'Pies' en la Biblia
HASTA QUE PONGA A TUS ENEMIGOS POR ESTRADO DE TUS PIES."'
Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos cobraron fuerza,
y lo depositaban a los pies de los apóstoles, y se distribuía a cada uno según su necesidad.
poseía un campo y {lo} vendió, trajo el dinero y {lo} depositó a los pies de los apóstoles.
y se quedó con {parte} del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo la otra parte, la puso a los pies de los apóstoles.
Entonces Pedro le {dijo:} `` ¿Por qué se pusieron de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? Mira, los pies de los {hombres} que sepultaron a tu marido están a la puerta, y te sacarán {también} a ti."
Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró. Al entrar los jóvenes, la hallaron muerta; entonces la sacaron y {le} dieron sepultura junto a su marido.
``PERO EL SEÑOR LE DIJO: `QUITATE LAS SANDALIAS DE LOS PIES, PORQUE EL LUGAR DONDE ESTAS ES TIERRA SANTA.
`EL CIELO ES MI TRONO, Y LA TIERRA EL ESTRADO DE MIS PIES; ¿QUE CASA ME EDIFICARAN?' dice el Señor, ` ¿O CUAL ES EL LUGAR DE MI REPOSO?
Echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearlo; y los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo (Pablo).
Cuando Pedro iba a entrar, Cornelio salió a recibirlo, y postrándose a sus pies, {lo} adoró.
"Cuando Juan estaba a punto de terminar su carrera, decía: ` ¿Quién piensan ustedes que soy yo? Yo no soy {el Cristo;} pero miren, viene tras mí uno de quien yo no soy digno de desatar las sandalias de sus pies.'
Entonces éstos sacudieron el polvo de sus pies contra ellos y se fueron a Iconio.
Y {había} en Listra un hombre {que} estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo desde el seno de su madre {y} que nunca había andado.
dijo con voz fuerte: ``Levántate derecho sobre tus pies." Y él dio un salto y comenzó a andar.
el cual, habiendo recibido esa orden, los echó en el calabozo interior y les aseguró los pies en el cepo.
quien vino a {ver}nos, y tomando el cinto de Pablo, se ató las manos y los pies, y dijo: ``Así dice el Espíritu Santo: `Así atarán los Judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los Gentiles.'"