'Naamán' en la Biblia
Y los hijos de Benjamín fueron Bela, Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Ehi, Ros, Mupim, Hupim y Ard.
Y los hijos de Bela fueron Ard y Naamán: de Ard, la familia de los arditas; de Naamán, la familia de los naamanitas.
Naamán, general del ejército del rey de Siria, era un gran varón delante de su señor, y le tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvamento a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso.
Y de Siria habían salido cuadrillas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel una muchacha; la cual sirviendo a la esposa de Naamán,
Y entrando Naamán a su señor, se lo declaró, diciendo: Así y así ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel.
Tomó también la carta para el rey de Israel, que decía así: Ahora, cuando esta carta llegue a ti, sabe por ella que yo te envío a mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra.
Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo.
Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano, y tocará el lugar, y sanará la lepra.
Entonces Naamán dijo: Te ruego, pues, ¿no se dará a tu siervo una carga de un par de mulas de esta tierra? porque de aquí en adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni sacrificio a otros dioses, sino a Jehová.
Entonces Giezi, criado de Eliseo el varón de Dios, dijo entre sí: He aquí mi señor estorbó a este sirio Naamán, no tomando de su mano las cosas que había traído. Vive Jehová, que correré yo tras él, y tomaré de él alguna cosa.
Y siguió Giezi a Naamán; y cuando Naamán lo vio que venía corriendo tras él, se bajó del carro para recibirle, y dijo: ¿Está todo bien?
Y Naamán dijo: Te ruego que tomes dos talentos. Y él le constriñó, y ató dos talentos de plata en dos sacos, con dos mudas de ropa, y los puso sobre dos de sus criados para que los llevaran delante de él.
Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu simiente para siempre. Y salió de delante de él leproso, blanco como la nieve.
Naamán, Ahías y Gera: éste los trasportó, y engendró a Uza y a Ahihud.
Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.