'Ni' en la Biblia
Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre.
También {algunos} soldados le preguntaban, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y él les dijo: A nadie extorsionéis, ni {a nadie} acuséis falsamente, y contentaos con vuestro salario.
Respondiéndoles Jesús, dijo: ¿Ni siquiera habéis leído lo que hizo David cuando tuvo hambre, él y los que con él estaban;
Porque no hay árbol bueno que produzca fruto malo, ni a la inversa, árbol malo que produzca fruto bueno.
Pues cada árbol por su fruto se conoce. Porque {los hombres} no recogen higos de los espinos, ni vendimian uvas de una zarza.
por eso ni siquiera me consideré digno de ir a ti, tan sólo di la palabra y mi siervo será sanado.
Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la multitud que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado una fe tan grande.
Porque ha venido Juan el Bautista, que no come pan, ni bebe vino, y vosotros decís: ``Tiene un demonio."
Pues no hay nada oculto que no haya de ser manifiesto, ni secreto que no haya de ser conocido y salga a la luz.
y cuando El bajó a tierra, le salió al encuentro un hombre de la ciudad poseído por demonios, y que por mucho tiempo no se había puesto ropa alguna, ni vivía en una casa, sino en los sepulcros.
Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni tengáis dos túnicas cada uno.
No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y a nadie saludéis por el camino.
Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo sino el Padre, ni quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo {se lo} quiera revelar.
Nadie, cuando enciende una lámpara, la pone en un sótano ni debajo de un almud, sino sobre el candelero, para que los que entren vean la luz.
Y El dijo: ¿Ay también de vosotros, intérpretes de la ley!, porque cargáis a los hombres con cargas difíciles de llevar, y vosotros ni siquiera tocáis las cargas con uno de vuestros dedos.
Y nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse.
¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Y {sin embargo,} ni uno de ellos está olvidado ante Dios.
Y dijo a sus discípulos: Por eso os digo: No os preocupéis por {vuestra} vida, qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis.
Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan; no tienen bodega ni granero, y {sin embargo,} Dios los alimenta; ¡cuánto más valéis vosotros que las aves!
Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan ni hilan; pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos.
Vosotros, pues, no busquéis qué habéis de comer, ni qué habéis de beber, y no estéis preocupados.
Vended vuestras posesiones y dad limosnas; haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro en los cielos que no se agota, donde no se acerca {ningún} ladrón ni la polilla destruye.
Y aquel siervo que sabía la voluntad de su señor, y que no se preparó ni obró conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes;
Y dijo también al que le había convidado: Cuando ofrezcas una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos, no sea que ellos a su vez también te conviden y tengas ya tu recompensa.
No es útil ni para la tierra ni para el muladar; la arrojan fuera. El que tenga oídos para oír, que oiga.
ni dirán: `` ¿Mirad, aquí {está!}" o: `` ¿Allí {está!}" Porque he aquí, el reino de Dios entre vosotros está.
Y os dirán: `` ¿Mirad allí! ¡Mirad aquí!" No vayáis, ni corráis tras {ellos}.
diciendo: Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre alguno.
Por algún tiempo él no quiso, pero después dijo para sí: ``Aunque ni temo a Dios, ni respeto a hombre alguno,
El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: ``Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos.
Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ``Dios, ten piedad de mí, pecador."
pero los que son tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan ni son dados en matrimonio;
porque yo os daré palabras y sabiduría que ninguno de vuestros adversarios podrá resistir ni refutar.
Sin embargo, ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.
Y les dijo: Cuando os envié sin bolsa, ni alforja, ni sandalias, ¿acaso os faltó algo? Y ellos contestaron: {No,} nada.
Ni tampoco Herodes, pues nos lo ha remitido de nuevo; y he aquí que nada ha hecho que merezca la muerte.
Pero el otro le contestó, y reprendiéndole, dijo: ¿Ni siquiera temes tú a Dios a pesar de que estás bajo la misma condena?
Mirad mis manos y mis pies, que soy yo mismo; palpadme y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.