'Las' en la Biblia
Antes que yo te formara en el seno materno, te conocí, y antes que nacieras, te consagré, te puse por profeta a las naciones.
Mira, hoy te he dado autoridad sobre las naciones y sobre los reinos, para arrancar y para derribar, para destruir y para derrocar, para edificar y para plantar.
Porque he aquí, llamo a todas las familias de los reinos del norte --declara el SEÑOR-- y vendrán y cada uno pondrá su trono a la entrada de las puertas de Jerusalén, frente a todos sus muros alrededor y frente a todas las ciudades de Judá.
Oíd la palabra del SEÑOR, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel.
Pasad, pues, a las islas de Quitim y ved, enviad {gente} a Cedar y observad atentamente, y ved si ha habido {cosa} semejante:
Y ahora, ¿qué haces en el camino a Egipto para beber las aguas del Nilo? ¿O qué haces en el camino a Asiria para beber las aguas del Eufrates?
los que dicen al leño: ``Mi padre eres tú", y a la piedra: ``Tú me engendraste." Porque ellos me han vuelto las espaldas, y no el rostro; pero en el tiempo de su calamidad dirán: ``Levántate y sálvanos."
¿Qué bien preparas tu camino para buscar amor! Por eso aun a las malvadas has enseñado tus caminos.
También de allí saldrás con las manos en la cabeza; porque el SEÑOR ha desechado a aquellos en quienes confías, y no prosperarás con ellos.
Alza tus ojos a las alturas desoladas y mira: ¿dónde no te has prostituido? Junto a los caminos te sentabas para ellos como el árabe en el desierto, y has profanado la tierra con tu prostitución y tu maldad.
Por eso fueron detenidas las lluvias, y no hubo lluvia de primavera; pero tú tenías frente de ramera, no quisiste avergonzarte.
En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: ``Trono del SEÑOR"; y todas las naciones acudirán a ella, a Jerusalén, a causa del nombre del SEÑOR; y no andarán más tras la terquedad de su malvado corazón.
Yo había dicho: `` ¿Cómo quisiera ponerte entre mis hijos, y darte una tierra deseable, la más hermosa heredad de las naciones!" Y decía: ``Padre mío me llamaréis, y no os apartaréis de seguirme."
Se oye una voz sobre las alturas desoladas, el llanto de las súplicas de los hijos de Israel; porque han pervertido su camino, han olvidado al SEÑOR su Dios.
Ciertamente engaño son las colinas, {y el} tumulto {sobre} los montes; ciertamente, en el SEÑOR nuestro Dios está la salvación de Israel.
y juras: ``Vive el SEÑOR", en verdad, en juicio y en justicia, entonces se bendecirán en El las naciones, y en El se gloriarán.
Declarad en Judá y proclamad en Jerusalén, y decid: Tocad la trompeta en la tierra; clamad en alta voz, y decid: ``Reuníos y entremos en las ciudades fortificadas."
En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: Un viento abrasador de las alturas desoladas del desierto, en dirección a la hija de mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar,
He aquí que él sube como las nubes, y como un torbellino sus carros; sus caballos son más ligeros que las águilas. ¿Ay de nosotros, porque estamos perdidos!
Avisad{lo} a las naciones: ¡Aquí están! Proclamad sobre Jerusalén: ``Sitiadores vienen de tierra lejana y alzan sus voces contra las ciudades de Judá.
Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y todas las colinas se estremecían.
Miré, y he aquí que no había hombre alguno, y todas las aves del cielo habían huido.
Al ruido de jinetes y arqueros huye toda la ciudad; entran en las espesuras y trepan por los peñascos. Toda ciudad está abandonada, y no queda en ellas morador alguno.
Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, e informaos; buscad en sus plazas, a ver si halláis {algún} hombre, si hay quien haga justicia, que busque la verdad, y yo la perdonaré.
Entonces yo dije: Ciertamente estos {sólo} son gente ignorante, son necios, porque no conocen el camino del SEÑOR {ni} las ordenanzas de su Dios.
Me dirigiré a los grandes y les hablaré, porque ellos {sí} conocen el camino del SEÑOR {y} las ordenanzas de su Dios. Pero también {todos} ellos a una habían quebrado el yugo {y} roto las coyundas.
¿Por qué he de perdonarte por esto? Tus hijos me han abandonado y han jurado por {lo que} no es Dios. Cuando los sacié, cometieron adulterio y fueron en tropel a casa de las rameras.
`` ¿No me teméis?" --declara el SEÑOR. `` ¿No tembláis delante de mí, que puse la arena como frontera del mar, límite perpetuo que no traspasará? Aunque se agiten las olas, no prevalecerán; aunque rujan, no pasarán sobre ella.
``Y no dicen en su corazón: `Temamos ahora al SEÑOR nuestro Dios, que da la lluvia a su tiempo, tanto la lluvia de otoño como la de primavera, y que reserva para nosotros las semanas establecidas de la cosecha.'
Preparad guerra contra ella; levantaos y ataquemos al mediodía. ¿Ay de nosotros, porque el día declina, porque se extienden las sombras del anochecer!
¿No ves lo que ellos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?
Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, las mujeres preparan la masa para hacer tortas a la reina del cielo, y derraman libaciones a otros dioses para ofenderme.
``Córtate el cabello y tíra{lo,} y entona una endecha en las alturas desoladas; porque el SEÑOR ha desechado y abandonado a la generación {objeto} de su furor."
Y los cadáveres de este pueblo servirán de comida para las aves del cielo y para las bestias de la tierra, sin que nadie {las} espante.
Entonces haré cesar de las ciudades de Judá y de las calles de Jerusalén la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia; porque la tierra quedará desolada.
¿Por qué estamos {aún} sentados? Congregaos, y entremos en las ciudades fortificadas, y perezcamos allí, pues el SEÑOR nuestro Dios nos hace perecer y nos ha dado a beber agua envenenada, porque hemos pecado contra el SEÑOR.
Alzad por los montes lloro y lamentación, y una elegía por los pastos del desierto, porque han sido desolados; nadie pasa {por ellos}, ni se oye el bramido del ganado; desde las aves del cielo hasta las bestias han huido, se han ido.
Haré de Jerusalén un montón de ruinas, una guarida de chacales, y de las ciudades de Judá una desolación, sin habitante.
Así dice el SEÑOR de los ejércitos: Considerad, llamad a las plañideras, que vengan; enviad por las {más} hábiles, que vengan,
Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios, exterminando a los niños de las calles, a los jóvenes de las plazas.
Di: Así declara el SEÑOR: ``Los cadáveres de los hombres caerán como estiércol sobre la faz del campo, y como gavillas tras el segador, y no habrá quien {las} recoja."
a Egipto, a Judá, a los hijos de Amón, a Moab y a todos los que se rapan las sienes, a los que habitan en el desierto; porque todas las naciones son incircuncisas, y toda la casa de Israel es incircuncisa de corazón.
Así dice el SEÑOR: El camino de las naciones no aprendáis, ni de las señales de los cielos os aterroricéis, aunque las naciones les tengan terror.
Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; pues un leño del bosque es cortado, {lo} trabajan las manos de un artífice con la azuela;
¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? Porque esto se te debe. Porque entre todos los sabios de las naciones, y en todos sus reinos, no hay nadie como tú.
Pero el SEÑOR es el Dios verdadero; El es el Dios vivo y el Rey eterno. Ante su enojo tiembla la tierra, y las naciones son impotentes ante su indignación.
Cuando El emite su voz, {hay} estruendo de aguas en los cielos; El hace subir las nubes desde los extremos de la tierra, hace los relámpagos para la lluvia y saca el viento de sus depósitos.
¿Se oye un rumor! He aquí, viene una gran conmoción desde la tierra del norte, para convertir las ciudades de Judá en desolación, en guarida de chacales.
Derrama furor sobre las naciones que no te conocen, y sobre los linajes que no invocan tu nombre; porque han devorado a Jacob, lo han devorado y lo han consumido, y han asolado su morada.
Oíd las palabras de este pacto, y decidlas a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén.
Les diréis: ``Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: `Maldito el hombre que no obedezca las palabras de este pacto
Y el SEÑOR me dijo: Proclama todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, diciendo: ``Oíd las palabras de este pacto y cumplidlas.
``Pero no escucharon ni inclinaron su oído, sino que cada cual anduvo en la terquedad de su malvado corazón. Por tanto, hice caer sobre ellos todas las palabras de este pacto, que yo {les} mandé cumplir y no lo cumplieron."
Se han vuelto a las iniquidades de sus antepasados, los cuales rehusaron escuchar mis palabras, y se han ido tras otros dioses para servirlos. La casa de Israel y la casa de Judá han violado mi pacto, el cual hice con sus padres.
Entonces irán las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes queman incienso, pero ellos ciertamente no podrán salvarlos en la hora de su aflicción.
Porque según el número de tus ciudades son tus dioses, oh Judá, y según el número de las calles de Jerusalén, son los altares que has levantado a lo vergonzoso, altares para quemar incienso a Baal.
¿Hasta cuándo estará de luto la tierra y marchita la vegetación de todo el campo? Por la maldad de los que moran en ella han sido destruidos los animales y las aves, porque han dicho: Dios no verá nuestro fin.
¿Es acaso mi heredad para mí como ave de rapiña de varios colores? ¿Están las aves de rapiña por todos lados contra ella? Id, reunid a todas las bestias del campo, traedlas para que {la} devoren.
Sobre todas las alturas desoladas del desierto han venido destructores, porque la espada del SEÑOR devora de un extremo de la tierra al otro; no hay paz para nadie.
Dad gloria al SEÑOR vuestro Dios antes que haga venir las tinieblas, y antes que vuestros pies tropiecen sobre los montes oscuros, y estéis esperando la luz, y El la transforme en profundas tinieblas, {la} torne en lobreguez.
Las ciudades del Neguev han sido cerradas, y no hay quien {las} abra: todo Judá ha sido llevado al destierro, llevado al cautiverio en su totalidad.
Y si dices en tu corazón: `` ¿Por qué me han sucedido estas cosas?" Por la magnitud de tu iniquidad te han quitado las faldas y descubierto tus calcañares.
Por lo cual yo también te levantaré las faldas sobre tu rostro, para que se vea tu vergüenza.
{En} tus adulterios y {en} tus relinchos, {en} la bajeza de tu prostitución sobre las colinas del campo, he visto tus abominaciones. ¿Ay de ti, Jerusalén! ¿Hasta cuándo seguirás sin purificarte?
Sus nobles enviaban a sus siervos por agua; iban a las cisternas y no hallaban agua; volvían con sus vasijas vacías. Quedaron avergonzados y humillados, y se cubrieron la cabeza.
Y los asnos monteses se paran en las alturas desoladas, jadeando por aire como chacales; desfallecen sus ojos porque no hay vegetación.
También el pueblo a quien profetizan estará tirado por las calles de Jerusalén a causa del hambre y de la espada; no habrá quien los entierre a ellos, ni a sus mujeres, ni a sus hijos, ni a sus hijas, pues derramaré sobre ellos su maldad.
¿Hay entre los ídolos de las naciones alguno que haga llover? ¿O pueden los cielos {solos} dar lluvia? ¿No eres tú, oh SEÑOR, nuestro Dios? En ti, pues, esperamos, porque tú has hecho todas estas cosas.
Y pondré sobre ellos cuatro géneros {de males} --declara el SEÑOR--: la espada para matar, los perros para despedazar, y las aves del cielo y las bestias de la tierra para devorar y destruir.
Los aventaré con el bieldo en las puertas del país; {los} privaré de hijos, destruiré a mi pueblo, {pues} no se arrepintieron de sus caminos.
Cuando se presentaban tus palabras, yo las comía; tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, porque se me llamaba por tu nombre, oh SEÑOR, Dios de los ejércitos.
¿Por qué es mi dolor perpetuo y mi herida incurable, que rehúsa sanar? ¿Serás en verdad para mí como {corriente} engañosa, {como} aguas en las que no se puede confiar?
Porque así dice el SEÑOR acerca de los hijos e hijas nacidos en este lugar, y acerca de las madres que los dieron a luz, y de los padres que los engendraron en esta tierra:
De muertes crueles morirán; no serán llorados ni sepultados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra; a espada y por hambre serán acabados, y sus cadáveres servirán de comida para las aves del cielo y para las bestias de la tierra.
He aquí, enviaré a muchos pescadores --declara el SEÑOR-- que los pescarán; y después enviaré a muchos cazadores, que los cazarán por todo monte y por todo collado y por las hendiduras de las peñas.
¿Oh SEÑOR, fuerza mía y fortaleza mía, refugio mío en el día de angustia! A ti vendrán las naciones desde los términos de la tierra y dirán: Nuestros padres heredaron sólo mentira, vanidad y cosas sin provecho.
