'Levantó' en la Biblia
Y él tuvo temor, y se levantó y se fue por salvar su vida, y vino a Beerseba, que es en Judá, y dejó allí su criado.
Se levantó, pues , y comió y bebió; y caminó con la fortaleza de aquella comida cuarenta días y cuarenta noches, hasta el monte de Dios, Horeb.
Y se volvió de en pos de él, y tomó un par de bueyes, y los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne de ellos, y la dio al pueblo que comiesen. Después se levantó, y fue tras Elías, y le servía.
Y oyendo Acab que Nabot era muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella.
Entonces el ángel del SEÑOR dijo a Elías: Desciende con él; no tengas miedo de él. Y él se levantó, y descendió con él al rey.
El entonces se levantó, y la siguió. Y Giezi había ido delante de ellos, y había puesto el bordón sobre el rostro del niño, mas ni tenía voz ni sentido; y así se había vuelto para encontrar a Eliseo; y se lo declaró, diciendo: El niño no despierta.
Y se levantó el rey de noche, y dijo a sus siervos: Yo os declararé lo que nos han hecho los siros. Ellos saben que tenemos hambre, y se han salido de las tiendas y se han escondido en el campo, diciendo: Cuando hubieren salido de la ciudad, los tomaremos vivos, y entraremos en la ciudad.
Entonces la mujer se levantó, e hizo como el varón de Dios le dijo; y se partió ella con su familia, y vivió en tierra de los filisteos siete años.
Y él se levantó, y se entró en casa; y el otro derramó el aceite sobre su cabeza, y le dijo: Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: Yo te he ungido por rey sobre el pueblo del SEÑOR, sobre Israel.
Y se levantó de allí, y vino a Samaria; y llegando él en el camino a una casa de esquileo de pastores,
Y Atalía madre de Ocozías, viendo que su hijo era muerto, se levantó, y destruyó toda la simiente real.
Y aconteció que queriendo unos sepultar un hombre, súbitamente vieron al ejército, y arrojaron al hombre en el sepulcro de Eliseo; y el muerto tocó los huesos de Eliseo, y revivió, y se levantó sobre sus pies.
Porque él volvió a edificar los altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a Baal, e hizo bosque, como había hecho Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército del cielo, y sirvió a aquellas cosas.
Y aconteció a los treinta y siete años de la trasportación de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veintisiete del mes, que Evil-merodac rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, levantó la cabeza de Joaquín rey de Judá, sacándolo de la casa de la cárcel;
Después de esto aconteció que se levantó guerra en Gezer con los filisteos; e hirió Sibecai husatita a Sipai, del linaje de los gigantes; y fueron humillados.
Mas Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que contase a Israel.
Y se levantó Abías sobre el monte de Zemaraim, que es en los montes de Efraín, y dijo: Oídme, Jeroboam y todo Israel.
Pero Jeroboam hijo de Nabat, siervo de Salomón hijo de David, se levantó y rebeló contra su señor;
Y se levantó Joram contra el reino de su padre; y se hizo fuerte, y mató a cuchillo a todos sus hermanos, y asimismo a algunos de los príncipes de Israel.
Entonces pasó Joram con sus príncipes, y consigo todos sus carros; y se levantó de noche, e hirió a Edom que le habían cercado, y a todos los príncipes de sus carros.
Entonces Atalía madre de Ocozías, viendo que su hijo era muerto, se levantó y destruyó toda la simiente real de la casa de Judá.
Porque él reedificó los altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a los Baales, e hizo bosques, y adoró a todo el ejército de los cielos, y a él sirvió.
Entonces se levantó Jesúa hijo de Josadac, y sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel, y sus hermanos, y edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios.
Entonces se levantó Esdras, y juramentó a los príncipes de los sacerdotes y de los levitas, y a todo Israel, que harían conforme a esto; y ellos juraron.
Se levantó luego Esdras de delante de la Casa de Dios, y se fue a la cámara de Johanán hijo de Eliasib; e ido allá, no comió pan ni bebió agua, porque se entristeció sobre la prevaricación de los de la transmigración.
Y se levantó Esdras el sacerdote, y les dijo: Vosotros habéis prevaricado, por cuanto tomásteis mujeres extrañas, añadiendo así sobre el pecado de Israel.
Y se levantó Eliasib el sumo sacerdote con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos la santificaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, aparejándola hasta la torre de Hananeel.
Y reedificó la puerta del Muladar, Malquías hijo de Recab, príncipe de la provincia de Bet-haquerem; él la reedificó, y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos.
Y Salum hijo de Colhoze, príncipe de la región de Mizpa, restauró la puerta de la Fuente; él la reedificó, y la enmaderó, y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y el muro del estanque de Siloé de la huerta del rey, hasta las gradas que descienden de la ciudad de David.
Se levantó luego el rey del banquete del vino en su furor, y se fue al huerto del palacio; y se quedó Amán para procurar de la reina Ester por su vida; porque vio que se concluyó para él el mal de parte del rey.
Entonces extendió el rey a Ester la vara de oro, y Ester se levantó, y se puso en pie delante del rey.
Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y trasquiló su cabeza, y cayendo en tierra adoró;
Mas a los violentos adelantó con su poder; se levantó, y no fió a nadie en la vida.
El que no revolvió con su lengua, ni hizo mal a su prójimo, ni levantó vergüenza contra su prójimo.
Alegra el alma de tu siervo; porque a ti, oh Señor, levanto mi alma.
Vau Se levantó aun de noche, y dio comida a su familia, y ración a sus criadas.
En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el Angel de su faz los salvó. Con su amor y con su clemencia los redimió, y los trajo a cuestas , y los levantó todos los días del siglo.
Y se levantó Ismael, hijo de Netanías, y los diez hombres que con él estaban , e hirieron a cuchillo a Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, matando así a aquel a quien el rey de Babilonia había puesto sobre la tierra.
Así dijo el SEÑOR: He aquí que yo levanto sobre Babilonia, y sobre sus moradores que de corazón se levantan contra mí, un viento destruidor.
Y el Espíritu me levantó, y oí detrás de mí una voz de gran estruendo de la bendita gloria del SEÑOR que se iba de su lugar,
Y el Espíritu me levantó, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu, pero la mano del SEÑOR era fuerte sobre mí.
Y el Espíritu me levantó, y me metió por la puerta oriental de la Casa del SEÑOR, la cual mira hacia el oriente; y he aquí a la entrada de la puerta veinticinco varones, entre los cuales vi a Jaazanías hijo de Azur, y a Pelatías hijo de Benaía, príncipes del pueblo.
Luego me levantó el Espíritu, y me volvió a llevar en visión del Espíritu de Dios a la tierra de los caldeos, a los cautivos. Y se fue de mí la visión que había visto.
Y ella tuvo varas fuertes para cetros de señores; y se levantó su estatura por encima entre las ramas, y fue vista en su altura, y con la multitud de sus sarmientos.
Entonces fue también desmenuzado el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y se tornaron como tamo de las eras del verano; y los levantó el viento, y nunca más se les halló lugar. Mas la piedra que hirió a la imagen, fue hecha un gran monte, que llenó toda la tierra.
El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, la altura de la cual era de sesenta codos, su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia.
Entonces Nabucodonosor se espantó, y se levantó aprisa, y habló, y dijo a los de su consejo: ¿No echamos tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron y dijeron al rey: Es verdad, oh rey.
El rey, por tanto, se levantó de mañana al amanecer, y fue aprisa al foso de los leones.
Y lo vi que llegaba junto al carnero, y se levantó contra él, y lo hirió, y quebró sus dos cuernos, porque en el carnero no había fuerzas para parar delante de él; lo derribó por tanto en tierra, y lo holló; ni hubo quien librase al carnero de su mano.
Oíd esta palabra, porque yo levanto endecha sobre vosotros, Casa de Israel.
Y Jonás se levantó para huir de la presencia del SEÑOR a Tarsis, y descendió a Jope; y halló un navío que partía para Tarsis; y pagándole su pasaje entró en él, para irse con ellos a Tarsis huyendo de la presencia del SEÑOR.
Y se levantó Jonás, y fue a Nínive, conforme a la palabra del SEÑOR. Y era Nínive ciudad grande a Dios, de tres días de camino.
