'Mar' en la Biblia
Por tanto, así dice el SEÑOR: He aquí, yo defenderé tu causa, y ejecutaré tu venganza; secaré su mar y haré que se sequen sus manantiales.
El mar ha subido sobre Babilonia; con la multitud de sus olas ha sido cubierta.
Y los caldeos rompieron en pedazos las columnas de bronce que {estaban} en la casa del SEÑOR, también las basas y el mar de bronce que {estaban} en la casa del SEÑOR, y llevaron todo su bronce a Babilonia.
En cuanto a las dos columnas, el mar, los doce toros de bronce que estaban debajo del mar {y} las basas que el rey Salomón había hecho para la casa del SEÑOR, no era posible calcular el peso del bronce de todos estos objetos.
¿Cómo he de amonestarte? ¿A qué te compararé, hija de Jerusalén? ¿A qué te igualaré al consolarte, virgen hija de Sion? Porque grande como el mar es tu ruina, ¿quién te podrá sanar?
por tanto, así dice el Señor DIOS: `He aquí, yo extenderé mi mano contra los filisteos, y cortaré a los cereteos y haré perecer a los que quedan en la costa del mar.
por tanto, así dice el Señor DIOS: ``He aquí, estoy contra ti, Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas.
``Será tendedero de redes en medio del mar, porque yo he hablado" --declara el Señor DIOS-- ``y ella será despojo para las naciones.
Entonces descenderán de sus tronos todos los príncipes del mar, se quitarán sus mantos y se despojarán de sus vestiduras bordadas. Se vestirán de temores, se sentarán en tierra, temblarán a cada momento y se horrorizarán a causa de ti.
Elevarán una elegía por ti, y te dirán: `` ¿Cómo has perecido, habitada de los mares, la ciudad renombrada, que era poderosa en el mar! Ella y sus habitantes, infundían terror a todos sus vecinos.
``Ahora tiemblan las costas {por} el día de tu caída; sí, las costas del mar se espantan de tu fin."
y di a Tiro, que está asentada en las entradas del mar, negociante de los pueblos de muchas costas: ``Así dice el Señor DIOS: `Tiro, tú has dicho: ``Soy de perfecta hermosura."
`Los ancianos de Gebal y sus mejores obreros estaban contigo reparando tus junturas; todas las naves del mar y sus marineros estaban contigo para negociar con tus productos.
`Y descenderán de sus naves todos los que empuñan el remo; los marineros {y} todos los pilotos del mar se quedarán en tierra;
`Elevarán por ti una elegía en su llanto y se lamentarán por ti: `` ¿Quién como Tiro, como la silenciosa en medio del mar?
`Y los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo y todos los animales que se arrastran sobre la tierra, y todos los hombres sobre la faz de la tierra temblarán en mi presencia; también se derrumbarán los montes, se desplomarán los precipicios y todo muro caerá por tierra.
`Y sucederá en aquel día que daré a Gog un lugar para sepultura allí en Israel, el valle de los que pasan al oriente del mar, y cortará el paso a los viajeros. Allí enterrarán a Gog con toda su multitud, y {lo} llamarán el valle de Hamón-gog.
Y me dijo: Estas aguas salen hacia la región oriental y descienden al Arabá; luego siguen hacia el mar y desembocan en el mar; entonces las aguas {del mar} quedan purificadas.
Y junto a él se pararán los pescadores, y desde En-gadi hasta En-eglaim habrá un lugar para tender las redes. Sus peces serán según sus especies, como los peces del mar Grande, numerosísimos.
Y estos {serán} los límites de la tierra: Por el lado norte, desde el mar Grande, camino de Hetlón, hasta la entrada de Zedad;
Y el límite se extenderá desde el mar {hasta} Hazar-enán {en} el límite de Damasco, y en el norte, hacia el norte, al límite de Hamat; este es el lado norte.
Y por el lado oriental, entre Haurán, Damasco, Galaad y la tierra de Israel, al Jordán; mediréis desde el límite {norte} hasta el mar oriental; este es el lado oriental.
Y el lado sur, hacia el sur, {se extenderá} desde Tamar hasta las aguas de Meriba de Cades, {hacia} el torrente {de Egipto}, hasta el mar Grande; este es el lado sur, hacia el sur.
Y el lado occidental {será} el mar Grande, desde el límite {sur} hasta enfrente de Lebo-hamat; este es el lado occidental.
Y junto al límite de Gad, al lado sur, hacia el sur, el límite será desde Tamar hasta las aguas de Meriba de Cades, hacia el torrente {de Egipto} hasta el mar Grande.
Habló Daniel, y dijo: Miraba yo en mi visión nocturna, y he aquí, los cuatro vientos del cielo agitaban el gran mar;
y cuatro bestias enormes, diferentes unas de otras, subían del mar.
Pero el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar; y sucederá que en el lugar donde se les dice: No sois mi pueblo, se les dirá: {Sois} hijos del Dios viviente.
Por eso la tierra está de luto, y languidece todo morador en ella junto con las bestias del campo y las aves del cielo; aun los peces del mar desaparecen.
Al {ejército} del norte lo alejaré de vosotros y lo echaré a una tierra árida y desolada, su vanguardia hacia el mar oriental, y su retaguardia hacia el mar occidental. Y ascenderá su hedor y subirá su fetidez, porque ha hecho terribles cosas.
El que hizo las Pléyades y el Orión, cambia las densas tinieblas en aurora, y hace oscurecer el día en noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra: el SEÑOR es su nombre.
Y vagarán de mar a mar, y del norte hasta el oriente; andarán de aquí para allá en busca de la palabra del SEÑOR, pero no {la} encontrarán.
Aunque se escondan en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; aunque se oculten de mis ojos en el fondo del mar, allí ordenaré a la serpiente que los muerda.
el que edifica en los cielos sus altos aposentos, y sobre la tierra ha establecido su bóveda; el que llama a las aguas del mar y las derrama sobre la faz de la tierra: el SEÑOR es su nombre.
Y el SEÑOR desató sobre el mar un fuerte viento, y hubo una tempestad tan grande en el mar que el barco estuvo a punto de romperse.
Los marineros tuvieron miedo y cada uno clamaba a su dios; y arrojaron al mar la carga que estaba en el barco para aligerarlo. Pero Jonás había bajado a la bodega del barco, se había acostado y dormía profundamente.
Y él les respondió: Soy hebreo, y temo al SEÑOR Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra.
Entonces le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se calme en torno nuestro? Pues el mar se embravecía más y más.
Y él les dijo: Tomadme y lanzadme al mar, y el mar se calmará en torno vuestro, pues yo sé que por mi causa {ha venido} esta gran tempestad sobre vosotros.
Los hombres se pusieron a remar {con afán} para volver a tierra firme, pero no pudieron, porque el mar seguía embraveciéndose contra ellos.
Tomaron, pues, a Jonás y lo lanzaron al mar; y el mar cesó en su furia.
{Viene el} día cuando ellos vendrán hasta ti desde Asiria y las ciudades de Egipto; desde Egipto hasta el Río, de mar a mar y de monte a monte.
Volverá a compadecerse de nosotros, hollará nuestras iniquidades. Sí, arrojarás a las profundidades del mar todos nuestros pecados.
El reprende al mar y lo hace secar, y todos los ríos agota. Languidecen Basán y el Carmelo, y las flores del Líbano se marchitan.
¿Eres tú mejor que Tebas, la asentada junto al Nilo, rodeada de aguas, cuyo baluarte {era} el mar {y} las aguas su muralla?
¿Por qué has hecho a los hombres como peces del mar, como reptiles que no tienen jefe?
Pues la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del SEÑOR como las aguas cubren el mar.
¿Te indignaste, SEÑOR, contra los ríos? ¿Contra los ríos {fue} tu ira, contra el mar tu furor, cuando montaste en tus caballos, en tus carros de victoria?
Marchaste por el mar con tus caballos, en el oleaje de las inmensas aguas.
Eliminaré hombres y animales, eliminaré las aves del cielo y los peces del mar, y haré tropezar a los impíos; extirparé al hombre de la faz de la tierra --declara el SEÑOR.
¿Ay de los habitantes de la costa del mar, la nación de los cereteos! La palabra del SEÑOR está contra vosotros: Canaán, tierra de los filisteos, yo te destruiré hasta que no quede habitante alguno.
Y la costa del mar se convertirá en pastizales, en praderas para pastores y apriscos para ovejas.
Porque así dice el SEÑOR de los ejércitos: ``Una vez más, dentro de poco, yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra firme.
He aquí, el Señor la despojará, arrojará al mar su riqueza y ella será consumida por el fuego.
Destruiré el carro de Efraín y el caballo de Jerusalén, y el arco de guerra será destruido. El hablará paz a las naciones, y su dominio será de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra.
Pasarán por el mar {de} la angustia, y El herirá las olas en el mar y se secarán todas las profundidades del Nilo; y será abatido el orgullo de Asiria y apartado el cetro de Egipto.
En aquel día sucederá que brotarán aguas vivas de Jerusalén, una mitad hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el mar occidental, será lo mismo en verano que en invierno.
y saliendo de Nazaret, fue y se estableció en Capernaúm, que está junto al mar, en la región de Zabulón y de Neftalí;
¿TIERRA DE ZABULON Y TIERRA DE NEFTALI, CAMINO DEL MAR, AL OTRO LADO DEL JORDAN, GALILEA DE LOS GENTILES!
Y andando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando una red al mar, porque eran pescadores.
Y de pronto se desató una gran tormenta en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús estaba dormido.
Y El les dijo*: ¿Por qué estáis amedrentados, hombres de poca fe? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma.
Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Quién es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
Entonces El les dijo: ¿Id! Y ellos salieron y entraron en los cerdos; y he aquí que la piara entera se precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas.
Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó a la orilla del mar.
El reino de los cielos también es semejante a una red barredera que se echó en el mar, y recogió {peces} de toda clase;
Y a la cuarta vigilia de la noche, {Jesús} vino a ellos andando sobre el mar.
Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar.
Y pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea, y subiendo al monte, se sentó allí.
Sin embargo, para que no los escandalicemos, ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que salga; y cuando le abras la boca hallarás un estáter; tómalo y dáselo por ti y por mí.
Pero al que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de {las que mueve un} asno, y que se ahogara en lo profundo del mar.
Respondiendo Jesús, les dijo: En verdad os digo que si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que aun si decís a este monte: ``Quítate y échate al mar", {así} sucederá.
¿Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros.
Mientras caminaba junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, hermano de Simón, echando una red en el mar, porque eran pescadores.
Y El salió de nuevo a la orilla del mar, y toda la multitud venía a El, y les enseñaba.
Jesús se retiró al mar con sus discípulos; y una gran multitud de Galilea {le} siguió; y {también} de Judea,
Comenzó a enseñar de nuevo junto al mar; y se llegó a El una multitud tan grande que tuvo que subirse a una barca {que estaba} en el mar, y se sentó; y toda la multitud estaba en tierra a la orilla del mar.
Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: ¿Cálmate, sosiégate! Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma.
Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: ¿Quién, pues, es éste que aun el viento y el mar le obedecen?
Y llegaron al otro lado del mar, a la tierra de los gadarenos.
Y El les dio permiso. Y saliendo los espíritus inmundos, entraron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se precipitó por un despeñadero al mar, y en el mar se ahogaron.
Cuando Jesús pasó otra vez en la barca al otro lado, se reunió una gran multitud alrededor de El; así que El se quedó junto al mar.
Al anochecer, la barca estaba en medio del mar, y El {estaba} solo en tierra.
Y al verlos remar fatigados, porque el viento les era contrario, como a la cuarta vigilia de la noche, fue* hacia ellos andando sobre el mar, y quería pasarles de largo.
Pero cuando ellos le vieron andando sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar;
Volviendo a salir de la región de Tiro, pasó por Sidón y {llegó} al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis.
Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de {las que mueve un} asno, y lo hubieran echado al mar.
En verdad os digo que cualquiera que diga a este monte: ``Quítate y arrójate al mar", y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será {concedido.}
Y uno de {aquellos} días, entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y se hicieron a la mar.
Mejor le sería si se le colgara una piedra de molino al cuello y fuera arrojado al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeños.
Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a este sicómoro: ``Desarráigate y plántate en el mar." Y os obedecería.
Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra, angustia entre las naciones, perplejas a causa del rugido del mar y de las olas,
Después de esto, Jesús se fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias.
Al atardecer, sus discípulos descendieron al mar,
y subiendo en una barca, se dirigían al otro lado del mar, hacia Capernaúm. Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos;
y el mar estaba agitado porque soplaba un fuerte viento.
Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, vieron* a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca; y se asustaron.
Al día siguiente, la multitud que había quedado al otro lado del mar se dio cuenta de que allí no había más que una barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían ido solos.
Cuando le hallaron al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?
Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a los discípulos junto al mar de Tiberias, y se manifestó de esta manera:
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