'Jefes' en la Biblia
Y estos {fueron} los jefes de sus casas paternas: Efer, Isi, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Jahdiel, hombres fuertes de {gran} valor, hombres de renombre, jefes de sus casas paternas.
Los hijos de Tola {fueron} Uzi, Refaías, Jeriel, Jahmai, Jibsam y Samuel, jefes de sus casas paternas. {Los hijos} de Tola {fueron} hombres fuertes y valientes en sus generaciones; su número en los días de David {era} de veintidós mil seiscientos.
El hijo de Uzi {fue} Israhías. Y los hijos de Israhías {fueron} Micael, Obadías, Joel e Isías; los cinco {eran} todos jefes.
Los hijos de Bela {fueron} cinco: Ezbón, Uzi, Uziel, Jerimot e Iri. Ellos {fueron} jefes de casas paternas, hombres fuertes y valientes, y fueron veintidós mil treinta y cuatro inscritos por genealogía.
Y fueron inscritos por genealogía, conforme a sus generaciones, jefes de sus casas paternas, veinte mil doscientos hombres fuertes y valientes.
Todos estos {fueron} hijos de Jediael, conforme a los jefes de sus casas paternas, diecisiete mil doscientos hombres fuertes y valientes, que estaban listos para salir con el ejército a la guerra.
Todos estos {fueron} los hijos de Aser, jefes de las casas paternas, escogidos, fuertes y valientes, jefes de príncipes. Y el número de ellos inscritos por genealogía para el servicio en la guerra fue de veintiséis mil hombres.
Y estos son los hijos de Aod: estos son los jefes de las {casas} paternas de los habitantes de Geba, y que fueron llevados al destierro a Manahat,
Jeúz, Saquías y Mirma. Estos {fueron} sus hijos, jefes de las {casas} paternas.
y Bería y Sema, que {fueron} jefes de las {casas} paternas de los habitantes de Ajalón, que hicieron huir a los habitantes de Gat;
Estos {fueron} jefes de las {casas} paternas conforme a sus generaciones, hombres principales que vivieron en Jerusalén.
y sus parientes, conforme a sus generaciones, novecientos cincuenta y seis. Todos estos {fueron} jefes de las {casas} paternas conforme a las casas de sus padres.
y sus parientes, jefes de sus casas paternas, mil setecientos sesenta hombres, muy capaces para la obra del servicio de la casa de Dios.
porque los cuatro jefes de los porteros que {eran} levitas estaban en puestos de confianza, y estaban encargados de las cámaras y de los tesoros de la casa de Dios.
Y había cantores, jefes de {casas} paternas de los levitas, {que habitaban} en las cámaras {del templo,} libres {de todo otro servicio,} porque estaban ocupados en su trabajo día y noche.
Estos eran jefes de {casas} paternas de los levitas conforme a sus generaciones, jefes que habitaban en Jerusalén.
Estos son los jefes de los valientes que tenía David, quienes le dieron fuerte apoyo en su reino, junto con todo Israel, para hacerlo rey, conforme a la palabra del SEÑOR concerniente a Israel.
Descendieron tres de los treinta jefes a la roca {donde estaba} David, en la cueva de Adulam, mientras el ejército de los filisteos acampaba en el valle de Refaim.
De los hijos de Isacar, expertos en discernir los tiempos, con conocimiento de lo que Israel debía hacer, sus jefes {eran} doscientos; y todos sus parientes {estaban} bajo sus órdenes.
Entonces David consultó con los capitanes de millares y de centenas, es decir, con todos los jefes.
y les dijo: Vosotros sois los jefes de las {casas} paternas de los levitas; santificaos, tanto vosotros como vuestros parientes, para que subáis el arca del SEÑOR, Dios de Israel, al {lugar} que le he preparado.
Entonces David habló a los jefes de los levitas para que designaran a sus parientes los cantores, con instrumentos de música, arpas, liras y címbalos muy resonantes, alzando la voz con alegría.
Dijo, pues, David a Joab y a los jefes del pueblo: Id, contad a Israel desde Beerseba hasta Dan, y traedme {el resultado} para que yo sepa el número de ellos.
David también ordenó a todos los jefes de Israel que ayudaran a su hijo Salomón, {diciendo:}
Los hijos de Simei {fueron} Selomit, Haziel y Harán: tres. Estos fueron los jefes de las {casas} paternas de Laadán.
Estos fueron los hijos de Leví conforme a sus casas paternas, {es decir,} los jefes de las {casas} paternas de los que fueron contados, en la cuenta de nombres según su censo, de veinte años para arriba, {los cuales} hacían la obra del servicio de la casa del SEÑOR.
Puesto que se encontraron más hombres principales entre los descendientes de Eleazar que entre los descendientes de Itamar, los dividieron así: de los descendientes de Eleazar, dieciséis jefes de casas paternas, y ocho de los descendientes de Itamar según sus casas paternas.
Y Semaías, hijo del escriba Natanael, uno de los levitas, los inscribió en la presencia del rey, de los príncipes, del sacerdote Sadoc, de Ahimelec, hijo de Abiatar, de los jefes de {las casas} paternas de los sacerdotes y de los levitas; una casa paterna designada para Eleazar y otra designada para Itamar.
Estos también echaron suertes como sus parientes, los hijos de Aarón, en la presencia del rey David, de Sadoc, de Ahimelec y de los jefes de las {casas} paternas de los sacerdotes y de los levitas; el principal de las {casas} paternas {fue tratado} igual que el menor de sus hermanos.
Los hijos de Laadán, hijos de los gersonitas de Laadán, {es decir,} los jehielitas, {eran} los jefes de las {casas} paternas de Laadán gersonita.
Este Selomit y sus parientes {estaban} a cargo de todos los tesoros de las cosas sagradas que el rey David, los jefes de las {casas} paternas, los comandantes de millares y centenares y los comandantes del ejército habían consagrado.
y sus parientes, hombres valientes, {eran} dos mil setecientos en número, jefes de {casas} paternas. Y el rey David los constituyó jefes sobre los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés para todos los asuntos de Dios y del rey.
Y {esta es} la enumeración de los hijos de Israel, los jefes de {casas} paternas, los comandantes de miles y de cientos, y sus oficiales que servían al rey en todos los asuntos de las divisiones que entraban y salían, mes por mes durante todos los meses del año; cada división {tenía} veinticuatro mil.
David reunió en Jerusalén a todos los oficiales de Israel, los jefes de las tribus, los comandantes de las divisiones que servían al rey, los comandantes de millares, los comandantes de centenas y los administradores de toda la hacienda y del ganado del rey y de sus hijos, con los oficiales y los poderosos, es decir, a todos los hombres valientes.
Entonces los jefes de las {casas} paternas, y los jefes de las tribus de Israel, y los jefes de millares y de centenares, con los supervisores sobre la obra del rey, ofrecieron voluntariamente {sus donativos};
Y Salomón habló a todo Israel, a los comandantes de miles y de cientos, a los jueces y a todos los príncipes de todo Israel, jefes de {casas} paternas.
Entonces Salomón reunió en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus {y} a los principales de las casas paternas de los hijos de Israel, para subir el arca del pacto del SEÑOR de la ciudad de David, la cual es Sion.
Entonces el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, y los entregó al cuidado de los jefes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey.
También en Jerusalén Josafat puso {algunos} de los levitas y de los sacerdotes y {algunos} de los jefes de las familias de Israel, para el juicio del SEÑOR y para juzgar querellas entre los habitantes de Jerusalén.
Cuando Joram tomó posesión del reino de su padre y se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos, y también {a algunos} de los jefes de Israel.
Y recorrieron Judá y reunieron a los levitas de todas las ciudades de Judá y a los jefes de las {casas} paternas de Israel, y vinieron a Jerusalén.
El número total de los jefes de familia, guerreros valientes, era de dos mil seiscientos.
Entonces algunos de los jefes de los hijos de Efraín: Azarías, hijo de Johanán, Berequías, hijo de Mesilemot, Ezequías, hijo de Salum, y Amasa, hijo de Hadlai, se levantaron contra los que venían de la batalla,
Cuando Ezequías y los jefes vinieron y vieron los montones, bendijeron al SEÑOR y a su pueblo Israel.
También sus jefes contribuyeron con una ofrenda voluntaria al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas. Hilcías, Zacarías y Jehiel, oficiales de la casa de Dios, dieron a los sacerdotes dos mil seiscientas {ovejas} y trescientos bueyes para las ofrendas de la Pascua.
Asimismo Conanías, y Semaías y Natanael sus hermanos, y Hasabías, Jeiel y Josabad, jefes de los levitas, contribuyeron para los levitas cinco mil {ovejas} y quinientos bueyes para las ofrendas de la Pascua.
Asimismo todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo fueron infieles en gran manera, {y siguieron} todas las abominaciones de las naciones, y profanaron la casa del SEÑOR que El había consagrado en Jerusalén.
Entonces se levantaron los jefes de las {casas} paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos cuyo espíritu Dios había movido a subir para edificar la casa del SEÑOR que está en Jerusalén.
Y algunos de los jefes de {casas} paternas, cuando llegaron a la casa del SEÑOR que está en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias en la casa de Dios para reedificarla sobre sus {mismos} cimientos.
Pero muchos de los sacerdotes y levitas y jefes de {casas} paternas, los ancianos que habían visto el primer templo, cuando se echaban los cimientos de este templo delante de sus ojos, lloraban en alta voz mientras muchos daban gritos de alegría;
se llegaron a Zorobabel y a los jefes de {casas} paternas, y les dijeron: Vamos a edificar con vosotros, porque, como vosotros, buscamos a vuestro Dios, y le hemos estado ofreciendo sacrificios desde los días de Esar-hadón, rey de Asiria, que nos trajo aquí.
Pero Zorobabel y Jesúa y los demás jefes de {casas} paternas de Israel les dijeron: No tenéis nada en común con nosotros para que {juntos} edifiquemos una casa a nuestro Dios, sino que nosotros unidos {la} edificaremos al SEÑOR, Dios de Israel, como nos ordenó el rey Ciro, rey de Persia.
También les preguntamos sus nombres para informarte, {y} para dar por escrito los nombres de los hombres que eran sus jefes.
y que me ha extendido misericordia delante del rey y de sus consejeros y delante de todos los príncipes poderosos del rey. Así fui fortalecido según {estaba} la mano del SEÑOR mi Dios sobre mí, y reuní a los jefes de Israel para que subieran conmigo.
Y estos son los jefes de sus {casas} paternas, con su genealogía, que subieron conmigo de Babilonia en el reinado del rey Artajerjes:
Por eso envié a llamar a Eliezer, Ariel, Semaías, Elnatán, Jarib, Elnatán, Natán, Zacarías y Mesulam, jefes, y a Joiarib y a Elnatán, {hombres} sabios;
Velad y guardad{los} hasta que {los} peséis delante de los principales sacerdotes, los levitas y los jefes de {casas} paternas de Israel en Jerusalén, {en} las cámaras de la casa del SEÑOR.
y a cualquiera que no viniera dentro de tres días, conforme al consejo de los jefes y de los ancianos, le serían confiscadas todas sus posesiones y él mismo sería excluido de la asamblea de los desterrados.
Que nuestros jefes representen toda la asamblea y que todos aquellos en nuestras ciudades que se han casado con mujeres extranjeras vengan en tiempos señalados, junto con los ancianos y jueces de cada ciudad, hasta que la tremenda ira de nuestro Dios a causa de este asunto se aparte de nosotros.
Pero los desterrados sí lo hicieron. Y el sacerdote Esdras designó a hombres jefes de {casas} paternas por cada una de sus casas paternas, todos ellos por nombre. Y se reunieron el primer día del décimo mes para investigar el asunto.
Algunos de los jefes de {casas} paternas contribuyeron para la obra. El gobernador dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones {y} quinientas treinta túnicas sacerdotales.
Los jefes de {casas} paternas dieron para el tesoro de la obra veinte mil dracmas de oro y dos mil doscientas minas de plata.
Al segundo día los jefes de {casas} paternas de todo el pueblo, los sacerdotes y los levitas se reunieron {junto} al escriba Esdras para entender las palabras de la ley.
Nuestros reyes, nuestros jefes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no han observado tu ley ni han hecho caso a tus mandamientos ni a tus amonestaciones con que los amonestabas.
A causa de todo esto, nosotros hacemos un pacto fiel por escrito; y en el documento sellado {están los nombres de} nuestros jefes, nuestros levitas {y} nuestros sacerdotes.
Los jefes del pueblo habitaron en Jerusalén, pero el resto del pueblo echó suertes a fin de traer uno de cada diez para que habitara en Jerusalén, la ciudad santa, mientras los otros nueve {se quedarían} en las {otras} ciudades.
Estos son los jefes de la provincia que habitaron en Jerusalén (en las ciudades de Judá cada cual habitó en su propiedad, en sus ciudades; los israelitas, los sacerdotes, los levitas, los sirvientes del templo, los descendientes de los siervos de Salomón,
y sus parientes, jefes de {casas} paternas, doscientos cuarenta y dos; y Amasai, hijo de Azareel, hijo de Azai, hijo de Mesilemot, hijo de Imer,
y Sabetai y Jozabad, de los jefes de los levitas, encargados de la obra fuera de la casa de Dios;
Salú, Amoc, Hilcías y Jedaías. Estos {eran} los jefes de los sacerdotes y sus parientes en los días de Jesúa.
