'Unas' en la Biblia
Tenía entonces toda la tierra un solo lenguaje y unas mismas palabras.
Y harás unas varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro.
y lo pondrán con todos sus vasos en una cubierta de pieles de tejones, y lo colocarán sobre unas parihuelas.
Y tomarán todos los vasos del servicio, de que hacen uso en el santuario, y los pondrán en un paño azul, y los cubrirán con una cubierta de pieles de tejones, y los colocarán sobre unas parihuelas.
Y todo animal de pezuñas, que tiene hendidura de dos uñas, y que rumiare entre los animales, ese comeréis.
la meterás en tu casa; y ella rasurará su cabeza, y cortará sus uñas,
Y cuando subían por la cuesta de la ciudad, hallaron unas doncellas que salían por agua, a las cuales dijeron: ¿Está en este lugar el vidente?
Y todas las puertas y postes eran cuadrados; y unas ventanas estaban frente a las otras en tres hileras.
Y rodeaban aquel mar por debajo de su borde en derredor unas bolas como calabazas, diez en cada codo, que ceñían el mar alrededor en dos hileras, las cuales habían sido fundidas cuando el mar fue fundido.
y sobre aquellos tableros que estaban entre molduras, había figuras de leones, de bueyes y de querubines; y sobre las molduras de la base, así encima como debajo de los leones y de los bueyes, había unas añadiduras de bajo relieve.
Y le dijo Eliseo: Toma un arco y unas saetas. Tomó él entonces un arco y unas saetas.
Y salió Satanás de delante de Jehová, e hirió a Job de unas llagas malignas desde la planta de su pie hasta la coronilla de su cabeza.
Unas veces por azote, otras por causa de su tierra, otras por misericordia las hará venir.
unas veces está afuera, otras veces en las plazas, acechando por todas las esquinas.
Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas:
Por el sonido de las uñas de sus fuertes, por el alboroto de sus carros, por el estruendo de sus ruedas, los padres no mirarán a los hijos por la flaqueza de las manos;
Y las tres cámaras laterales estaban sobrepuestas unas a otras, treinta por orden; y entraban modillones en la pared de la casa alrededor, sobre los que las cámaras estribasen, para que no estribasen en la pared de la casa.
Y en las puertas del templo había labrados de querubines y palmeras, como los que estaban labrados en las paredes, y sobre la fachada del pórtico por fuera, había unas vigas de madera.
Frente a los veinte codos que había en el atrio de adentro, y enfrente del enlosado que había en el atrio exterior, estaban las cámaras, las unas enfrente de las otras en tres pisos.
En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se bañaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como las plumas de águila, y sus uñas como de aves.
Entonces quise saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que tan diferente era de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro, y sus uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies:
Levántate y trilla, hija de Sión, porque tu cuerno tornaré de hierro, y tus uñas de bronce, y desmenuzarás muchos pueblos; y consagrarás a Jehová su despojo, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.
Aunque también unas mujeres de entre nosotros nos han asombrado, las cuales antes del amanecer fueron al sepulcro;
Y al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.
Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, ellos también entraron en unas barcas y vinieron a Capernaúm, buscando a Jesús.
Y los siervos y los alguaciles que habían encendido unas brasas, porque hacía frío, estaban de pie y se calentaban; y Pedro también estaba con ellos de pie, calentándose.
Pero tengo unas pocas cosas contra ti; que tú tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, el cual enseñaba a Balac a poner tropiezo delante de los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.
Pero tengo unas pocas cosas contra ti; porque permites a esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñar y seducir a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
Pero aun tienes unas pocas personas en Sardis que no han contaminado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas; porque son dignas.