'Su' en la Biblia
Y Salomón, hijo de David, se estableció firmemente en su reino, y el SEÑOR su Dios {estaba} con él y lo engrandeció sobremanera.
Entonces Salomón dijo a Dios: Tú has mostrado gran misericordia con mi padre David, y me has hecho rey en su lugar.
Entonces Hiram, rey de Tiro, respondió en una carta que envió a Salomón: Por cuanto el SEÑOR ama a su pueblo, te ha hecho rey sobre ellos.
Y contó Salomón todos los extranjeros que {estaban} en la tierra de Israel, después del censo que su padre David había tomado; y se hallaron ciento cincuenta y tres mil seiscientos.
Entonces Salomón comenzó a edificar la casa del SEÑOR en Jerusalén en el monte Moriah, donde {el S{EÑOR}} se había aparecido a su padre David, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán jebuseo.
Y comenzó a edificar en el segundo {día} del segundo mes, del año cuarto de su reinado.
Hizo asimismo la habitación del lugar santísimo; su longitud, correspondiente a la anchura de la casa, {era de} veinte codos, y su anchura {era de} veinte codos; la revistió de oro fino, que {ascendía} a seiscientos talentos.
Y las alas de los dos querubines medían veinte codos; el ala de uno, de cinco codos, tocaba la pared de la casa, y {su} otra ala, de cinco codos, tocaba el ala del otro querubín.
Y el ala del otro querubín, de cinco codos, tocaba la pared de la casa; y {su} otra ala, de cinco codos, se unía al ala del primer querubín.
Hizo también el mar de {metal} fundido, de diez codos de borde a borde, en forma circular; su altura {era de} cinco codos y su circunferencia de treinta codos.
Su grueso era de un palmo, y su borde estaba hecho como el borde de un cáliz, {como} una flor de lirio; cabían en él tres mil batos.
Entonces hizo los diez candelabros de oro según su diseño y {los} puso en el templo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda.
Así fue terminada toda la obra que Salomón hizo para la casa del SEÑOR. Y Salomón trajo las cosas consagradas por su padre David, es decir, la plata, el oro y todos los utensilios, {y los} puso en los tesoros de la casa de Dios.
Los sacerdotes trajeron el arca del pacto del SEÑOR a su lugar, al santuario interior de la casa, al lugar santísimo, bajo las alas de los querubines.
Cuando los trompeteros y los cantores, al unísono, se hacían oír a una voz alabando y glorificando al SEÑOR, cuando levantaban sus voces acompañados por trompetas y címbalos e instrumentos de música, cuando alababan al SEÑOR {diciendo:} Ciertamente {El es} bueno porque su misericordia es para siempre, entonces la casa, la casa del SEÑOR, se llenó de una nube,
y dijo: Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que habló por su boca a mi padre David y por su mano {lo} ha cumplido, cuando dijo:
Y mi padre David tuvo en su corazón edificar una casa al nombre del SEÑOR, Dios de Israel.
dijo: Oh SEÑOR, Dios de Israel, no hay Dios como tú ni en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y {muestras} misericordia a tus siervos que andan delante de ti con todo su corazón;
No obstante, atiende a la oración de tu siervo y a su súplica, oh SEÑOR Dios mío, para que oigas el clamor y la oración que tu siervo hace delante de ti.
Si alguno peca contra su prójimo, y se le exige juramento, y viene {y} jura delante de tu altar en esta casa,
escucha tú desde los cielos y obra y juzga a tus siervos, castigando al impío, haciendo recaer su conducta sobre su cabeza, y justificando al justo dándole conforme a su justicia.
Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia por haber ellos pecado contra ti, y oren hacia este lugar y confiesen tu nombre, y se vuelvan de su pecado cuando tú los aflijas,
toda oración {o} toda súplica que sea hecha por cualquier hombre o por todo tu pueblo Israel, conociendo cada cual su aflicción y su dolor, y extendiendo sus manos hacia esta casa,
escucha tú desde los cielos, el lugar de tu morada, y perdona y da a cada uno conforme a todos sus caminos, ya que conoces su corazón (porque sólo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres),
escucha desde los cielos su oración y su súplica, y hazles justicia.
si recapacitan en la tierra adonde hayan sido llevados cautivos, y se arrepienten y te suplican en la tierra de su cautiverio, diciendo: ``Hemos pecado, hemos cometido iniquidad y hemos obrado perversamente";
si se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma en la tierra de su cautiverio adonde hayan sido llevados cautivos, y oran vueltos hacia la tierra que diste a sus padres, {hacia} la ciudad que has escogido y hacia la casa que he edificado a tu nombre,
escucha tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, su oración y sus súplicas, hazles justicia y perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti.
Y todos los hijos de Israel, viendo descender el fuego y la gloria del SEÑOR sobre la casa, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento y adoraron y alabaron al SEÑOR, {diciendo:} Ciertamente El es bueno; ciertamente su misericordia es para siempre.
Los sacerdotes estaban en sus debidos lugares, también los levitas con los instrumentos de música para el SEÑOR, los cuales había hecho el rey David para alabar al SEÑOR (porque para siempre es su misericordia), cuando David ofrecía alabanza por medio de ellos. Los sacerdotes tocaban trompetas frente a ellos, y todo Israel estaba de pie.
Entonces, el día veintitrés del mes séptimo, {Salomón} envió al pueblo a sus tiendas, gozosos y alegres de corazón por el bien que el SEÑOR había mostrado a David, a Salomón y a su pueblo Israel.
Así acabó Salomón la casa del SEÑOR y el palacio del rey, y llevó a cabo todo lo que se había propuesto hacer en la casa del SEÑOR y en su palacio.
y se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra.
Y sucedió que al cabo de los veinte años, en los cuales Salomón había edificado la casa del SEÑOR y su propia casa,
y Baalat y todas las ciudades de almacenaje que Salomón tenía, y todas las ciudades para sus carros, y las ciudades para sus hombres de a caballo, y todo lo que Salomón quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio.
Mas de los hijos de Israel Salomón no hizo esclavos para su obra, porque ellos eran hombres de guerra, sus capitanes escogidos, los comandantes de sus carros y sus hombres de a caballo.
Y conforme a las ordenanzas de su padre David, designó las clases sacerdotales en sus servicios, a los levitas en sus deberes de alabar y ministrar delante de los sacerdotes según lo prescrito para cada día y a los porteros por sus clases para cada puerta; porque así lo había ordenado David, hombre de Dios.
Cuando la reina de Sabá oyó de la fama de Salomón, vino a Jerusalén a probar a Salomón con preguntas difíciles. Ella tenía un séquito muy grande, con camellos cargados de especias y gran cantidad de oro y piedras preciosas. Cuando vino a Salomón, habló con él de todo lo que tenía en su corazón.
los manjares de su mesa, las habitaciones de sus siervos, el porte de sus ministros y sus vestiduras, sus coperos y sus vestiduras, y la escalinata por la cual él subía a la casa del SEÑOR, se quedó sin aliento.
Bendito sea el SEÑOR tu Dios que se agradó en ti, poniéndote sobre su trono como rey para el SEÑOR tu Dios; porque tu Dios amó a Israel afirmándolo para siempre, por lo cual te ha puesto por rey sobre ellos para hacer derecho y justicia.
El rey Salomón dio a la reina de Sabá todo cuanto ella quiso pedirle, más de lo que había traído al rey. Después ella se volvió y regresó a su tierra con sus siervos.
Y todos los reyes de la tierra procuraban ver a Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.
Cada uno de ellos traía su presente: objetos de plata y objetos de oro, vestidos, armas, especias, caballos y mulos; {y} así año tras año.
Y durmió Salomón con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de su padre David; y su hijo Roboam reinó en su lugar.
El rey Roboam pidió consejo a los ancianos que habían servido a su padre Salomón cuando aún vivía, diciendo: ¿Qué {me} aconsejáis que responda a este pueblo?
Cuando todo Israel {vio} que el rey no los escuchaba, el pueblo respondió al rey, diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No {tenemos} herencia con el hijo de Isaí. ¿Cada uno a su tienda, Israel! ¿Mira ahora por tu casa, David! Y todo Israel se fue a sus tiendas.
