'Estimado' en la Biblia
Y el SEÑOR hizo que el pueblo se ganara el favor de los egipcios. Además el {mismo} Moisés era muy estimado en la tierra de Egipto, {tanto} a los ojos de los siervos de Faraón {como} a los ojos del pueblo.
Y salían los jefes de los filisteos {a campaña}, y sucedía que cada vez que salían, David se comportaba con más sabiduría que todos los siervos de Saúl, por lo cual su nombre era muy estimado.
Estoy afligido por ti, Jonatán, hermano mío; tú me has sido muy estimado. Tu amor fue para mí más maravilloso que el amor de las mujeres.
Y aún seré menos estimado que esto, y seré humillado ante mis propios ojos, pero con las criadas de quienes has hablado, ante ellas seré honrado.
Porque, ¿dónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los locos de Israel. Te ruego, pues, ahora que hables al rey, que no me negará a ti.
Porque el judío Mardoqueo era el segundo {después} del rey Asuero, grande entre los judíos y estimado por la multitud de sus hermanos, el cual buscó el bien de su pueblo y procuró el bienestar de toda su gente.
Más vale el poco estimado que tiene siervo, que el que se alaba y carece de pan.
Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al ungüento del perfumador; así una pequeña locura, al que es estimado por sabio y honorable.
Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es el estimado?
¿No será tornado de aquí a muy poco tiempo el Líbano en Carmelo campo fértil, y el Carmelo no será estimado por bosque?
hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se torne en campo labrado; y el campo labrado sea estimado por bosque.
Ahora pues, dice el SEÑOR, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para que se convierta a él a Jacob. Mas si Israel no se juntara, con todo, yo sin embargo estimado seré en los ojos del SEÑOR, y el Dios mío será mi fortaleza.
Pero el mismo Daniel era más estimado que estos gobernadores y presidentes, porque en él había un espíritu excelente; y el rey pensaba en ponerlo sobre todo el reino.
Al principio de tus súplicas se dio la orden, y he venido para explicár{tela}, porque eres muy estimado; pon atención a la orden y entiende la visión.
Y me dijo: Daniel, hombre muy estimado, entiende las palabras que te voy a decir y ponte en pie, porque ahora he sido enviado a ti. Cuando él me dijo estas palabras, me puse en pie temblando.
y me dijo: No temas, hombre muy estimado. La paz sea contigo; sé fuerte y esfuérzate. Cuando habló conmigo, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.