'Veinte' en la Biblia
Y dijo Jehová: No contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.
Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor de los veinte.
Estos veinte años he estado contigo: tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas.
Así he estado veinte años en tu casa: catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado; y has mudado mi salario diez veces.
Doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros,
treinta camellas paridas, con sus crías, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez borricos.
Y cuando pasaron los mercaderes madianitas, sacaron ellos a José del pozo y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.
Harás, pues, las tablas del tabernáculo: veinte tablas al lado del mediodía, al sur.
Y harás cuarenta bases de plata debajo de las veinte tablas; dos bases debajo de una tabla para sus dos espigas, y dos bases debajo de la otra tabla para sus dos espigas.
Y al otro lado del tabernáculo, al lado del norte, veinte tablas;
y sus veinte columnas, y sus veinte bases serán de bronce; los capiteles de las columnas y sus molduras, de plata.
Y de la misma manera al lado del norte habrá a lo largo cortinas de cien codos de longitud, y sus veinte columnas, con sus veinte bases de bronce; los capiteles de sus columnas y sus molduras, de plata.
Y a la puerta del atrio habrá una cortina de veinte codos, de azul, y púrpura, y carmesí, y lino torcido, de obra de bordador; cuatro serán sus columnas y cuatro sus bases.
Esto dará todo el que pasare entre los que serán contados, medio siclo conforme al siclo del santuario. El siclo es de veinte geras; la mitad de un siclo será la ofrenda a Jehová.
Cualquiera que pasare entre los que serán contados, de veinte años arriba, dará la ofrenda a Jehová.
Hizo, pues, las tablas para el tabernáculo; veinte tablas al lado del mediodía, al sur.
Hizo también las cuarenta bases de plata debajo de las veinte tablas; dos bases debajo de una tabla para sus dos espigas, y dos bases debajo de la otra tabla para sus dos espigas.
Y para el otro lado del tabernáculo, al lado norte, hizo veinte tablas,
Sus columnas veinte, con sus veinte bases de bronce: los capiteles de las columnas y sus molduras, de plata.
Y a la parte del norte cortinas de cien codos; sus columnas, veinte, con sus veinte bases de bronce; los capiteles de las columnas y sus molduras, de plata.
Y la cortina de la puerta del atrio era de obra de recamador, de azul, y púrpura, y carmesí, y lino torcido: la longitud de veinte codos, y la altura en el ancho de cinco codos, conforme a las cortinas del atrio.
Medio por cabeza, medio siclo, según el siclo del santuario, a todos los que pasaron por cuenta de edad de veinte años y arriba, que fueron seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
En cuanto al varón de veinte años hasta sesenta, tu estimación será cincuenta siclos de plata, según el siclo del santuario.
Y si fuere de cinco años hasta veinte, tu estimación será, por el varón veinte siclos, y por la mujer diez siclos.
Y todo lo que apreciares será conforme al siclo del santuario: el siclo tiene veinte geras.
De veinte años para arriba, todos los que pueden salir a la guerra en Israel, los contaréis tú y Aarón por sus escuadrones.
y reunieron a toda la congregación en el primero del mes segundo, y fueron reunidos sus linajes, por las casas de sus padres, según la cuenta de los nombres, de veinte años para arriba, por sus cabezas;
Y los hijos de Rubén, primogénito de Israel, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres por sus cabezas, todos los varones de veinte años para arriba, todos los que podían salir a la guerra;
De los hijos de Simeón, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, los contados de ellos conforme a la cuenta de los nombres por sus cabezas, todos los varones de veinte años para arriba, todos los que podían salir a la guerra;
De los hijos de Gad, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años para arriba, todos los que podían salir a la guerra;
De los hijos de Judá, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años para arriba, todos los que podían salir a la guerra;
De los hijos de Isacar, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años para arriba, todos los que podían salir a la guerra;
De los hijos de Zabulón, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme a la cuenta de sus nombres, de veinte años para arriba, todos los que podían salir a la guerra;
De los hijos de José: de los hijos de Efraín, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años para arriba, todos los que podían salir a la guerra;
De los hijos de Manasés, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años para arriba, todos los que podían salir a la guerra;
De los hijos de Benjamín, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años para arriba, todos los que podían salir a la guerra;
De los hijos de Dan, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años para arriba, todos los que podían salir a la guerra;
De los hijos de Aser, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años para arriba, todos los que podían salir a la guerra.