Entonces el rey Roboam envió a Adoram, que {estaba} a cargo de los trabajos forzados, pero los hijos de Israel lo mataron a pedradas; y el rey Roboam se apresuró a subir a {su} carro para huir a Jerusalén.
``Así dice el SEÑOR: `No subiréis ni pelearéis contra vuestros hermanos; vuelva cada uno a su casa, porque de mí ha venido esto.'" Y ellos escucharon las palabras del SEÑOR y desistieron de ir contra Jeroboam.
Y {puso} escudos y lanzas en todas las ciudades y las reforzó en gran manera. Así mantuvo a su lado a Judá y a Benjamín.
Aquellos de entre todas las tribus de Israel que habían resuelto en su corazón buscar al SEÑOR, Dios de Israel, los siguieron a Jerusalén para sacrificar al SEÑOR, Dios de sus padres.
Entonces el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, y los entregó al cuidado de los jefes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey.
Se fortaleció, pues, el rey Roboam en Jerusalén, y reinó. Y Roboam {tenía} cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que el SEÑOR había escogido de entre todas las tribus de Israel para poner allí su nombre. Y el nombre de su madre {era} Naama, amonita.
Y él hizo lo malo porque no dispuso su corazón para buscar al SEÑOR.
Y durmió Roboam con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David; y su hijo Abías reinó en su lugar.
Reinó tres años en Jerusalén; y el nombre de su madre {era} Micaías, hija de Uriel, de Guibeá. Y hubo guerra entre Abías y Jeroboam.
Pero Jeroboam, hijo de Nabat, siervo de Salomón, hijo de David, se alzó y se rebeló contra su señor,
Y Abías y su gente los derrotaron con una gran matanza, y cayeron muertos quinientos mil hombres escogidos de Israel.
Y Abías durmió con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David, y su hijo Asa reinó en su lugar. Y el país estuvo en paz por diez años durante sus días.
Y Asa hizo lo bueno y lo recto ante los ojos del SEÑOR su Dios,
Y Asa salió a su encuentro, y se pusieron en orden de batalla en el valle de Sefata junto a Maresa.
Entonces Asa invocó al SEÑOR su Dios, y dijo: SEÑOR, no hay nadie más que tú para ayudar {en la batalla} entre el poderoso y los que no tienen fuerza; ayúdanos, oh SEÑOR Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre hemos venido contra esta multitud. Oh SEÑOR, tú eres nuestro Dios; que no prevalezca hombre alguno contra ti.
Y Asa y el pueblo que {estaba} con él los persiguieron hasta Gerar; y cayeron tantos etíopes que no pudieron rehacerse, porque fueron destrozados delante del SEÑOR y delante de su ejército. Y recogieron muchísimo botín.
Pero en su angustia se volvieron al SEÑOR, Dios de Israel, y le buscaron, y El se dejó encontrar por ellos.
Y reunió a todo Judá y Benjamín y a los de Efraín, Manasés y Simeón que residían con ellos, porque muchos de Israel se pasaron a él cuando vieron que el SEÑOR su Dios estaba con él.
E hicieron pacto para buscar al SEÑOR, Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma;
Y él también depuso a Maaca, su madre, de ser reina madre, porque ella había hecho una horrible imagen de Asera, y Asa derribó la horrible imagen, {la} hizo pedazos y {la} quemó junto al torrente Cedrón.
Y trajo a la casa de Dios las cosas consagradas por su padre y sus propias cosas consagradas: plata, oro y utensilios.
Y sucedió que cuando Baasa {lo} oyó, dejó de fortificar Ramá, y abandonó su obra.
En el año treinta y nueve de su reinado, Asa se enfermó de los pies. Su enfermedad era grave, pero aun en su enfermedad no buscó al SEÑOR, sino a los médicos.
Y Asa durmió con sus padres. Murió el año cuarenta y uno de su reinado.
Entonces su hijo Josafat reinó en su lugar, y afirmó su dominio sobre Israel.
Puso tropas en todas las ciudades fortificadas de Judá, y puso guarniciones en la tierra de Judá y en las ciudades de Efraín que su padre Asa había tomado.
