy yo cabeza de perros respecto de Judá? Yo he hecho hoy misericordia con la casa de Saúl tu padre, con sus hermanos, y con sus amigos, y no te he entregado en las manos de David: ¿y
Jehová te ha dado el pago de toda la sangre de la casa de Saúl, en lugar del cual tú has reinado: mas Jehová ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalom; y hete aquí sorprendido en tu maldad, porque eres varón de sangres.
Entonces Ahimaas dijo en alta voz al rey: Paz. E inclinóse á tierra delante del rey, y dijo: Bendito sea Jehová Dios tuyo, que ha entregado á los hombres que habían levantado sus manos contra mi señor el rey.
Yo cortaré á Israel de sobre la haz de la tierra que les he entregado; y esta casa que he santificado á mi nombre, yo la echaré de delante de mí, é Israel será por proverbio y fábula á todos los pueblos;
Y oyéndolo el profeta que le había vuelto del camino, dijo: El varón de Dios es, que fué rebelde al dicho de Jehová: por tanto Jehová le ha entregado al león, que le ha quebrantado y muerto, conforme á la palabra de Jehová que él le dijo.
Y no se tomaba en cuenta á los hombres en cuyas manos el dinero era entregado, para que ellos lo diesen á los que hacían la obra: porque lo hacían ellos fielmente.
Viniendo luego Saphán escriba al rey, dió al rey la respuesta, y dijo: Tus siervos han juntado el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen cargo de la casa de Jehová.
¿No es con vosotros Jehová vuestro Dios, el cual os ha dado quietud de todas partes? porque él ha entregado en mi mano los moradores de la tierra, y la tierra ha sido sujetada delante de Jehová, y delante de su pueblo.
Por lo cual Jehová su Dios lo entregó en manos del rey de los Siros, los cuales le derrotaron, y cogieron de él una grande presa, que llevaron á Damasco. Fué también entregado en manos del rey de Israel, el cual lo batió con gran mortandad.
Había entonces allí un profeta de Jehová, que se llamaba Obed, el cual salió delante del ejército cuando entraba en Samaria, y díjoles: He aquí Jehová el Dios de vuestros padres, por el enojo contra Judá, los ha entregado en vuestras manos; y vosotros los
Por tanto la ira de Jehová ha venido sobre Judá y Jerusalem, y los ha entregado á turbación, y á execración y escarnio, como veis vosotros con vuestros ojos.
Han reunido el dinero que se halló en la casa de Jehová, y lo han entregado en mano de los comisionados, y en mano de los que hacen la obra.
Hame entregado Dios al mentiroso, Y en las manos de los impíos me hizo estremecer.
He dejado mi casa, desamparé mi heredad, entregado he lo que amaba mi alma en manos de sus enemigos.
Y Sedechîas rey de Judá no escapará de la mano de los Caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey de Babilonia, y hablará con él boca á boca, y sus ojos verán sus ojos,
Y no escaparás tú de su mano, sino que de cierto serás preso, y en su mano serás entregado; y tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y te hablará boca á boca, y en Babilonia entrarás.
El rey Sedechîas envió, y sacóle; y preguntóle el rey escondidamente en su casa, y dijo: ¿Hay palabra de Jehová? Y Jeremías dijo: Hay. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado.
Mas en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en mano de aquellos de quienes tú temes.
El yugo de mis rebeliones está ligado por su mano, Enlazadas han subido sobre mi cerviz: ha hecho caer mis fuerzas: Hame entregado el Señor en sus manos, contra quienes no podré levantarme.
Desechó el Señor su altar, menospreció su santuario, Ha entregado en mano del enemigo los muros de sus palacios: Dieron grita en la casa de Jehová como en día de fiesta.
Entre los muertos á cuchillo caerán: al cuchillo es entregado: traedlo á él y á todos sus pueblos.
Y todo lo que habitan hijos de hombres, bestias del campo, y aves del cielo, él ha entregado en tu mano, y te ha hecho enseñorear sobre todo: tú eres aquella cabeza de oro.
Yo entonces miraba á causa de la voz de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta tanto que mataron la bestia, y su cuerpo fué deshecho, y entregado para ser quemado en el fuego.
Y el ejército fué le entregado á causa de la prevaricación sobre el continuo sacrificio: y echó por tierra la verdad, é hizo cuanto quiso, y sucedióle prósperamente.
Tampoco habías de haberte parado en las encrucijadas, para matar los que de ellos escapasen; ni habías tú de haber entregado los que quedaban en el día de angustia.
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