'Nosotros' en la Biblia
Y os acercasteis a mí todos vosotros, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros, que nos reconozcan la tierra y nos traigan de vuelta razón del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar.
¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí hijos de gigantes.
Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra Jehová; nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que Jehová nuestro Dios nos ha mandado. Y os armasteis cada uno de sus armas de guerra, y os apercibisteis para subir al monte.
Mas Jehová nuestro Dios lo entregó delante de nosotros; y lo derrotamos a él y a sus hijos, y a todo su pueblo.
Solamente tomamos para nosotros el ganado, y el despojo de las ciudades que habíamos tomado.
Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, y desde la ciudad que está junto al arroyo, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros; todas las entregó Jehová nuestro Dios en nuestro poder.
Y tomamos para nosotros todo el ganado, y el despojo de las ciudades.
Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb.
No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos.
Porque, ¿qué es toda carne, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y viva?
Acércate tú, y oye todas las cosas que Jehová nuestro Dios diga; y tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te diga, y nosotros lo oiremos y lo haremos.
Entonces dirás a tu hijo: Nosotros éramos siervos de Faraón en Egipto, y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte;
No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora, cada uno hace lo que parece bien a sus propios ojos;
Y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre.
Y llegasteis a este lugar, y salió Sehón rey de Hesbón, y Og rey de Basán, delante de nosotros para pelear, y los derrotamos;
sino con los que están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los que no están aquí hoy con nosotros.
Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley.
No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo y nos lo traerá, y nos lo hará oír para que lo cumplamos?
Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos?
Y mi furor se encenderá contra ellos en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro y serán consumidos; y muchos males y angustias vendrán sobre ellos, y dirán en aquel día: ¿No nos han venido estos males porque no está nuestro Dios en medio de nosotros?