'Sin' en la Biblia
Al ver la confianza de Pedro y de Juan, y dándose cuenta de que eran hombres sin letras y sin preparación, se maravillaban, y reconocían que ellos habían estado con Jesús.
Mientras estaba {sin venderse,} ¿no te pertenecía? Y después de vendida, ¿no estaba bajo tu poder? ¿Por qué concebiste este asunto en tu corazón? No has mentido a los hombres sino a Dios.
Pero ninguno de los demás se atrevía a juntarse con ellos; sin embargo, el pueblo los tenía en gran estima.
Entonces el capitán fue con los alguaciles y los trajo sin violencia (porque temían al pueblo, no fuera que los apedrearan).
No le dio en ella heredad, ni siquiera {la medida de} la planta del pie, y {sin embargo,} aunque no tenía hijo, prometió que SE LA DARIA EN POSESION A EL Y A SU DESCENDENCIA DESPUES DE EL.
Sin embargo, el Altísimo no habita en {casas} hechas por manos {de hombres;} como dice el profeta:
vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles y {sin embargo} no la guardasteis.
Los hombres que iban con él se detuvieron atónitos, oyendo la voz, pero sin ver a nadie.
Y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.
por eso, cuando fui llamado, vine sin poner ninguna objeción. Pregunto, pues, ¿por qué causa me habéis enviado a llamar?
Y el Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. Estos seis hermanos fueron también conmigo y entramos en la casa de {aquel} hombre,
Y viendo que esto agradaba a los judíos, hizo arrestar también a Pedro. Esto sucedió durante los días de los panes sin levadura.
Pues los que habitan en Jerusalén y sus gobernantes, sin reconocerle a El ni las palabras de los profetas que se leen todos los días de reposo, cumplieron {estas escrituras,} condenándo{le.}
y sin embargo, no dejó de dar testimonio de sí mismo, haciendo bien y dándoos lluvias del cielo y estaciones fructíferas, llenando vuestros corazones de sustento y de alegría.
Mas Pablo les dijo: Aunque somos ciudadanos romanos, nos han azotado públicamente sin hacernos juicio y nos han echado a la cárcel; ¿y ahora nos sueltan en secreto? ¡De ninguna manera! Que ellos mismos vengan a sacarnos.
Porque mientras pasaba y observaba los objetos de vuestra adoración, hallé también un altar con esta inscripción: AL DIOS DESCONOCIDO. Pues lo que vosotros adoráis sin conocer, eso os anuncio yo.
Y no sólo corremos el peligro de que nuestro oficio caiga en descrédito, sino también de que el templo de la gran diosa Diana se considere sin valor, y que ella, a quien adora toda Asia y el mundo entero, sea despojada de su grandeza.
Nos embarcamos en Filipos después de los días de los panes sin levadura, y en cinco días llegamos adonde ellos {estaban} en Troas; y allí nos quedamos siete días.
Y ahora, he aquí que yo, atado en espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que allá me sucederá,
Entonces, ¿qué es {lo que se debe hacer?} Porque sin duda la multitud se reunirá {pues} oirán que has venido.
Pablo respondió: Yo soy judío de Tarso de Cilicia, ciudadano de una ciudad no sin importancia; te suplico que me permitas hablar al pueblo.
Cuando lo estiraron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba allí: ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano sin haberle hecho juicio?
Yo les respondí que no es costumbre de los romanos entregar a un hombre sin que antes el acusado confronte a sus acusadores, y tenga la oportunidad de defenderse de los cargos.
Así que cuando se reunieron aquí, sin ninguna demora, al día siguiente me senté en el tribunal y ordené traer al hombre.
Cuando habían pasado muchos días sin comer, Pablo se puso en pie en medio de ellos y dijo: Amigos, debierais haberme hecho caso y no haber zarpado de Creta, evitando así este perjuicio y pérdida.
Y hasta que estaba a punto de amanecer, Pablo exhortaba a todos a que tomaran alimento, diciendo: Hace ya catorce días que, velando continuamente, {estáis} en ayunas, sin tomar ningún {alimento.}
Y los habitantes, al ver el animal colgando de su mano, decían entre sí: Sin duda que este hombre es un asesino, pues aunque fue salvado del mar, Justicia no le ha concedido vivir.
{Pablo,} sin embargo, sacudiendo {la mano,} arrojó el animal al fuego y no sufrió ningún daño.
Y aconteció que tres días después {Pablo} convocó a los principales de los judíos, y cuando se reunieron, les dijo: Hermanos, sin haber hecho yo nada contra nuestro pueblo ni contra las tradiciones de nuestros padres, desde Jerusalén fui entregado preso en manos de los romanos,
predicando el reino de Dios, y enseñando todo lo concerniente al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbo.