'Su' en la Biblia
El sol sale y el sol se pone, a su lugar se apresura, y de allí {vuelve} a salir.
Consideré en mi mente cómo estimular mi cuerpo con el vino, mientras mi mente {me} guiaba con sabiduría, y cómo echar mano de la insensatez, hasta que pudiera ver qué hay de bueno bajo el cielo que los hijos de los hombres hacen en los contados días de su vida.
El sabio {tiene} ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas. Pero yo sé también que ambos corren la misma suerte.
Cuando hay un hombre que ha trabajado con sabiduría, con conocimiento y con destreza, y da su hacienda al que no ha trabajado en ella, esto también es vanidad y un gran mal.
Pues, ¿qué recibe el hombre de todo su trabajo y del esfuerzo de su corazón con que se afana bajo el sol?
Porque durante todos sus días su tarea es dolorosa y penosa; ni aun de noche descansa su corazón. También esto es vanidad.
Nada hay mejor para el hombre que comer y beber y decirse que su trabajo es bueno. Esto también yo he visto que es de la mano de Dios.
El ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones; sin embargo, el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin.
Sé que no hay nada mejor para ellos que regocijarse y hacer el bien en su vida;
además, que todo hombre que coma y beba y vea lo bueno en todo su trabajo, eso es don de Dios.
Y he visto que no hay nada mejor para el hombre que gozarse en sus obras, porque esa es su suerte. Porque ¿quién le hará ver lo que ha de suceder después de él?
Y he visto que todo trabajo y toda {obra} hábil que se hace, es {el resultado de} la rivalidad entre el hombre y su prójimo. También esto es vanidad y correr tras el viento.
Había un {hombre} solo, sin sucesor, que no tenía hijo ni hermano, sin embargo, no había fin a todo su trabajo. En verdad, sus ojos no se saciaban de las riquezas, {y nunca se preguntó:} ¿Para quién trabajo yo y privo a mi vida del placer? También esto es vanidad y tarea penosa.
Más valen dos que uno solo, pues tienen mejor remuneración por su trabajo.
Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante!
Porque ha salido de la cárcel para reinar, aunque nació pobre en su reino.
Hay un grave mal {que} he visto bajo el sol: las riquezas guardadas por su dueño para su mal;
Como salió del vientre de su madre, desnudo, así volverá, yéndose tal como vino; nada saca del fruto de su trabajo que pueda llevarse en la mano.
Además todos los días {de su vida} come en tinieblas, con mucha molestia, enfermedad y enojo.
He aquí lo que yo he visto que es bueno y conveniente: comer, beber y gozarse uno de todo el trabajo en que se afana bajo el sol en los contados días de la vida que Dios le ha dado; porque ésta es su recompensa.
Igualmente, a todo hombre a quien Dios ha dado riquezas y bienes, lo ha capacitado también para comer de ellos, para recibir su recompensa y regocijarse en su trabajo: esto es don de Dios.
Pues él no se acordará mucho de los días de su vida, porque Dios lo mantiene ocupado con alegría {en} su corazón.
un hombre a quien Dios ha dado riquezas, bienes y honores, y nada le falta a su alma de todo lo que desea, pero que Dios no le ha capacitado para disfrutar de ellos, porque un extraño los disfruta. Esto es vanidad y penosa aflicción.
Si un hombre engendra cien {hijos} y vive muchos años, por muchos que sean sus años, si su alma no se ha saciado de cosas buenas, y tampoco halla sepultura, {entonces} digo: Mejor es el abortivo que él,
porque en vano viene, y a la oscuridad va; y en la oscuridad su nombre quedará oculto.
Todo el trabajo del hombre es para su boca, sin embargo su apetito no se sacia.
Porque, ¿quién sabe lo que es bueno para el hombre durante {su} vida, en los contados días de su vana vida? Los pasará como una sombra. Pues, ¿quién hará saber al hombre lo que sucederá después de él bajo el sol?
Mejor es ir a una casa de luto que ir a una casa de banquete, porque aquello es el fin de todo hombre, y al que vive {lo} hará reflexionar en su corazón.
Mejor es el fin de un asunto que su comienzo; mejor es la paciencia de espíritu que la altivez de espíritu.
He visto todo durante mi vida de vanidad: hay justo que perece en su justicia, y hay impío que alarga {su vida} en su perversidad.
¿Quién es como el sabio? ¿Y quién {otro} sabe la explicación de un asunto? La sabiduría del hombre ilumina su faz y hace que la dureza de su rostro cambie.
No te apresures a irte de su presencia. No te unas a una causa impía, porque él hará todo lo que le plazca.
Todo esto he visto, y he puesto mi corazón en toda obra que se hace bajo el sol, cuando el hombre domina a {otro} hombre para su mal.
Aunque el pecador haga el mal cien {veces} y alargue su {vida}, con todo, yo sé que les irá bien a los que temen a Dios, a los que temen ante su presencia.
Por tanto yo alabé el placer, porque no hay nada bueno para el hombre bajo el sol sino comer, beber y divertirse, y esto le acompañará en sus afanes en los días de su vida que Dios le haya dado bajo el sol.
Este mal hay en todo lo que se hace bajo el sol: que hay una misma suerte para todos. Además, el corazón de los hijos de los hombres está lleno de maldad y hay locura en su corazón toda su vida. Después {se van} a los muertos.
Porque los que viven saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, ni tienen ya ninguna recompensa, porque su memoria está olvidada.
En verdad, su amor, su odio y su celo ya han perecido, y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace bajo el sol.
Porque el hombre tampoco conoce su tiempo: como peces atrapados en la red traicionera, y como aves apresadas en la trampa, así son atrapados los hijos de los hombres en el tiempo malo cuando éste cae de repente sobre ellos.
pero en ella se hallaba un hombre pobre {y} sabio; y él con su sabiduría libró la ciudad; sin embargo, nadie se acordó de aquel hombre pobre.
Si el hierro está embotado y él no ha amolado {su} filo, entonces tiene que ejercer más fuerza; la sabiduría tiene la ventaja de impartir éxito.
El comienzo de las palabras de su boca es insensatez, y el final de su habla perversa locura.
Bienaventurada tú, tierra, cuyo rey es de noble cuna y cuyos príncipes comen a su debida hora, para fortalecerse y no para embriagarse.
{cuando} también teman a la altura y a los terrores en el camino, y florezca el almendro, se arrastre la langosta y la alcaparra pierda su efecto; porque el hombre va a su morada eterna mientras los del duelo andan por la calle.