De los hijos de Neftalí, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años para arriba, todos los que podían salir a la guerra;
Y fueron todos los contados de los hijos de Israel por las casas de sus padres, de veinte años para arriba, todos los que podían salir a la guerra en Israel;
Tomarás cinco siclos por cabeza; conforme al siclo del santuario tomarás; el siclo tiene veinte geras:
Las doce cucharas de oro llenas de incienso, de diez siclos cada cuchara, al siclo del santuario: todo el oro de las cucharas, ciento veinte siclos.
Y sucedió que en el año segundo, en el mes segundo, a los veinte días del mes, la nube se alzó del tabernáculo de la congregación.
No comeréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días;
En este desierto caerán vuestros cuerpos; todos vuestros contados según toda vuestra cuenta, de veinte años para arriba, los cuales habéis murmurado contra mí;
Y de un mes harás efectuar el rescate de ellos, conforme a tu estimación, por precio de cinco siclos, al siclo del santuario, que es de veinte geras.
Tomad la suma de toda la congregación de los hijos de Israel, de veinte años para arriba, por las casas de sus padres, todos los que puedan salir a la guerra en Israel.
Contaréis el pueblo de veinte años para arriba, como mandó Jehová a Moisés y a los hijos de Israel, que habían salido de tierra de Egipto.
Ninguno de los varones que subieron de Egipto de veinte para años arriba, verá la tierra por la cual juré a Abraham, Isaac, y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí;
y les dijo: De edad de ciento veinte años soy hoy día; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este Jordán.
Y era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.
Y los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquél tenía novecientos carros herrados; y había afligido en gran manera a los hijos de Israel por veinte años.
Y Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y con ellos su ejército de como quince mil hombres, todos los que habían quedado de todo el campamento de los orientales; y los muertos habían sido ciento veinte mil hombres que sacaban espada.
Y los hirió de grandísimo estrago desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte ciudades; y hasta la vega de las viñas. Así fueron sometidos los hijos de Amón delante de los hijos de Israel.
Y juzgó a Israel en días de los filisteos veinte años.
Y descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y le tomaron, y le llevaron, y le sepultaron entre Zora y Estaol, en el sepulcro de su padre Manoa. Y él juzgó a Israel veinte años.
Y aconteció que desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová.
Ésta fue la primera matanza, en la cual Jonatán con su paje de armas, mataron como unos veinte hombres en el espacio de una media yugada de tierra.
Vino pues Abner a David en Hebrón, y con él veinte hombres; y David hizo banquete a Abner y a los que con él habían venido.
Y les tomó David mil carros y setecientos hombres de a caballo y veinte mil hombres de a pie; y desjarretó David los caballos de todos los carros, excepto los de cien carros que dejó.
Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y tú almacenarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para comer, y Mefiboset el hijo de tu señor comerá siempre pan a mi mesa. Y Siba tenía quince hijos y veinte siervos.
Y viendo los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, enviaron los hijos de Amón y tomaron a sueldo a los sirios de la casa de Rehob, y a los sirios de Soba, veinte mil hombres de a pie; y del rey de Maaca mil hombres, y de Istob doce mil hombres.
Y allí cayó el pueblo de Israel delante de los siervos de David, y se hizo una gran matanza de veinte mil hombres.
y con él venían mil hombres de Benjamín; asimismo Siba criado de la casa de Saúl, con sus quince hijos y sus veinte siervos, los cuales pasaron el Jordán delante del rey.
Y después que hubieron recorrido toda la tierra, volvieron a Jerusalén al cabo de nueve meses y veinte días.
diez bueyes engordados, y veinte bueyes de pasto, y cien ovejas; sin los ciervos, gacelas, corzos, y aves engordadas.
Y Salomón daba a Hiram veinte mil coros de trigo para el sustento de su familia, y veinte coros de aceite puro; esto daba Salomón a Hiram año tras año.
La casa que el rey Salomón edificó a Jehová, tuvo sesenta codos de largo y veinte de ancho, y treinta codos de alto.
Y el pórtico delante del templo de la casa, tenía veinte codos de largo, según la anchura de la casa, y su ancho era de diez codos delante de la casa.
Asimismo hizo al final de la casa un edificio de veinte codos, de tablas de cedro, desde el suelo hasta lo más alto; y edificó en la casa un oráculo, que es el lugar santísimo.