Y el SEÑOR estuvo con Josafat porque anduvo en los primeros caminos de su padre David y no buscó a los baales,
sino que buscó al Dios de su padre, anduvo en sus mandamientos y no hizo como Israel.
El SEÑOR, pues, afirmó el reino bajo su mano; y todo Judá trajo tributo a Josafat, y tuvo grandes riquezas y honores.
Y su corazón se entusiasmó en los caminos del SEÑOR, y además quitó de Judá los lugares altos y las Aseras.
En el año tercero de su reinado envió a sus oficiales Ben-hail, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías, para que enseñaran en las ciudades de Judá;
Este era su número según sus casas paternas: de Judá, de los comandantes de millares, Adnas {era} el comandante, y con él trescientos mil valientes guerreros;
El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos con {sus} mantos, en la era a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas estaban profetizando delante de ellos.
Y él respondió: Vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas sin pastor; y el SEÑOR dijo: ``Estos no tienen señor; que cada uno vuelva a su casa en paz."
Respondió {Micaías:} Por tanto, escuchad la palabra del SEÑOR. Yo vi al SEÑOR sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su derecha y a su izquierda.
Y sucedió que cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Este es el rey de Israel; y se desviaron para pelear contra él. Pero Josafat clamó, y el SEÑOR vino en su ayuda, y Dios los apartó de él,
Y un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre la juntura de la armadura. Y él dijo al cochero: Da la vuelta y sácame de la batalla pues estoy gravemente herido.
Entonces Josafat, rey de Judá, regresó en paz a su casa en Jerusalén.
Y salió a su encuentro el vidente Jehú, hijo de Hananí, y dijo al rey Josafat: ¿Vas a ayudar al impío y amar a los que odian al SEÑOR, y con esto {traer} sobre ti la ira del SEÑOR?
Y habiendo consultado con el pueblo, designó a algunos que cantaran al SEÑOR y a algunos que {le} alabaran en vestiduras santas, conforme salían delante del ejército y que dijeran: Dad gracias al SEÑOR, porque para siempre es su misericordia.
Porque los hijos de Amón y de Moab se levantaron contra los habitantes del monte Seir destruyéndo{los} completamente, y cuando habían acabado con los habitantes de Seir, cada uno ayudó a destruir a su compañero.
Al llegar Josafat y su pueblo para recoger el botín, hallaron mucho entre ellos, incluyendo mercaderías, vestidos y objetos preciosos que tomaron para sí, más de lo que podían llevar. Y estuvieron tres días recogiendo el botín, pues había mucho.
El reino de Josafat estuvo en paz, porque su Dios le dio tranquilidad por todas partes.
Y reinó Josafat sobre Judá. Tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. Y el nombre de su madre {era} Azuba, hija de Silhi.
Y anduvo en el camino de su padre Asa, y no se apartó de él, haciendo lo recto ante los ojos del SEÑOR.
Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo no había vuelto aún su corazón al Dios de sus padres.
Y Josafat durmió con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David, y su hijo Joram reinó en su lugar.
Su padre les había dado muchos presentes de plata, oro y cosas preciosas, y ciudades fortificadas en Judá, pero dio el reino a Joram porque era el primogénito.
Cuando Joram tomó posesión del reino de su padre y se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos, y también {a algunos} de los jefes de Israel.
Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, tal como había hecho la casa de Acab (pues la hija de Acab era su mujer), e hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR.
Y Edom se rebeló contra el dominio de Judá hasta el día de hoy. Entonces Libna se rebeló en ese mismo tiempo contra su dominio, porque {Joram} había abandonado al SEÑOR, Dios de sus padres.
Y aconteció que con el correr del tiempo, al cabo de dos años, los intestinos se le salieron a causa de su enfermedad, y murió con grandes dolores. Y su pueblo no le encendió una hoguera como la hoguera {que habían encendido} por sus padres.
Entonces los habitantes de Jerusalén hicieron rey en su lugar a Ocozías, su hijo menor, porque la banda de hombres que vinieron con los árabes al campamento había matado a todos los {hijos} mayores. Por lo cual Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, comenzó a reinar.
Ocozías {tenía} veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre {era} Atalía, nieta de Omri.