'Esto' en la Biblia
Así que, pretendiendo esto, ¿quizá de ligereza? O lo que pienso hacer, ¿lo pienso según la carne, para que haya de mí sí, sí y no, no?
Esto he determinado en mí, no venir otra vez a vosotros con tristeza.
Y esto mismo os escribí, para que cuando llegare no tenga tristeza de los que me debiera gozar; confiando en todos vosotros que mi gozo es el de todos vosotros.
Y por esto también gemimos, deseando ser sobrevestidos de aquella nuestra habitación que es del cielo;
Mas el que nos hizo para esto mismo, es Dios; el cual así mismo nos ha dado la prenda del Espíritu.
Y todo esto por Dios, el cual nos reconcilió a sí por Jesús el Cristo; y (nos) dio el ministerio de la reconciliación.
Porque he aquí esto mismo, que según Dios fuisteis contristados, ¿cuánta solicitud ha obrado en vosotros? ¡Qué defensa, qué enojo, qué temor, qué (gran) deseo, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto.
Y en esto doy mi consejo; porque esto os conviene a vosotros, que comenzasteis, no sólo a hacerlo, sino también a ser solícitos desde el año pasado.
Porque no digo esto para que haya para otros desahogo, y para vosotros apretura;
y no sólo esto, sino que también fue ordenado por las Iglesias compañero de nuestra peregrinación para llevar esta gracia, que es administrada por nosotros y de vuestro pronto ánimo para gloria del mismo Señor.
Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará.
¿Miráis las cosas según la apariencia? El que está confiado en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo.
Esto piense el tal, que cuales somos en la palabra por cartas estando ausentes, tales somos también presentes en la obra.
Con todo esto, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, en señales, y en prodigios, y en potencia.
Por tanto os escribo esto ausente, por no trataros en presencia con más dureza, conforme a la potestad que el Señor me ha dado para edificación, y no para destrucción.