'Nuestro' en la Biblia
Oigan la palabra del SEÑOR, Gobernantes de Sodoma. Escuchen la instrucción de nuestro Dios, Pueblo de Gomorra:
Cuando un hombre eche mano a su hermano en la casa de su padre, {le dirá:} ``Tú tienes manto, serás nuestro jefe, Y estas ruinas {estarán} bajo tu mando,"
Porque en aquel día siete mujeres echarán mano de un hombre, diciendo: ``Nuestro pan comeremos y con nuestra ropa nos vestiremos; tan sólo déjanos llevar tu nombre. Quita nuestro oprobio."
Han pasado por el desfiladero, {diciendo:} ``Geba será nuestro alojamiento." Ramá está aterrada, y Guibeá de Saúl ha huido.
Y en aquel día se dirá: ``Este es nuestro Dios a quien hemos esperado para que nos salvara. Este es el SEÑOR a quien hemos esperado; Regocijémonos y alegrémonos en su salvación."
Oh SEÑOR, Dios nuestro, otros señores fuera de Ti nos han gobernado. {Pero} sólo en Ti confesamos Tu nombre.
Porque han dicho: ``Hemos hecho un pacto con la muerte, Hemos hecho un convenio con el Seol (región de los muertos). Cuando pase el azote abrumador, no nos alcanzará, Porque hemos hecho de la mentira nuestro refugio Y en el engaño nos hemos escondido."
Porque el SEÑOR es nuestro juez, El SEÑOR es nuestro legislador, El SEÑOR es nuestro rey; El nos salvará.
Florecerá copiosamente Y se regocijará en gran manera y gritará de júbilo. La gloria del Líbano le será dada, La majestad del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del SEÑOR, La majestad de nuestro Dios.
"Pero si me dicen: `Nosotros confiamos en el SEÑOR nuestro Dios,' ¿no es El aquél cuyos lugares altos y cuyos altares Ezequías ha quitado y ha dicho a Judá y a Jerusalén: `Adoren delante de este altar'?
"Y ahora, SEÑOR, Dios nuestro, líbranos de su mano para que todos los reinos de la tierra sepan que sólo Tú, oh SEÑOR, eres Dios."
Una voz clama: ``Preparen en el desierto camino al SEÑOR; Allanen en la soledad calzada para nuestro Dios.
Se seca la hierba, se marchita la flor, Pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre.
Hazme recordar, discutamos juntos nuestro caso; Habla tú para justificarte.
Nuestro Redentor, el SEÑOR de los ejércitos es Su nombre, El Santo de Israel.
El SEÑOR ha desnudado Su santo brazo A la vista de todas las naciones, Y todos los confines de la tierra verán La salvación de nuestro Dios.
¿Quién ha creído a nuestro mensaje? ¿A quién se ha revelado el brazo del SEÑOR?
Abandone el impío su camino, Y el hombre malvado sus pensamientos, Y vuélvase al SEÑOR, Que tendrá de él compasión, Al Dios nuestro, Que será amplio en perdonar.
Transgredir y negar al SEÑOR, Apartarse de nuestro Dios, Hablar de opresión y rebelión, Concebir y proferir en el corazón palabras mentirosas.
Para proclamar el año favorable del SEÑOR, Y el día de venganza de nuestro Dios; Para consolar a todos los que lloran,
Y ustedes serán llamados sacerdotes del SEÑOR; Ministros de nuestro Dios se les llamará. Comerán las riquezas de las naciones, Y en su gloria se jactarán.
Porque Tú eres nuestro Padre, aunque Abraham no nos conoce, Ni nos reconoce Israel. Tú, oh SEÑOR, eres nuestro Padre, Desde la antigüedad Tu nombre es Nuestro Redentor.
¿Por qué, oh SEÑOR, nos haces desviar de Tus caminos Y endureces nuestro corazón a Tu temor? Vuélvete por amor de Tus siervos, las tribus de Tu heredad.
Pero ahora, oh SEÑOR, Tú eres nuestro Padre, Nosotros el barro, y Tú nuestro alfarero; Obra de Tus manos somos todos nosotros.