'Soy' en la Biblia
diciendo: Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar.
Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra los aguijones.
Entonces Pedro, descendiendo a los hombres que le eran enviados por Cornelio, dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido?
Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate; yo mismo también soy hombre.
Y cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy yo? No soy yo Él. Mas, he aquí, viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de sus pies.
Entonces Pablo le dijo: Yo de cierto soy hombre judío, de Tarso, ciudadano de una ciudad no insignificante de Cilicia; y te ruego que me permitas hablar al pueblo.
Yo de cierto soy hombre judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, educado a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, siendo celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros.
Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quién tú persigues.
Y cuando Pablo percibió que una parte era de saduceos, y la otra de fariseos, alzó la voz en el concilio: Varones hermanos, yo siendo fariseo, hijo de fariseo; de la esperanza y de la resurrección de los muertos soy juzgado.
a no ser por aquella voz, que clamé estando entre ellos: Acerca de la resurrección de los muertos soy juzgado hoy por vosotros.
Me tengo por dichoso, oh rey Agripa, de que hoy haya de defenderme delante de ti acerca de todas las cosas de que soy acusado por los judíos.
Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres, comparezco y soy juzgado;
promesa a la cual nuestras doce tribus, sirviendo constantemente de día y de noche, esperan han de llegar. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judíos.
Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y Él dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios, que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!
Pues esta noche ha estado conmigo el Ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo,