'Ti' en la Biblia
- 1.Gé 3:15-Éx 19:9
- 2.Éx 20:24-Deuteronomio 17:15
- 3.Deuteronomio 18:12-1 Samuel 17:46
- 4.1 Samuel 19:2-2 Reyes 2:10
- 5.2 Reyes 3:14-Salmos 5:3
- 6.Salmos 5:4-Salmos 84:12
- 7.Salmos 85:6-Isaías 45:2
- 8.Isaías 45:14-Jeremías 48:18
- 9.Jeremías 48:27-Ezequiel 28:13
- 10.Ezequiel 28:15-Zacarías 2:10
- 11.Zacarías 2:11-Hechos 10:33
- 12.Hechos 13:11-Apocalipsis 18:23
Así dice el SEÑOR: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los sabeos hombres agigantados, se pasarán a ti, y serán tuyos; irán en pos de ti, pasarán con grillos; a ti harán reverencia, y a ti suplicarán: diciendo : Cierto, en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios.
Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez. En toda su perfección vendrán sobre ti, por la multitud de tus adivinanzas, y por la copia de tus muchos agüeros.
Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y vendrá de repente sobre ti destrucción, la cual tú no conocerás.
Te has fatigado en la multitud de tus consejos: aparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los especuladores de las estrellas, los que enseñan los cursos de la luna, de lo que vendrá sobre ti.
Y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, que en ti me gloriaré.
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti.
Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores, y tus asoladores saldrán de ti.
Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han ayuntado, han venido a ti. Vivo yo, dice el SEÑOR, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia.
Estas dos cosas te han acaecido, ¿quién se dolerá de ti? Asolamiento, y quebrantamiento: hambre y espada. ¿Quién te consolará?
Despiértate, despiértate, vístete tu fortaleza, oh Sion; vístete tus ropas de hermosura, oh Jerusalén, ciudad santa, porque nunca más acontecerá, que venga en ti incircunciso, ni inmundo.
Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; mas con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo tu Redentor, el SEÑOR.
Porque esto me será como las aguas de Noé, que juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así también juré que no me enojaré mas contra ti, ni te reprenderé.
Porque los montes se moverán, y los collados temblarán; mas no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz vacilará, dijo el SEÑOR, el que tiene misericordia de ti.
Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no la temerás; y de temor, porque no se acercará a ti.
Si alguno conspirare contra ti, será sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá.
Toda herramienta que fuere fabricada contra ti, no prosperará; y tú condenarás toda lengua que se levantare contra ti en juicio. Esta es la heredad de los siervos del SEÑOR, y su justicia de por mí, dijo el SEÑOR.
He aquí, que llamarás a gente que no conociste; y gentiles que no te conocieron correrán a ti, por causa del SEÑOR tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado.
Entonces nacerá tu luz, como el alba; y tu sanidad reverdecerá presto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria del SEÑOR te recogerá.
Entonces invocarás, y oirás al SEÑOR; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el extender el dedo, y hablar vanidad:
Y edificarán de ti los desiertos antiguos, los cimientos caídos de generación y generación levantarás; y serás llamado Reparador de portillos, Restaurador de calzadas para habitar.
Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque nuestras iniquidades están con nosotros, y conocemos nuestros pecados:
Y éste será mi Pacto con ellos, dijo el SEÑOR: el Espíritu mío que está sobre ti; y mis palabras, que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, y de la boca de tu simiente, y de la boca de la simiente de tu simiente, dijo el SEÑOR, desde ahora y para siempre.
Levántate, resplandece; que viene tu lumbre, y la gloria del SEÑOR ha nacido sobre ti.
Que he aquí, que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad los pueblos; y sobre ti nacerá el SEÑOR, y sobre ti será vista su gloria.
Alza tus ojos en derredor, y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas sobre el lado serán criadas.
Entonces verás, y resplandecerás; y se maravillará y ensanchará tu corazón, que se haya vuelto a ti la multitud del mar, que la fortaleza de los gentiles haya venido a ti.
Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con gracia sobre mi altar, y glorificaré la Casa de mi gloria.
Y los hijos de los extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te herí, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia.
Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que sea traída a ti fortaleza de gentiles, y sus reyes guiados.
La gloria del Líbano vendrá a ti, hayas, pinos, y bojes juntamente, para honrar el lugar de mi Santuario; y yo honraré el lugar de mis pies.
Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron; y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían, y te llamarán Ciudad del SEÑOR, Sion del Santo de Israel.
En lugar de que has sido desechada y aborrecida, y que no había quien por ti pasase, te pondré en gloria eterna, en gozo de generación y generación.
Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Asolamiento: sino que serás llamada Hefzi-ba, (Mi voluntad en ella ) y tu tierra, Beula (Casada ) porque el querer del SEÑOR será en ti, y tu tierra será casada.
Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos del SEÑOR; y a ti te llamarán Ciudad Buscada, no desamparada.
Como descendiste, cuando hiciste cosas terribles cuales nunca esperábamos, que los montes escurrieron delante de ti.
Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron; ni ojo ha visto Dios fuera de ti, que hiciese otro tanto por el que en él espera.
Saliste al encuentro al que con alegría obró justicia. En tus caminos se acordaban de ti. He aquí, tú te enojaste porque pecamos; tus caminos son eternos y nosotros seremos salvos.
Y pelearán contra ti, mas no te vencerán; porque yo soy contigo, dice el SEÑOR, para librarte.
Anda, y clama en los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice el SEÑOR: Me he acordado de ti, de la misericordia de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada.
Tu maldad te castigará, y tu apartamiento te acusará; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es tú dejar al SEÑOR tu Dios, y faltar mi temor en ti, dijo el Señor DIOS de los ejércitos.
Aunque te laves con salitre, y amontones jabón sobre ti, tu pecado está sellado delante de mí, dijo el Señor DIOS.
¿Y dónde están tus dioses que hiciste para ti? Levántense, a ver si te podrán librar en el tiempo de tu aflicción; porque según el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus dioses.
¡Oh generación! Ved vosotros la palabra del SEÑOR. ¿He sido yo soledad a Israel, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Señores somos; nunca más vendremos a ti?
Convertíos, hijos rebeldes, sanaré vuestras rebeliones. He aquí nosotros venimos a ti; porque tú eres el SEÑOR nuestro Dios.
Lava tu corazón de la malicia, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo dejarás estar en medio de ti los pensamientos de tu iniquidad?
Castiga Jerusalén, para que por ventura no se aparte mi alma de ti, para que por ventura no te torne desierta, tierra no habitada.
Arco y escudo arrebatarán; crueles son, que no tendrán misericordia; sonará la voz de ellos como el mar, y montarán a caballo como varones dispuestos para la guerra, contra ti, oh hija de Sion.
No hay semejante a ti, oh SEÑOR; grande eres tú, y grande tu Nombre en fortaleza.
¿Quién no te temerá, oh Rey de los gentiles? Porque a ti compete ello ; porque entre todos los sabios de los gentiles, y en todos sus reinos, no hay semejante a ti.
¿Qué tiene mi amado en mi Casa, habiendo hecho muchas abominaciones? Y las carnes santas pasarán de sobre ti, porque en tu maldad te gloriaste.
Pues el SEÑOR de los ejércitos, el que te planta, pronunció mal contra ti, a causa de la maldad de la Casa de Israel y de la Casa de Judá, que hicieron a sí mismos , provocándome a ira incensando a Baal.
Mas, oh SEÑOR de los ejércitos, que juzgas justicia, que pruebas los riñones y el corazón, vea yo tu venganza en ellos; porque a ti he descubierto mi causa.
Justo eres tú, oh SEÑOR, aunque yo dispute contigo; hablaré empero juicios contigo. ¿Por qué es prosperado el camino de los impíos? Tienen paz todos los que se rebelan completamente contra ti .
Porque aun tus hermanos y la casa de tu padre, aun ellos se levantaron contra ti, aun ellos dieron voces en pos de ti, oh congregación. No les creas, cuando bien te hablaren.
¿Qué dirás cuando te visitará? Porque tú les enseñaste a ser príncipes y cabeza sobre ti. ¿No te tomarán dolores como a mujer que está de parto?
Tus adulterios, tus relinchos, la maldad de tu fornicación sobre los collados; en el mismo campo vi tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿No serás limpia al fin? ¿Hasta cuándo pues?
Si nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh SEÑOR, actúa por amor de tu Nombre; porque nuestras rebeliones se han multiplicado, contra ti pecamos.
Reconocemos, oh SEÑOR, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres, porque contra ti hemos pecado.
¿Hay por ventura entre las vanidades de los gentiles quien haga llover? ¿Y los cielos por ventura darán lluvias? ¿No eres tú, SEÑOR, nuestro Dios? En ti, pues, esperamos; porque tú hiciste todas estas cosas.
Porque ¿quién tendrá compasión de ti, oh Jerusalén? ¿O quién se entristecerá por tu causa? ¿O quién ha de venir a preguntar por tu paz?
Tú me dejaste, dice el SEÑOR, atrás te volviste; por tanto, yo extendí sobre ti mi mano, y te eché a perder; estoy cansado de arrepentirme.
Tú lo sabes, oh SEÑOR; acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No me tomes a tu cargo en la prolongación de tu enojo; sepas que sufro vergüenza a causa de ti.
Por tanto, así dijo el SEÑOR: Si te convirtieres, yo te convertiré, y delante de mí estarás; y si sacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.
Y te daré a este pueblo por fuerte muro de bronce, y pelearán contra ti, y no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dijo el SEÑOR.
No tomarás para ti mujer, ni tendrás hijos ni hijas en este lugar.
Oh SEÑOR, fortaleza mía, y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción; a ti vendrán gentiles desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.
Y habrá remisión en ti de tu heredad, la cual yo te di, y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conociste; porque fuego habéis encendido en mi furor, para siempre arderá.
Mas yo no me entremetí a ser pastor en pos de ti, ni deseé día de calamidad, tú lo sabes. Lo que de mi boca ha salido, en tu presencia ha salido.
¿Se da por ventura mal por bien para que caven hoyo a mi alma? Acuérdate que me puse delante de ti para hablar bien por ellos, para apartar de ellos tu ira.
Mas tú, oh SEÑOR, conoces todo su consejo contra mí que es para muerte; no perdones su maldad, ni borres su pecado de delante de tu rostro, y tropiecen delante de ti; haz así con ellos en el tiempo de tu furor.
Porque así dijo el SEÑOR: He aquí yo te pondré en espanto a ti, y a todos los que bien te quieren, y caerán por el cuchillo de sus enemigos, y tus ojos lo verán; y a todo Judá entregaré en mano del rey de Babilonia, y los transportará a Babilonia, y los herirá a cuchillo.
Oh SEÑOR de los ejércitos, que examinas lo justo, que ves los riñones y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he descubierto mi causa.
He aquí yo contra ti, moradora del valle de la piedra de la llanura, dice el SEÑOR: los que decís: ¿Quién subirá contra nosotros? ¿Y quién entrará en nuestras moradas?
Y señalaré contra ti disipadores, cada uno con sus armas; y cortarán tus cedros escogidos, y los echarán en el fuego.
Hablé a ti en tus prosperidades; mas dijiste: No oiré. Este fue tu camino desde tu juventud, que nunca oíste mi voz.
Y te haré transportar, a ti, y a tu madre que te engendró, a tierra ajena en que no nacisteis; y allá moriréis.
Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti en tiempos pasados, profetizaron sobre muchas tierras y grandes reinos, de guerra, y de aflicción, y de pestilencia.
Porque yo seré contigo, dice el SEÑOR, para salvarte: y haré consumación en todos los gentiles entre los cuales te esparcí; pero en ti no haré consumación, sino que te castigaré con juicio, y no te talaré del todo.
No hay quien juzgue tu causa para salud; no hay para ti cura ni medicinas.
Por tanto todos los que te consumen serán consumidos; y todos tus afligidores, todos irán en cautiverio; y los que te hollaron serán hollados, y a todos los que hicieron presa de ti daré en presa.
Porque yo haré venir sanidad para ti, y te sanaré de tus heridas, dijo el SEÑOR; porque Arrojada te llamaron, diciendo : Esta es Sion, a la que nadie busca.
He aquí que Hanameel, hijo de Salum tu tío, viene a ti, diciendo: Cómprame mi heredad que está en Anatot; porque tú tienes derecho a ella para comprarla.
Y vino a mí Hanameel, hijo de mi tío, conforme a la palabra del SEÑOR, al patio de la guarda, y me dijo: Compra ahora mi heredad que está en Anatot, en tierra de Benjamín, porque tuyo es el derecho de la herencia, y a ti compete la redención; cómprala para ti. Entonces conocí que era palabra del SEÑOR.
Con todo eso, oye palabra del SEÑOR, Sedequías rey de Judá: Así dijo el SEÑOR de ti: No morirás a cuchillo;
en paz morirás, y conforme a las quemas de tus padres, los reyes primeros que fueron antes de ti, así quemarán por ti, y te endecharán diciendo : ¡Ay, señor!; porque yo hablé la palabra, dijo el SEÑOR.
Al cabo de siete años dejaréis cada uno a su hermano hebreo que te fuere vendido; te servirá pues seis años, y lo enviarás libre de ti; mas vuestros padres no me oyeron, ni inclinaron su oído.
Dijo también Jeremías al rey Sedequías: ¿En qué pequé contra ti, y contra tus siervos, y contra este pueblo, para que me pusieseis en la casa de la cárcel?
Ahora pues, oye, te ruego, mi señor el rey; caiga ahora mi súplica delante de ti, y no me hagas volver a casa de Jonatán escriba, para que no me muera allí.
Y he aquí que todas las mujeres que han quedado en casa del rey de Judá, serán sacadas a los príncipes del rey de Babilonia; y ellas mismas dirán: Te han engañado, y han prevalecido contra ti tus amigos; atollaron en el cieno tus pies, se volvieron atrás.
Y si los príncipes oyeren que yo he hablado contigo, y vinieren a ti y te dijeren: Decláranos ahora, ¿qué hablaste con el rey? No nos lo encubras, y no te mataremos; asimismo lo que te dijo el rey;
Y ahora yo te he soltado hoy de las esposas que tenías en tus manos. Si te está bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo miraré por ti; mas si no te está bien venir conmigo a Babilonia, déjalo. Mira, toda la tierra está delante de ti; ve a donde mejor y más cómodo te pareciere ir.
Entonces Johanán hijo de Carea habló a Gedalías en secreto, en Mizpa, diciendo: Yo iré ahora, y heriré a Ismael hijo de Netanías, y hombre no lo sabrá, ¿por qué te ha de matar, y todos los judíos que se han recogido a ti se derramarán, y perecerá el resto de Judá?
y dijeron a Jeremías profeta: Caiga ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros al SEÑOR tu Dios, por todo este resto, (pues hemos quedado unos pocos de muchos, como nos ven tus ojos),
La palabra que nos has hablado en nombre del SEÑOR, no oímos de ti;
¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, dijo el SEÑOR, y a ti te daré tu vida por despojo en todos los lugares adonde fueres.
Sube a Galaad, y toma bálsamo, virgen hija de Egipto; por demás multiplicarás medicinas; no hay cura para ti.
Tú, siervo mío Jacob, no temas, dice el SEÑOR; porque contigo soy yo; porque haré consumación en todos los gentiles a los cuales te echaré; pero en ti no haré consumación, sino que te castigaré con juicio, y no te talaré del todo.
No se alabará ya más Moab; contra Hesbón maquinaron mal, diciendo : Venid, y quitémosla de entre las naciones. También tú, Madmena, serás cortada, espada irá tras ti.
Desciende de la gloria, siéntate en seco, moradora hija de Dibón; porque el destruidor de Moab subió contra ti, disipó tus fortalezas.
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- 7.Salmos 85:6-Isaías 45:2
- 8.Isaías 45:14-Jeremías 48:18
- 9.Jeremías 48:27-Ezequiel 28:13
- 10.Ezequiel 28:15-Zacarías 2:10
- 11.Zacarías 2:11-Hechos 10:33
- 12.Hechos 13:11-Apocalipsis 18:23