'Pilato' en la Biblia
Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, presidente.
Pilato entonces le dice: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?
Y juntos ellos, les dijo Pilato: ¿Cuál queréis que os suelte? ¿A Barrabás o a Jesús que se dice Cristo?
Pilato les dijo: ¿Qué pues haré de Jesús que se dice el Cristo? Le dicen todos: Sea colgado en un madero.
Y viendo Pilato que nada adelantaba, antes se hacía más alboroto, tomando agua se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; veréislo vosotros.
Este llegó a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo.
Y el siguiente día, que es el segundo día de la preparación, se juntaron los príncipes de los sacerdotes y los fariseos a Pilato,
Y Pilato les dijo: Tenéis la guardia: id, aseguradlo como sabéis.
Y luego por la mañana, habiendo tenido consejo los príncipes de los sacerdotes con los ancianos, y con los escribas, y con todo el concilio, llevaron a Jesús atado, y le entregaron a Pilato.
Y Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Y respondiendo él, le dijo: Tú lo dices.
Y le preguntó otra vez Pilato, diciendo: ¿No respondes algo? Mira de cuántas cosas te acusan.
Mas Jesús ni aun con eso respondió; de modo que Pilato se maravillaba.
Y Pilato les respondió, diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los Judíos?
Y respondiendo Pilato, les dice otra vez: ¿Qué pues queréis que haga del que llamáis Rey de los Judíos?
Mas Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Y ellos daban más voces: Cuélguenlo de un madero.
Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese colgado de un madero.
José de Arimatea, senador noble, que también esperaba el Reino de Dios, vino, y osadamente entró a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
Y Pilato se maravilló que ya fuese muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si era ya muerto.
Y en el año quince del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia,
Y en este mismo tiempo estaban allí unos que le contaban acerca de los galileos, cuya sangre Pilato había mezclado con sus sacrificios.
Levantándose entonces toda la multitud de ellos, le llevaron a Pilato.
Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Y respondiendo él, dijo: Tú lo dices.
Y Pilato dijo a los príncipes de los sacerdotes, y a la multitud: Ninguna culpa hallo en este hombre.
Entonces Pilato, oyendo de Galilea, preguntó si el hombre era galileo.
Mas Herodes con su corte le menospreció, y escarneció, vistiéndole de una ropa rica; y le volvió a enviar a Pilato.
Y fueron hechos amigos entre sí Pilato y Herodes en el mismo día; porque antes eran enemigos entre sí.
Entonces Pilato, convocando los príncipes de los sacerdotes, y los magistrados, y el pueblo,
Y les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús.
Entonces Pilato juzgó que se hiciese lo que ellos pedían;
Este llegó a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
Entonces salió Pilato a ellos fuera, y dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?
Les dice entonces Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos es lícito matar a nadie;
Así que, Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús, y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los Judíos?
Pilato respondió: ¿Soy yo judío? Tu nación, y los sumo sacerdotes, te han entregado a mí; ¿qué has hecho?
Le dijo entonces Pilato: ¿Luego Rey eres tú? Respondió Jesús: Tú dices que YO SOY Rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la Verdad. Todo aquel que es de la Verdad, oye mi voz.
Le dice Pilato: ¿Qué cosa es la Verdad? Y como hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dice: Yo no hallo en él ningún crimen.
Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó.
Entonces Pilato salió otra vez fuera, y les dijo: He aquí, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún crimen hallo en él.
Así salió Jesús fuera, llevando la corona de espinas y la ropa de grana. Y les dice Pilato: He aquí el hombre.
Y como le vieron los príncipes de los sacerdotes, y los servidores, dieron voces diciendo: Cuélguenle de un madero, cuélguenle de un madero. Les dice Pilato: Tomadle vosotros, y colgadle del madero; porque yo no hallo en él crimen.
Cuando Pilato oyó esta palabra, tuvo más miedo.
Entonces le dice Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo potestad para colgarte de un madero, y que tengo potestad para soltarte?
Desde entonces procuraba Pilato soltarle; mas los Judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no eres amigo de César; cualquiera que se hace rey, a César contradice.
Entonces Pilato, oyendo este dicho, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar que se dice el Enlosado, y en hebreo Gabata.
Pero ellos dieron voces: Quita, quita, cuélguenle de un madero. Les dice Pilato: ¿A vuestro Rey he de colgar de un madero? Respondieron los sumo sacerdotes: No tenemos rey sino a César.
Y escribió también Pilato un título, que puso encima del madero. Y el escrito era: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDIOS.
Y decían a Pilato los sumo sacerdotes de los judíos: No escribas, Rey de los Judíos; sino, que él dijo: YO SOY Rey de los Judíos.
Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
Entonces los Judíos, para que los cuerpos no quedasen en el madero en el sábado, porque era la víspera de la Pascua , pues era el gran día del sábado, rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados.
Pasadas estas cosas, José de Arimatea, el cual era discípulo de Jesús, mas en secreto por miedo de los judíos, rogó a Pilato que pudiera quitar el cuerpo de Jesús; lo cual permitió Pilato. Entonces vino, y quitó el cuerpo de Jesús.
El Dios de Abraham, y de Isaac, y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado a su Hijo Jesús, al cual vosotros entregasteis, y negasteis delante de Pilato, juzgando él que había de ser suelto.
Porque verdaderamente se juntaron (en esta ciudad) contra tu santo siervo Jesús, al cual ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y los pueblos de Israel,
Y sin hallar en él causa de muerte, pidieron a Pilato que le matase.
Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que testificó la buena profesión delante de Poncio Pilato,