Y el lugar santísimo estaba en la parte de adentro, el cual tenía veinte codos de largo, y otros veinte de ancho, y otros veinte de altura; y lo cubrió de oro purísimo; asimismo cubrió de oro el altar de cedro.
Y ofreció Salomón sacrificios de paz, los cuales ofreció a Jehová; veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Jehová.
Y aconteció al cabo de veinte años, cuando Salomón había edificado las dos casas, la casa de Jehová y la casa real
(Para las cuales Hiram rey de Tiro, había traído a Salomón madera de cedro y de abeto, y cuanto oro él quiso), que el rey Salomón dio a Hiram veinte ciudades en tierra de Galilea.
Y había Hiram enviado al rey ciento veinte talentos de oro.
los cuales fueron a Ofir, y tomaron de allí oro, cuatrocientos veinte talentos, y lo trajeron al rey Salomón.
Y dio ella al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especiería, y piedras preciosas; nunca vino tan gran cantidad de especias, como la reina de Seba dio al rey Salomón.
En el año veinte de Jeroboam rey de Israel, Asa comenzó a reinar sobre Judá.
Vino entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al varón de Dios panes de primicias, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y él dijo: Da a la gente para que coman.
En el año cincuenta y dos de Azarías rey de Judá, Peka hijo de Remalías comenzó a reinar sobre Israel en Samaria; y reinó veinte años.
Y Oseas hijo de Ela hizo una conspiración contra Peka hijo de Remalías, y lo hirió, y lo mató, y reinó en su lugar, a los veinte años de Jotam hijo de Uzías.
Veinte años tenía Acaz cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén dieciséis años; y no hizo lo recto ante los ojos de Jehová su Dios, como David su padre;
Y contados por sus descendencias, por sus linajes, los que eran cabezas de sus familias, resultaron veinte mil doscientos hombres de grande esfuerzo.
Y de los hijos de Efraín, veinte mil ochocientos, muy valientes, varones ilustres en las casas de sus padres.
Y del otro lado del Jordán, de los rubenitas y de los gaditas y de la media tribu de Manasés, ciento veinte mil con todo tipo de armas de guerra.
De los hijos de Coat, Uriel el principal, y sus hermanos, ciento veinte.
De los hijos de Merari, Asaías el principal, y sus hermanos, doscientos veinte;
Y les tomó David mil carros y siete mil hombres de a caballo y veinte mil hombres de a pie: y desjarretó David los caballos de todos los carros, excepto los de cien carros que dejó.
Éstos son los hijos de Leví en las familias de sus padres, cabeceras de familias en sus delineaciones, contados por sus nombres, por sus cabezas, los cuales hacían obra en el ministerio de la casa de Jehová, de veinte años arriba.
Así que, conforme a las postreras palabras de David, fue la cuenta de los hijos de Leví de veinte años arriba.
Y no tomó David el número de los que eran de veinte años abajo, por cuanto Jehová había dicho que Él había de multiplicar a Israel como las estrellas del cielo.
Y he aquí, para los trabajadores tus siervos, cortadores de madera, daré veinte mil coros de trigo en grano, y veinte mil coros de cebada, y veinte mil batos de vino, y veinte mil batos de aceite.
Éstas son las instrucciones que recibió Salomón para la construcción de la casa de Dios. La primera medida, la longitud, de sesenta codos; y la anchura de veinte codos.
El pórtico que estaba en la parte frontal del templo, tenía longitud de veinte codos, igual al ancho de la casa, y su altura de ciento veinte: y lo cubrió por dentro de oro puro.
Hizo asimismo la casa del lugar santísimo, cuya longitud era de veinte codos según el ancho del frente de la casa, y su anchura de veinte codos; y la cubrió de oro fino que ascendía a seiscientos talentos.
La longitud de las alas de los querubines era de veinte codos; porque una ala era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa; y la otra ala de cinco codos, la cual llegaba al ala del otro querubín.
Así las alas de estos querubines estaban extendidas por veinte codos: y ellos estaban en pie con sus rostros hacia la casa.
Hizo además un altar de bronce de veinte codos de longitud, y veinte codos de anchura, y diez codos de altura.
y los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán, y los de Jedutún, juntamente con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con címbalos y salterios y arpas al oriente del altar; y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas;
Y ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas; y así dedicaron la casa de Dios el rey y todo el pueblo.