Y llegó la palabra hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, y echó de sí su vestido, y se cubrió de cilicio, y se sentó sobre ceniza.
Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, gente amarga y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las habitaciones ajenas.
porque he aquí, que yo levanto pastor en la tierra, que no visitará las perdidas, no buscará la pequeña, no curará la perniquebrada, ni llevará la cansada a cuestas; sino que se comerá la carne de la gruesa, y romperá sus uñas.
Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y se vino a tierra de Israel.
Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.
Y pasando Jesús de allí, vio a un hombre que estaba sentado al banco de los tributos públicos , el cual se llamaba Mateo; y le dice: Sígueme. Y se levantó, y le siguió.
Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos.
Pero cuando la multitud fue echada fuera, entró, y la tomó de su mano, y se levantó la muchacha.
De cierto os digo, que no se levantó entre los que nacen de mujer otro mayor que Juan el Bautista; mas el que es más pequeño en el Reino de los cielos, mayor es que él.
Entonces llegando él , la tomó de su mano y la levantó; y luego la dejó la fiebre, y les servía.
Entonces él se levantó luego, y tomando su lecho, se salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca tal hemos visto.
Y se levantó una grande tempestad de viento, y echaba las olas en el barco, de tal manera que ya se llenaba.
Y luego la muchacha se levantó, y andaba; porque era de doce años. Y se espantaron de grande espanto.
Pero Jesús tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó.
El entonces, echando su capa, se levantó, y vino a Jesús.
Quitó los poderosos de los tronos, y levantó a los humildes.
Y vino a Nazaret, donde había sido criado; y entró, conforme a su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó a leer.
Entonces su espíritu volvió, y se levantó luego; y él mandó que le diesen de comer.
Y he aquí, un doctor de la ley se levantó, tentándole y diciendo: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
Y cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza;
Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado;
Respondieron y le dijeron: ¿No eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se levantó profeta.
Ella, cuando lo oyó, se levantó prestamente y vino a él.
se levantó de la cena, y se quitó su ropa, y tomando una toalla, se ciñó.
No hablo de todos vosotros; yo sé los que he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.
al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible ser detenido de ella.
Y tomándole por la mano derecha le levantó; y luego fueron afirmados sus pies y piernas.
El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, al cual vosotros matasteis colgándole en el madero.
Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien; al que se agregó un número de hombres como cuatrocientos, el cual fue muerto; y todos los que le creyeron fueron dispersos, y reducidos a nada.
Después de éste, se levantó Judas el galileo en los días del empadronamiento, y llevó mucho pueblo tras sí. Pereció también aquel; y todos los que consintieron con él, fueron derramados.
hasta que se levantó otro rey que no conocía a José.
Entonces él se levantó, y fue; y he aquí un Etíope, eunuco, gobernador de Candace, reina de los Etíopes, el cual era puesto sobre todos sus tesoros, y había venido a adorar a Jerusalén,
Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco,
Y le dijo Pedro: Eneas, El Señor Jesús, el Cristo, te sana; levántate, y hazte tu cama. Y luego se levantó.
Y él le dio la mano, y la levantó; entonces llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.
Y Pedro le levantó, diciendo: Levántate; yo mismo también soy hombre.
A éste Dios lo levantó al tercer día, y dio que fuese hecho manifiesto,
Y quitado aquel, les levantó por rey a David, del que dio también testimonio, diciendo: He hallado a David, hijo de Jessé, varón conforme a mi corazón, el cual hará todo lo que yo quiero.
De la simiente de éste, Dios, conforme a la promesa, levantó a Jesus por Salvador a Israel;
Y que le levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción, así lo dijo: Os daré las misericordias fieles prometidas a David.
Mas aquel que Dios levantó, no vio corrupción.
Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad y un día después, salió con Bernabé a Derbe.
Y se levantó un gran clamor: y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si espíritu le ha hablado, o ángel, no resistamos a Dios.
Y como hubo dicho estas cosas, se levantó el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se habían sentado con ellos;
sino también por nosotros, a quienes será así contado, esto es, a los que creen en el que levantó de los muertos a Jesús, el Señor nuestro,
Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó a Jesús el Cristo de los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.