'Mas' en la Biblia
Mas David había traído el arca de Dios de Quiriat-jearim al lugar que él le había preparado; porque él le había levantado una tienda en Jerusalén.
hijo de una mujer de las hijas de Dan, mas su padre fue de Tiro; el cual sabe trabajar en oro, plata, bronce, hierro, en piedra, en madera, en púrpura, en azul, en lino fino y en carmesí; asimismo para esculpir toda clase de figuras, y sacar toda forma de diseño que se le propusiere, y estará con tus hombres peritos y con los de mi señor David tu padre.
Hizo también diez fuentes, y puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar y limpiar en ellas la obra del holocausto; mas el mar era para que los sacerdotes se lavaran en él.
A más de esto hizo el atrio de los sacerdotes, y el gran atrio, y las portadas del atrio, y cubrió de bronce las puertas de ellas.
Mas a Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre, y a David he elegido para que esté sobre mi pueblo Israel.
Mas Jehová dijo a David mi padre: Respecto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en haber tenido esto en tu corazón.
Mas ¿es verdad que Dios ha de habitar con el hombre en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que he edificado?
Mas tú mirarás a la oración de tu siervo, y a su ruego, oh Jehová Dios mío, para oír el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti.
Mas si vosotros os volviereis, y dejareis mis estatutos y mis preceptos que os he propuesto, y fuereis y sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis,
Mas yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque tú sobrepasas la fama que yo había oído.
Y el rey Salomón dio a la reina de Seba todo lo que ella quiso y le pidió, más de lo que ella había traído al rey. Después se volvió y se fue a su tierra con sus siervos.
Mas él, dejando el consejo que le dieron los viejos, tomó consejo con los jóvenes que se habían criado con él, y que estaban a su servicio;
Entonces los jóvenes que se habían criado con él, le hablaron, diciendo: Así dirás al pueblo que te ha hablado diciendo: Tu padre agravó nuestro yugo, mas tú aligéralo. Así les dirás: Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre.
Mas reinó Roboam sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de Judá.
Mas vino palabra de Jehová a Semaías varón de Dios, diciendo:
Mas Roboam amó a Maaca hija de Absalón sobre todas sus esposas y concubinas; porque tomó dieciocho esposas y sesenta concubinas, y engendró veintiocho hijos y sesenta hijas.
con mil doscientos carros, y con sesenta mil hombres de a caballo; mas el pueblo que venía con él de Egipto, no tenía número; es decir, los libios, los suquienos y los etíopes.
Y se unieron a él unos hombres vanos, hijos de Belial, y pudieron más que Roboam hijo de Salomón, porque Roboam era joven y tierno de corazón, y no pudo defenderse de ellos.
Mas en cuanto a nosotros, Jehová es nuestro Dios, y no le hemos dejado; y los sacerdotes que ministran a Jehová son los hijos de Aarón, y los levitas en la obra;
los cuales queman para Jehová los holocaustos cada mañana y cada tarde, y el incienso aromático; y ponen los panes sobre la mesa limpia, y el candelero de oro con sus candilejas para que ardan cada tarde; porque nosotros guardamos la ordenanza de Jehová nuestro Dios; mas vosotros le habéis dejado.
Y nunca más tuvo Jeroboam poderío en los días de Abías; y le hirió Jehová, y murió.
y salió al encuentro a Asa, y le dijo: Oídme, Asa, y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con Él: y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, Él también os dejará.
Mas cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová Dios de Israel, y le buscaron, Él fue hallado de ellos.
Mas con todo eso los lugares altos no eran quitados de Israel, aunque el corazón de Asa fue perfecto en todos sus días.
Y no hubo más guerra hasta los treinta y cinco años del reinado de Asa.
Mas he aquí, los hechos de Asa, primeros y postreros, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
Y Josafat fue engrandeciéndose más y más; y edificó en Judá fortalezas y ciudades de abastecimiento.
Mas Josafat dijo: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, para que por medio de él preguntemos?
Y el rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay aquí un hombre por el cual podemos preguntar a Jehová; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre mal. Éste es Micaías, hijo de Imla. Y respondió Josafat: No hable así el rey.
Mas salió un espíritu, que se puso delante de Jehová, y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué modo?
Y he aquí ahora ha puesto Jehová espíritu de mentira en la boca de estos tus profetas; mas Jehová ha decretado el mal acerca de ti.
Y dijo el rey de Israel a Josafat: Yo me disfrazaré para entrar en la batalla, mas tú vístete tus vestiduras reales. Y se disfrazó el rey de Israel, y entraron en la batalla.
Y como los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Éste es el rey de Israel. Y lo cercaron para pelear; mas Josafat clamó, y lo ayudó Jehová, y los apartó Dios de él:
Mas disparando uno el arco a la ventura, hirió al rey de Israel entre las junturas y el coselete. Él entonces dijo al carretero: Vuelve tu mano, y sácame del campo, porque estoy mal herido.
Y arreció la batalla aquel día, por lo que estuvo el rey de Israel en pie en el carro enfrente de los sirios hasta la tarde; mas murió a la puesta del sol.
Habitó, pues, Josafat en Jerusalén; mas daba vuelta y salía al pueblo, desde Beerseba hasta el monte de Efraín, y los conducía a Jehová el Dios de sus padres.
¡Oh Dios nuestro! ¿No los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros y no sabemos qué hacer, mas a ti volvemos nuestros ojos.
Y su padre les había dado muchos dones de oro y de plata, y cosas preciosas, y ciudades fortificadas en Judá; mas había dado el reino a Joram, porque él era el primogénito.
Mas Jehová no quiso destruir la casa de David, a causa del pacto que había hecho con David, y porque le había dicho que le daría lámpara a él y a sus hijos perpetuamente.
Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años, y reinó en Jerusalén ocho años; y se fue sin ser deseado. Y lo sepultaron en la ciudad de David, mas no en los sepulcros de los reyes.
Mas el séptimo año se animó Joiada, y tomó consigo en alianza a los centuriones, Azarías hijo de Jeroham, y a Ismael hijo de Johanán, y a Azarías hijo de Obed, y a Maasías hijo de Adaías, y a Elisafat hijo de Zicri;
Mas Joiada envejeció, y murió lleno de días; tenía ciento treinta años cuando murió.
Y les envió profetas para que los volviesen a Jehová, los cuales les amonestaron; mas ellos no los escucharon.
Y el Espíritu de Dios envistió a Zacarías, hijo de Joiada el sacerdote, y puesto en pie, donde estaba más alto que el pueblo, les dijo: Así dice Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Jehová? No os vendrá bien por ello; porque por haber abandonado a Jehová, Él también os abandonará.
Mas ellos hicieron conspiración contra él, y por mandato del rey, lo apedrearon en el atrio de la casa de Jehová.
Y yéndose de él los sirios, lo dejaron en muchas enfermedades; y conspiraron contra él sus siervos a causa de la sangre de los hijos de Joiada el sacerdote, y le hirieron en su cama, y murió. Y le sepultaron en la ciudad de David, mas no lo sepultaron en los sepulcros de los reyes.
Mas no mató a los hijos de ellos, según lo que está escrito en la ley en el libro de Moisés, donde Jehová mandó, diciendo: No morirán los padres por los hijos, ni los hijos por los padres; mas cada uno morirá por su pecado.
Y Amasías dijo al varón de Dios: ¿Qué, pues, se hará de los cien talentos que he dado al ejército de Israel? Y el varón de Dios respondió: De Jehová es darte mucho más que esto.
Mas los del escuadrón que Amasías había despedido, para que no fuesen con él a la guerra, acometieron las ciudades de Judá, desde Samaria hasta Bet-horón, e hirieron de ellos tres mil, y tomaron un grande despojo.
Mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso.
Veinte años tenía Acaz cuando comenzó a reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalén; mas no hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre.
Y ahora habéis determinado sujetar a vosotros a Judá y a Jerusalén por siervos y siervas: mas ¿no habéis vosotros pecado contra Jehová vuestro Dios?
A más de eso recogió Acaz los utensilios de la casa de Dios, y los quebró, y cerró las puertas de la casa de Jehová, y se hizo altares en Jerusalén en todos los rincones.
Y durmió Acaz con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de Jerusalén; mas no le metieron en los sepulcros de los reyes de Israel; y reinó en su lugar Ezequías su hijo.
Mas los sacerdotes eran pocos, y no bastaban para desollar los holocaustos; y así sus hermanos los levitas les ayudaron hasta que acabaron la obra, y hasta que los sacerdotes se santificaron; porque los levitas fueron más rectos de corazón para santificarse que los sacerdotes.
Pasaron, pues, los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y Manasés, hasta Zabulón: mas se reían y burlaban de ellos.
Porque una gran multitud del pueblo de Efraín y Manasés, y de Isacar y Zabulón, no se habían purificado, y comieron la pascua no conforme a lo que está escrito. Mas Ezequías oró por ellos, diciendo: Jehová, que es bueno, sea propicio a todo aquel que ha apercibido su corazón para buscar a Dios,
Esforzaos y sed valientes; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda su multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él.
Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios, para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá.
Y otras cosas más hablaron sus siervos contra Jehová Dios, y contra su siervo Ezequías.
Mas el rey Ezequías, y el profeta Isaías hijo de Amoz, oraron por esto, y clamaron al cielo.
Mas Ezequías no pagó conforme al bien que le había sido hecho; antes se enalteció su corazón, y fue la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén.
Y durmió Ezequías con sus padres, y lo sepultaron en los más insignes sepulcros de los hijos de David, honrándole en su muerte todo Judá y los de Jerusalén: y reinó en su lugar Manasés su hijo.
Mas hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a las abominaciones de las naciones que había echado Jehová delante de los hijos de Israel:
y nunca más quitaré el pie de Israel de la tierra que yo entregué a vuestros padres, a condición que guarden y hagan todas las cosas que yo les he mandado, toda la ley, estatutos, y ordenanzas, por mano de Moisés.
Y Manasés hizo que Judá y los moradores de Jerusalén se desviaran, para hacer más mal que las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel.
Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres.
Mas el pueblo de la tierra hirió a todos los que habían conspirado contra el rey Amón; y el pueblo de la tierra puso por rey en su lugar a Josías su hijo.
Mas al rey de Judá, que os ha enviado a consultar a Jehová, así le diréis: Jehová el Dios de Israel ha dicho así: Por cuanto oíste las palabras del libro,
Y subió el rey a la casa de Jehová, y con él todos los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén, y los sacerdotes, y los levitas, y todo el pueblo desde el mayor hasta el más pequeño; y leyó a oídos de ellos todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová.
Y dijo a los levitas que enseñaban a todo Israel, y que estaban dedicados a Jehová: Poned el arca del santuario en la casa que edificó Salomón hijo de David, rey de Israel, para que no la carguéis más sobre los hombros. Ahora serviréis a Jehová vuestro Dios, y a su pueblo Israel.
Y asaron la pascua al fuego según la costumbre; mas lo que había sido santificado lo cocieron en ollas, en calderos, y calderas, y lo repartieron prestamente a todo el pueblo.
Mas Josías no volvió su rostro de él, antes se disfrazó para darle batalla, y no atendió a las palabras de Necao, que eran de boca de Dios; y vino a darle la batalla en el valle de Meguido.
Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió el furor de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.
Mas al primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová excitó el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pasar pregón por todo su reino, y también por escrito, diciendo: