'Había' en la Biblia
Y dijo: Vuelve á meter tu mano en tu seno: y él volvió á meter su mano en su seno; y volviéndola á sacar del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.
Entonces contó Moisés á Aarón todas las palabras de Jehová que le enviaba, y todas las señales que le había dado.
Y habló Aarón todas las palabras que Jehová había dicho á Moisés, é hizo las señales delante de los ojos del pueblo.
Y el pueblo creyó: y oyendo que Jehová había visitado los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, inclináronse y adoraron.
Vinieron, pues, Moisés y Aarón á Faraón, é hicieron como Jehová lo había mandado: y echó Aarón su vara delante de Faraón y de sus siervos, y tornóse culebra.
Y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.
Y Moisés y Aarón hicieron como Jehová lo mandó; y alzando la vara hirió las aguas que había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre.
Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, que los Egipcios no podían beber de él: y hubo sangre por toda la tierra de Egipto.
Y los encantadores de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos: y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.
Entonces salieron Moisés y Aarón de con Faraón, y clamó Moisés á Jehová sobre el negocio de las ranas que había puesto á Faraón.
Y viendo Faraón que le habían dado reposo, agravó su corazón, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.
Y los encantadores hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; mas no pudieron. Y había piojos así en los hombres como en las bestias.
Entonces los magos dijeron á Faraón: Dedo de Dios es este. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.
Entonces Faraón envió, y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón de Faraón se agravó, y no dejó ir al pueblo.
Y Jehová endureció el corazón de Faraón, y no los oyó; como Jehová lo había dicho á Moisés.
Y viendo Faraón que la lluvia había cesado y el granizo y los truenos, perseveró en pecar, y agravó su corazón, él y sus siervos.
Y el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir á los hijos de Israel; como Jehová lo había dicho por medio de Moisés.
Y cubrió la faz de todo el país, y oscurecióse la tierra; y consumió toda la hierba de la tierra, y todo el fruto de los árboles que había dejado el granizo; que no quedó cosa verde en árboles ni en hierba del campo, por toda la tierra de Egipto.
Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante de Faraón: mas Jehová había endurecido el corazón de Faraón, y no envió á los hijos de Israel fuera de su país.
Y los hijos de Israel se fueron, é hicieron puntualmente así; como Jehová había mandado á Moisés y á Aarón.
Y levantóse aquella noche Faraón, él y todos sus siervos, y todos los Egipcios; y había un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese muerto.
Y cocieron tortas sin levadura de la masa que habían sacado de Egipto; porque no había leudado, por cuanto echándolos los Egipcios, no habían podido detenerse, ni aun prepararse comida.
Tomó también consigo Moisés los huesos de José, el cual había juramentado á los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis subir mis huesos de aquí con vosotros.
Y dijeron á Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué lo has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?
Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en la mar; no quedó de ellos ni uno.
Y llegaron á Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmas; y asentaron allí junto á las aguas.
Y medíanlo por gomer, y no sobraba al que había recogido mucho, ni faltaba al que había recogido poco: cada uno recogió conforme á lo que había de comer.
Y recogíanlo cada mañana, cada uno según lo que había de comer: y luego que el sol calentaba, derretíase.
Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según que Moisés había mandado, y no se pudrió, ni hubo en él gusano.
Y TODA la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin, por sus jornadas, al mandamiento de Jehová, y asentaron el campo en Rephidim: y no había agua para que el pueblo bebiese.
Y OYO Jethro, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, todas las cosas que Dios había hecho con Moisés, y con Israel su pueblo, y cómo Jehová había sacado á Israel de Egipto:
Y Moisés contó á su suegro todas las cosas que Jehová había hecho á Faraón y á los Egipcios por amor de Israel, y todo el trabajo que habían pasado en el camino, y cómo los había librado Jehová.
Y alegróse Jethro de todo el bien que Jehová había hecho á Israel, que lo había librado de mano de los Egipcios.
Entonces vino Moisés, y llamó á los ancianos del pueblo, y propuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado.
Y todo el monte de Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego: y el humo de él subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera.
Y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno.
Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer á su pueblo.
Y viendo Moisés que el pueblo estaba despojado, porque Aarón lo había despojado para vergüenza entre sus enemigos,
Y después se llegaron todos los hijos de Israel, á los cuales mandó todas las cosas que Jehová le había dicho en el monte de Sinaí.
De los hijos de Israel, así hombres como mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario para traer para toda la obra, que Jehová había mandado por medio de Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria á Jehová.
HIZO, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón, á quien Jehová dió sabiduría é inteligencia para que supiesen hacer toda la obra del servicio del santuario, todas las cosas que había mandado Jehová.
Y Moisés llamó á Bezaleel y á Aholiab, y á todo varón sabio de corazón, en cuyo corazón había dado Jehová sabiduría, y á todo hombre á quien su corazón le movió á llegarse á la obra, para trabajar en ella;
También hizo los vasos que habían de estar sobre la mesa, sus platos, y sus cucharas, y sus cubiertos y sus tazones con que se había de libar, de oro fino.
Y en el candelero había cuatro copas figura de almendras, sus manzanas y sus flores:
Hízole también dos anillos de oro debajo de la corona en las dos esquinas á los dos lados, para pasar por ellos las varas con que había de ser conducido.
Y DEL jacinto, y púrpura, y carmesí, hicieron las vestimentas del ministerio para ministrar en el santuario, y asimismo hicieron las vestiduras sagradas para Aarón; como Jehová lo había mandado á Moisés.
Y el cinto del ephod que estaba sobre él, era de lo mismo, conforme á su obra; de oro, jacinto, y púrpura, y carmesí, y lino torcido; como Jehová lo había mandado á Moisés.
Y púsolas sobre las hombreras del ephod, por piedras de memoria á los hijos de Israel; como Jehová lo había á Moisés mandado.
Y ataron el racional de sus anillos á los anillos del ephod con un cordón de jacinto, para que estuviese sobre el cinto del mismo ephod, y no se apartase el racional del ephod; como Jehová lo había mandado á Moisés.
Y pusieron en ella un cordón de jacinto, para colocarla en alto sobre la mitra; como Jehová lo había mandado á Moisés.
Y fue acabada toda la obra del tabernáculo, del tabernáculo del testimonio: é hicieron los hijos de Israel como Jehová lo había mandado á Moisés: así lo hicieron.
En conformidad á todas las cosas que Jehová había mandado á Moisés, así hicieron los hijos de Israel toda la obra.
Y vió Moisés toda la obra, y he aquí que la habían hecho como Jehová había mandado; y bendíjolos.
Y extendió la tienda sobre el tabernáculo, y puso la sobrecubierta encima del mismo; como Jehová había mandado á Moisés.
Y metió el arca en el tabernáculo, y puso el velo de la tienda, y cubrió el arca del testimonio; como Jehová había mandado á Moisés.
Y sobre ella puso por orden los panes delante de Jehová, como Jehová había mandado á Moisés.
Y encendió las lámparas delante de Jehová; como Jehová había mandado á Moisés.
Y encendió sobre él el perfume aromático; como Jehová había mandado á Moisés.
Y colocó el altar del holocausto á la puerta del tabernáculo, del tabernáculo del testimonio; y ofreció sobre él holocausto y presente; como Jehová había mandado á Moisés.
Cuando entraban en el tabernáculo del testimonio, y cuando se llegaban al altar, se lavaban; como Jehová había mandado á Moisés.
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