En los días de Joiacim, los sacerdotes jefes de {casas} paternas fueron: de Seraías, Meraías; de Jeremías, Hananías;
En cuanto a los levitas, jefes de {casas} paternas, fueron inscritos en los días de Eliasib, Joiada, Johanán y Jadúa; también los sacerdotes hasta el reinado de Darío el persa.
Los hijos de Leví, jefes de {casas} paternas, fueron inscritos en el libro de las Crónicas hasta los días de Johanán, hijo de Eliasib.
Entonces hice subir a los jefes de Judá sobre la muralla, y formé dos grandes coros; el primero marchaba hacia la derecha, por encima de la muralla, hacia la puerta del Muladar.
Y tras ellos iban Osaías y la mitad de los jefes de Judá,
Priva de inteligencia a los jefes de la gente de la tierra y los hace vagar por un yermo sin camino;
El Seol, desde abajo, se estremece por ti al recibirte en tu venida; por ti despierta a los espíritus de los muertos, a todos los jefes de la tierra; levanta de sus tronos a todos los reyes de las naciones.
Y cuando los jefes de Judá oyeron estas cosas, subieron de la casa del rey a la casa del SEÑOR, y se sentaron a la entrada de la puerta Nueva de la {casa} del SEÑOR.
Y los sacerdotes y los profetas hablaron a los jefes y a todo el pueblo, diciendo: ¡Sentencia de muerte para este hombre!, porque ha profetizado contra esta ciudad, como habéis oído con vuestros propios oídos.
Entonces Jeremías habló a todos los jefes y a todo el pueblo, diciendo: El SEÑOR me ha enviado a profetizar contra esta casa y contra esta ciudad todas las palabras que habéis oído.
Dijeron los jefes y todo el pueblo a los sacerdotes y a los profetas: Que no haya sentencia de muerte para este hombre, porque en nombre del SEÑOR nuestro Dios nos ha hablado.
Cuando el rey Joacim y todos sus valientes y todos los jefes oyeron sus palabras, el rey procuró matarlo; pero Urías se enteró, tuvo miedo, huyó y se fue a Egipto.
por todo el mal que los hijos de Israel y los hijos de Judá hicieron para provocarme a ira, ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes, sus profetas, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén.
Entonces el Espíritu me levantó y me llevó a la puerta oriental de la casa del SEÑOR que mira al oriente. Y he aquí, a la entrada de la puerta {había} veinticinco hombres, y entre ellos vi a Jaazanías, hijo de Azur, y a Pelatías, hijo de Benaía, jefes del pueblo.
Allí están los jefes del norte, todos ellos y todos los sidonios, quienes a pesar del terror causado por su poderío, descendieron avergonzados con los muertos. Yacen incircuncisos con los muertos a espada y cargaron su ignominia con los que descienden a la fosa.
Y El ha confirmado las palabras que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros gran calamidad, pues nunca se ha hecho debajo del cielo {nada} como lo que se ha hecho contra Jerusalén.
Y dije: Oíd ahora, jefes de Jacob y gobernantes de la casa de Israel. ¿No {corresponde} a vosotros conocer la justicia?
Oíd ahora esto, jefes de la casa de Jacob y gobernantes de la casa de Israel, que aborrecéis la justicia y torcéis todo lo recto,
Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes enseñan por precio, sus profetas adivinan por dinero, y se apoyan en el SEÑOR, diciendo: ¿No está el SEÑOR en medio de nosotros? No vendrá sobre nosotros mal alguno.
Tus oficiales son como la langosta, tus jefes como nubes de langostas posados sobre las tapias en un día de frío; sale el sol, y se van, y no se sabe donde están.
Entonces los jefes {de familias} de Judá dirán en su corazón: ``Gran apoyo para nosotros son los habitantes de Jerusalén por el SEÑOR de los ejércitos, su Dios."
Aquel día haré de los jefes {de familias} de Judá como brasero de fuego entre leños, y como antorcha ardiendo entre gavillas, y consumirán a diestra y a siniestra a todos los pueblos de alrededor, y Jerusalén será habitada de nuevo en su lugar, en Jerusalén.