'Moisés' en la Biblia
Estas son las palabras que Moisés habló a todo Israel al otro lado del Jordán, en el desierto, en el Arabá, frente a Suf, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab.
Y sucedió que en el año cuarenta, el mes undécimo, el primer {día} del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todo lo que el SEÑOR le había ordenado que les {diera,}
Al otro lado del Jordán, en la tierra de Moab, Moisés comenzó a explicar esta ley, diciendo:
Entonces Moisés designó tres ciudades al otro lado del Jordán, al oriente,
Esta es, pues, la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel.
Estos son los testimonios, los estatutos y las ordenanzas que Moisés dio a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto,
al otro lado del Jordán en el valle frente a Bet-peor, en la tierra de Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, a quien Moisés y los hijos de Israel derrotaron cuando salieron de Egipto.
Entonces llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, oh Israel, los estatutos y ordenanzas que hablo hoy a vuestros oídos, para que los aprendáis y pongáis por obra.
Y Moisés y los ancianos de Israel dieron orden al pueblo, diciendo: Guardad todos los mandamientos que yo os ordeno hoy.
Entonces Moisés y los sacerdotes levitas hablaron a todo Israel, diciendo: Guarda silencio y escucha, oh Israel. Hoy te has convertido en pueblo del SEÑOR tu Dios.
También Moisés ordenó al pueblo en aquel día, diciendo:
Estas son las palabras del pacto que el SEÑOR mandó a Moisés que hiciera con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que El había hecho con ellos en Horeb.
Y convocó Moisés a todo Israel y les dijo: Habéis visto todo lo que el SEÑOR hizo delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón, a todos sus siervos y a toda su tierra,
Fue Moisés y habló estas palabras a todo Israel,
Entonces llamó Moisés a Josué y le dijo en presencia de todo Israel: Sé firme y valiente, porque tú entrarás con este pueblo en la tierra que el SEÑOR ha jurado a sus padres que les daría, y se la darás en heredad.
Y escribió Moisés esta ley y la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto del SEÑOR, y a todos los ancianos de Israel.
Entonces Moisés les ordenó, diciendo: Al fin de {cada} siete años, durante el tiempo del año de la remisión de deudas, en la fiesta de los tabernáculos,
Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: He aquí, el tiempo de tu muerte está cerca; llama a Josué y presentaos en la tienda de reunión para que yo le dé {mis} órdenes. Fueron, pues, Moisés y Josué y se presentaron en la tienda de reunión.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres; y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses extranjeros de la tierra en la cual va a entrar, y me dejará y quebrantará mi pacto que hice con él.
Y escribió Moisés este cántico aquel mismo día, y lo enseñó a los hijos de Israel.
Y sucedió que cuando Moisés terminó de escribir las palabras de esta ley en un libro, hasta su conclusión,
Moisés ordenó a los levitas que llevaban el arca del pacto del SEÑOR, diciendo:
Entonces habló Moisés a oídos de toda la asamblea de Israel las palabras de este cántico hasta terminarlas.
Entonces llegó Moisés y habló todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él, con Josué, hijo de Nun.
Cuando terminó Moisés de hablar todas estas palabras a todo Israel,
En aquel mismo día, habló el SEÑOR a Moisés, diciendo:
Esta es la bendición con la que Moisés, hombre de Dios, bendijo a los hijos de Israel antes de morir.
Una ley nos prescribió Moisés, una herencia para la asamblea de Jacob.
Y subió Moisés desde la llanura de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está frente a Jericó, y el SEÑOR le mostró toda la tierra: Galaad hasta Dan,
Y allí murió Moisés, siervo del SEÑOR, en la tierra de Moab, conforme a la palabra del SEÑOR.
Aunque Moisés tenía ciento veinte años cuando murió, no se habían apagado sus ojos, ni había perdido su vigor.
Y los hijos de Israel lloraron a Moisés por treinta días en la llanura de Moab; así se cumplieron los días de llanto {y} duelo por Moisés.
Y Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le escucharon e hicieron tal como el SEÑOR había mandado a Moisés.
Desde entonces no ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés, a quien el SEÑOR conocía cara a cara,
y por la mano poderosa y por todos los hechos grandiosos y terribles que Moisés realizó ante los ojos de todo Israel.