Como ellos se acuerdan de sus hijos, así {se acuerdan} de sus altares y de sus Aseras junto a los árboles frondosos, en las altas colinas.
Así me dijo el SEÑOR: Ve y ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y asimismo en todas las puertas de Jerusalén,
``Así dice el SEÑOR: `Guardaos, por vuestra vida, de llevar carga en día de reposo, y de meterla por las puertas de Jerusalén.
`Pero sucederá que si me escucháis con atención --declara el SEÑOR-- no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en día de reposo, y santificáis el día de reposo, sin hacer en él trabajo alguno,
entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes que se sienten sobre el trono de David; vendrán montados en carros y caballos, ellos y sus príncipes, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre.
`Vendrán de las ciudades de Judá y de los alrededores de Jerusalén, de la tierra de Benjamín, de la tierra baja, de la región montañosa y del Neguev, trayendo holocaustos, sacrificios, ofrendas de grano e incienso, y trayendo sacrificios de acción de gracias a la casa del SEÑOR.
`Pero si no me escucháis en cuanto a santificar el día de reposo, y traéis carga y entráis por las puertas de Jerusalén en día de reposo, entonces prenderé fuego a sus puertas, que consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará.'"
Por tanto, así dice el SEÑOR: ``Preguntad ahora entre las naciones: ¿Quién ha oído cosa semejante? Algo muy horrible ha hecho la virgen de Israel.
`` ¿Faltará la nieve del Líbano de la roca agreste? ¿O se agotarán las aguas frías que fluyen de {tierras} lejanas?
``Pues bien, mi pueblo me ha olvidado, queman incienso a dioses vanos, y se han desviado de sus caminos, de las sendas antiguas, para andar por senderos, no por calzada,
y sal al valle de Ben-hinom, que está a la entrada de la puerta de los tiestos, y proclama allí las palabras que yo te diré.
`Y haré nulo el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar, y los haré caer a espada delante de sus enemigos y a mano de los que buscan su vida, y entregaré sus cadáveres por comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.
`Y las casas de Jerusalén y las casas de los reyes de Judá serán como el lugar de Tofet, inmundas, a causa de todas las casas en cuyos terrados ofrecieron sacrificios a todo el ejército del cielo y derramaron libaciones a otros dioses.'"
Porque he oído las murmuraciones de muchos: ¿Terror por todas partes! ¿Denunciad{le,} denunciémosle! Todos mis amigos de confianza, esperando mi caída, {dicen:} Tal vez será persuadido, prevaleceremos contra él y tomaremos de él nuestra venganza.
Oh SEÑOR de los ejércitos, que pruebas al justo, que ves las entrañas y el corazón, vea yo tu venganza sobre ellos, pues a ti he encomendado mi causa.
Sea ese hombre como las ciudades que el SEÑOR destruyó sin piedad; oiga gritos de mañana y alaridos al mediodía,
``Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: `He aquí, yo haré volver atrás las armas de guerra que {tenéis} en vuestras manos, con las cuales peleáis contra el rey de Babilonia y contra los caldeos que os sitian fuera de los muros, y las reuniré en medio de esta ciudad.
`Porque si en verdad observáis este mandato, entonces entrarán reyes por las puertas de esta casa, y se sentarán en el lugar de David, en su trono; {entrarán} montados en carros y caballos, el rey, sus siervos y su pueblo.
Con entierro de asno, será enterrado: arrastrado y tirado fuera de las puertas de Jerusalén.
¿Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mis prados! --declara el SEÑOR.
Por tanto, así dice el SEÑOR, Dios de Israel, acerca de los pastores que apacientan a mi pueblo: Vosotros habéis dispersado mis ovejas y las habéis ahuyentado, y no os habéis ocupado de ellas; he aquí, yo me ocuparé de vosotros por la maldad de vuestras obras --declara el SEÑOR.
Yo mismo reuniré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las he echado, y las haré volver a sus pastos; y crecerán y se multiplicarán.
Pondré sobre ellas pastores que las apacentarán, y nunca más tendrán temor, ni se aterrarán, ni faltará ninguna --declara el SEÑOR.
sino: ``Vive el SEÑOR que hizo subir y trajo a los descendientes de la casa de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras adonde los había echado"; y habitarán en su propio suelo.