'Salió' en la Biblia
Y vino sobre él el Espíritu del SEÑOR, y juzgó a Israel. Cuando salió a la guerra, el SEÑOR entregó en su mano a Cusán Risataim, rey de Mesopotamia, y su poder prevaleció sobre Cusán Risataim.
Entonces salió Aod al corredor, cerró tras sí las puertas de la sala de la terraza y {les} pasó el cerrojo.
Después que él salió, vinieron los siervos y vieron que las puertas de la sala de la terraza tenían el cerrojo pasado, y dijeron: ``Sin duda {que el rey} está haciendo su necesidad en la sala de verano."
Jael salió al encuentro de Sísara, y le dijo: ``Venga, señor mío, venga a mí; no tema." Y él fue hacia ella a la tienda, y ella lo cubrió con una manta.
Y cuando Barac venía persiguiendo a Sísara, Jael salió a su encuentro, y le dijo: ``Ven, y te mostraré al hombre que buscas." Y él entró con ella, y vio que Sísara estaba tendido, muerto con la estaca en la sien.
Gaal, hijo de Ebed, salió y se paró a la entrada de la puerta de la ciudad. Y Abimelec y el pueblo que {estaba} con él salieron de la emboscada.
Y salió Gaal delante de los habitantes de Siquem y peleó contra Abimelec.
Al día siguiente el pueblo salió al campo, y se lo hicieron saber a Abimelec.
Cuando Jefté llegó a su casa en Mizpa, su hija salió a recibirlo con panderos y con danzas. Ella era su única hija. Fuera de ella no tenía hijo ni hija.
Entonces les dijo: ``Del que come salió comida, Y del fuerte salió dulzura." Y no pudieron declararle la adivinanza en tres días.
Y abrió Dios la cuenca que está en Lehi y salió agua de ella. Cuando bebió, recobró sus fuerzas y se reanimó. Por eso llamó a aquel lugar En Hacore (Manantial del que Clamó), el cual está en Lehi hasta el día de hoy.
Y el hombre salió de la ciudad, de Belén de Judá, para residir donde encontrara {lugar;} y mientras proseguía su camino, llegó a la región montañosa de Efraín, a la casa de Micaía.
Entonces el hombre, el dueño de la casa, salió a ellos y les dijo: ``No, hermanos míos, no se porten tan vilmente. Puesto que este hombre ha entrado en mi casa, no cometan esta terrible ofensa (infamia).
Al levantarse su señor por la mañana, abrió las puertas de la casa y salió para seguir su camino, y vio que su concubina estaba tendida a la entrada de la casa, con sus manos en el umbral.
Y salió Benjamín de Guibeá contra ellos el segundo día y otra vez hizo caer 18,000 hombres de los Israelitas. Todos éstos sacaban espada.
Los Israelitas se fueron entonces de allí, cada uno a su tribu y a su familia. Cada uno de ellos salió de allí para su heredad.