'Es' en la Biblia
No os jactéis más con tanto orgullo, no salga la arrogancia de vuestra boca; porque el SEÑOR es Dios de sabiduría, y por El son pesadas las acciones.
No, hijos míos; porque no es bueno el informe que oigo circular por el pueblo del SEÑOR.
Y {Elí} dijo: ¿Cuál es la palabra que {el S{EÑOR}} te habló? Te ruego que no me la ocultes. Así te haga Dios, y aún más, si me ocultas algo de todas las palabras que te habló.
Entonces Samuel se lo contó todo, sin ocultarle nada. Y {Elí} dijo: El SEÑOR es; que haga lo que bien le parezca.
Cuando los hombres de Asdod vieron lo que les sucedía, dijeron: El arca del Dios de Israel no debe quedar con nosotros, pues su mano es dura sobre nosotros y sobre Dagón nuestro dios.
y ratones de oro {conforme} al número de todas las ciudades de los filisteos que pertenecían a los cinco príncipes, tanto de ciudades fortificadas como de aldeas sin murallas. La gran piedra sobre la cual colocaron el arca del SEÑOR {es testigo} hasta el día de hoy en el campo de Josué el bet-semita.
Y él le respondió: He aquí que hay un hombre de Dios en esta ciudad, el cual es tenido en alta estima; todo lo que él dice se cumple sin falta. Vayamos ahora, quizá pueda orientarnos acerca de la jornada que hemos emprendido.
En cuanto a tus asnas que se perdieron hace tres días, no te preocupes por ellas pues han sido halladas. Y ¿para quién es todo lo deseable en Israel? ¿No es para ti y para toda la casa de tu padre?
Saúl respondió, y dijo: ¿No soy yo benjamita, de la más pequeña de las tribus de Israel, y {no es} mi familia la menos importante de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me hablas de esta manera?
Y un hombre de allí respondió, y dijo: ¿Y quién es el padre de ellos? Por lo cual esto se hizo proverbio: ¿Está Saúl también entre los profetas?
Y el pueblo dijo a Samuel: ¿Quién es el que dijo: `` ¿Ha de reinar Saúl sobre nosotros?" Traed a esos hombres para que los matemos.
Y él les respondió: El SEÑOR es testigo contra vosotros, y su ungido es testigo en este día que nada habéis hallado en mi mano. Y ellos dijeron: {El es} testigo.
Entonces Samuel dijo al pueblo: El SEÑOR es el que designó a Moisés y a Aarón, y el que sacó a vuestros padres de la tierra de Egipto.
¿No es ahora la siega del trigo? Yo clamaré al SEÑOR, para que mande truenos y lluvia. Entonces conoceréis y veréis que es grande la maldad que habéis hecho ante los ojos del SEÑOR, al pedir para vosotros un rey.
Pero Samuel dijo: ¿Qué es este balido de ovejas en mis oídos y el mugido de bueyes que oigo?
Y Samuel dijo: ¿No es verdad que aunque eras pequeño a tus propios ojos, fuiste {nombrado} jefe de las tribus de Israel y el SEÑOR te ungió rey sobre Israel?
Y Samuel dijo: ¿Se complace el SEÑOR {tanto} en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del SEÑOR? He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio, {y} el prestar atención, que la grosura de los carneros.
Porque la rebelión {es como} pecado de adivinación, y la desobediencia, {como} iniquidad e idolatría. Por cuanto has desechado la palabra del SEÑOR, El también te ha desechado para que no seas rey.
Entonces Samuel le dijo: Hoy el SEÑOR ha arrancado de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo que es mejor que tú.
También la Gloria de Israel no mentirá ni cambiará su propósito, porque El no es hombre para que cambie de propósito.
Y envió {por él} y lo hizo entrar. Era rubio, de ojos hermosos y bien parecido. Y el SEÑOR dijo: Levántate, úngele; porque éste es.
Y respondió uno de los mancebos y dijo: He aquí, he visto a un hijo de Isaí, el de Belén, que sabe tocar, es poderoso y valiente, un hombre de guerra, prudente en su hablar, hombre bien parecido y el SEÑOR está con él.
Si es capaz de pelear conmigo y matarme, entonces seremos vuestros siervos; pero si yo lo venzo y lo mato, entonces seréis nuestros siervos y nos serviréis.
Entonces David habló a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán por el hombre que mate a este filisteo y quite el oprobio de Israel? ¿Quién es este filisteo incircunciso para desafiar a los escuadrones del Dios viviente?
y para que sepa toda esta asamblea que el SEÑOR no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del SEÑOR y El os entregará en nuestras manos.
Cuando Saúl vio a David salir contra el filisteo, dijo a Abner, el comandante del ejército: Abner, ¿de quién es hijo este joven? Y Abner dijo: Por tu vida, oh rey, no sé.
Y el rey dijo: Pregunta de quién es hijo el joven.
Pero David respondió a Saúl: ¿Quién soy yo, o qué es mi vida, {o quién es} la familia de mi padre en Israel, para que yo sea yerno del rey?
Entonces David huyó de Naiot en Ramá, vino ante Jonatán, y dijo: ¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad y cuál es mi pecado contra tu padre para que busque mi vida?
Y David respondió a Jonatán: He aquí, mañana es luna nueva y debo sentarme a comer con el rey, pero déjame ir para que me esconda en el campo hasta el atardecer del tercer día.
Entonces Jonatán le dijo: Mañana es luna nueva y serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío.
Sin embargo, Saúl no dijo nada aquel día, porque {se} dijo: Es una casualidad, no estará limpio; de seguro que no se ha purificado.
Pero los siervos de Aquis le dijeron: ¿No es éste David, el rey de la tierra? ¿No cantaban de él en las danzas, diciendo: ``Saúl mató a sus miles, y David a sus diez miles"?
Respondió Ahimelec al rey y dijo: ¿Y quién entre todos tus siervos es tan fiel como David, yerno del rey, jefe de tu guardia y se le honra en tu casa?
Id ahora, aseguraos, investigad y ved dónde está su escondite, {y} quién le ha visto allí, porque me han dicho que es muy astuto.
Y los hombres de David le dijeron: Mira, {este es} el día del que te habló el SEÑOR: ``He aquí, voy a entregar a tu enemigo en tu mano, y harás con él como bien te parezca." Entonces David se levantó y cortó a escondidas la orilla del manto de Saúl.
Y dijo a sus hombres: El SEÑOR me guarde de hacer tal cosa contra mi rey, el ungido del SEÑOR, de extender contra él mi mano, porque es el ungido del SEÑOR.
He aquí, hoy han visto tus ojos que el SEÑOR te ha puesto en mis manos en la cueva en este día; y algunos me dijeron que te matara, pero {mis ojos} tuvieron piedad de ti, y dije: ``No extenderé mi mano contra mi rey, porque es el ungido del SEÑOR."
Y sucedió que cuando David acabó de decir a Saúl estas palabras, Saúl dijo: ¿Es ésta tu voz, David, hijo mío? Entonces Saúl alzó su voz y lloró.
Pero Nabal respondió a los siervos de David, y dijo: ¿Quién es David y quién es el hijo de Isaí? Hay muchos siervos hoy día que huyen de su señor.
Ahora pues, reflexiona y mira lo que has de hacer, porque el mal {ya} está determinado contra nuestro señor y contra toda su casa, y él es un hombre tan indigno que nadie puede hablarle.
Ruego a mi señor que no haga caso a este hombre indigno, Nabal, porque conforme a su nombre, así es. Se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los jóvenes que tú, mi señor, enviaste.
Y ella se levantó y postrándose rostro en tierra, dijo: He aquí, vuestra sierva es una criada para lavar los pies de los siervos de mi señor.
Y David dijo a Abner: ¿No eres tú un hombre? ¿Quién es como tú en Israel? ¿Por qué, pues, no has protegido a tu señor el rey? Porque uno del pueblo vino para matar a tu señor el rey.
Esto que has hecho no es bueno. Vive el SEÑOR, {todos} vosotros ciertamente deberíais morir, porque no protegisteis a vuestro señor, el ungido del SEÑOR. Y ahora, mira dónde está la lanza del rey y la vasija de agua que {estaba} a su cabecera.
Entonces Saúl reconoció la voz de David y dijo: ¿Es ésta tu voz, David, hijo mío? Y David respondió: Mi voz es, mi señor el rey.
Entonces David se dijo: Ahora bien, voy a perecer algún día por la mano de Saúl. Lo mejor para mí es huir a la tierra de los filisteos. Saúl se cansará, {y no} me buscará más en todo el territorio de Israel, y escaparé de su mano.
Entonces Saúl dijo a sus siervos: Buscadme una mujer que sea médium para ir a consultarla. Y sus siervos le dijeron: He aquí, hay una mujer en Endor que es médium.
Entonces los jefes de los filisteos dijeron: ¿Qué {hacen aquí} estos hebreos? Y Aquis dijo a los jefes de los filisteos: ¿No es éste David, el siervo de Saúl, rey de Israel, que ha estado conmigo estos días, o {más bien} estos años, y no he hallado falta en él desde el día en que se pasó {a mí} hasta hoy?
¿No es éste David, de quien cantaban en las danzas, diciendo: ``Saúl mató a sus miles, y David a sus diez miles"?
David tomó también todas las ovejas y el ganado {de los amalecitas,} llevándolos delante de los otros ganados, y decían: Este es el botín de David.