'Oh' en la Biblia
Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque ahora, oh Efraín, te has prostituido, y se ha contaminado Israel.
Tocad bocina en Gabaa, trompeta en Ramá; sonad alarma en Betaven; tras ti, oh Benjamín.
¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es como la nube de la mañana, y como el rocío que de madrugada viene.
También para ti oh Judá, está preparada una cosecha, cuando yo haga volver el cautiverio de mi pueblo.
Tu becerro, oh Samaria, te hizo alejar; se encendió mi enojo contra ellos, hasta que no pudieron alcanzar inocencia.
No te alegres, oh Israel, hasta saltar de gozo como los otros pueblos, pues te has prostituido apartándote de tu Dios; amaste salario por todas las eras de trigo.
Dales, oh Jehová, lo que les has de dar; dales matriz que aborte, y pechos enjutos.
Desde los días de Gabaa has pecado, oh Israel; allí estuvieron; no los tomó la batalla en Gabaa contra los inicuos.
¿Cómo he de dejarte, oh Efraín? ¿He de entregarte yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.
Te destruiste a ti mismo, oh Israel, mas en mí está tu ayuda.
De la mano del sepulcro los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh sepulcro; el arrepentimiento será escondido de mis ojos.
Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; pues por tu pecado has caído.