'Él' en la Biblia
El libro de esta ley nunca se apartará de tu boca; antes de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo lo entenderás.
Y sucederá que cualquiera que salga de las puertas de tu casa a la calle, su sangre {caerá} sobre su propia cabeza, y {quedaremos} libres. Pero la sangre de cualquiera que esté en la casa contigo {caerá} sobre nuestra cabeza si alguien pone su mano sobre él.
Josué se levantó de mañana, y partieron de Sitim, y vinieron hasta el Jordán, él y todos los hijos de Israel, y reposaron allí antes que pasaran.
Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al cananeo, y al heteo, y al heveo, y al ferezeo, y al gergeseo, y al amorreo, y al jebuseo.
Entonces Josué llamó doce varones, los cuales él había preparado de entre los hijos de Israel, de cada tribu uno;
Pero a los hijos de ellos, que él había hecho suceder en su lugar, Josué los circuncidó; los cuales aún eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidados por el camino.
Y estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos, y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué yéndose hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?
Y él respondió: No; mas yo soy el Príncipe del ejército del SEÑOR; ahora he venido. Entonces Josué postrándose sobre su rostro en tierra le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?
Pero en cuanto a vosotros, guardaos ciertamente de las cosas dedicadas al anatema, no sea que {las} codiciéis y tomando de las cosas del anatema, hagáis maldito el campamento de Israel y traigáis desgracia sobre él.
Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca del SEÑOR hasta la tarde, él y los ancianos de Israel; echando polvo sobre sus cabezas.
y el que fuere cogido en el anatema, será quemado a fuego, él y todo lo que tiene, por cuanto ha quebrantado el pacto del SEÑOR, y ha cometido locura en Israel.
Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, te ruego, da gloria a Jehová, Dios de Israel, y confiesa ante Él; y declárame ahora lo que has hecho, no me lo encubras.
Entonces Josué, y todo Israel con él, tomó a Acán hijo de Zera, y la plata, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes sus asnos, sus ovejas, su tienda, y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor;
Y levantaron sobre él un gran montón de piedras, hasta hoy. Y Jehová se tornó de la ira de su furor. Y por esto fué llamado aquel lugar el Valle de Achôr, hasta hoy.
Y levantándose Josué muy de mañana, contó al pueblo, y subió él, con los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai.
Y toda la gente de guerra que con él estaba, subió, y se acercó, y llegaron delante de la ciudad, y asentaron el campamento a la parte del norte de Hai; y el valle estaba entre él y Hai.
Lo cual cuando vio el rey de Hai, se levantó prestamente de mañana, y salió con los hombres de la ciudad contra Israel para pelear, él y todo su pueblo en un tiempo señalado, por el llano, no sabiendo que le estaba puesta emboscada a las espaldas de la ciudad.
Y levantándose prestamente de su lugar los que estaban en la emboscada corrieron, cuando él alzó su mano, y vinieron a la ciudad, y la tomaron, y se apresuraron a prenderle fuego.
Pero los israelitas tomaron para sí las bestias y los despojos de la ciudad, conforme a la palabra del SEÑOR que él había mandado a Josué.
Mas al rey de Hai lo colgó de un madero hasta la tarde; y cuando el sol se puso, mandó Josué que quitaran del madero su cuerpo, y lo echaran a la puerta de la ciudad; y levantaron sobre él un gran montón de piedras, hasta hoy.
como Moisés, siervo del SEÑOR, lo había mandado a los hijos de Israel, como está escrito en el libro de la ley de Moisés; un altar de piedras enteras, sobre las cuales nadie alzó herramienta de hierro; y ofrecieron sobre él holocaustos al SEÑOR, y sacrificaron ofrendas pacíficas.
También escribió allí en piedras la repetición de la ley de Moisés, la cual él había escrito delante de los hijos de Israel.
Así vinieron a Josué al campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a los de Israel: Nosotros venimos de tierra muy lejana; haced pues ahora con nosotros pacto.
Y ellos respondieron: Tus siervos han venido de muy lejanas tierras, por la fama de Jehová tu Dios; porque hemos oído su fama, y todo lo que Él hizo en Egipto,
Y él lo hizo así; que los libró de la mano de los hijos de Israel, para que no los mataran.
Y Josué los constituyó aquel día por leñadores y aguadores para la congregación y para el altar del SEÑOR, en el lugar que él escogiera; lo que son hasta hoy.
Y subió Josué de Gilgal, él y todo el pueblo de guerra con él, y todos los hombres valientes.
Y Josué, y todo el pueblo con él, volvió al campamento en Gilgal.
Y cuando sacaron estos reyes a Josué, llamó Josué a todos los varones de Israel, y dijo a los principales de los hombres de guerra que habían venido con él: Llegad y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes. Y ellos se acercaron, y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos.
Y de Maceda pasó Josué, y todo Israel con él, a Libna; y peleó contra Libna;
Y Josué, y todo Israel con él, pasó de Libna a Laquis, y puso campamento contra ella, y la combatió;
Entonces Horam, rey de Gezer, subió en ayuda de Laquis; mas a él y a su pueblo hirió Josué, hasta no quedar ninguno de ellos.
De Laquis pasó Josué, y todo Israel con él, a Eglón; y pusieron campamento contra ella, y la combatieron;
Subió luego Josué, y todo Israel con él, de Eglón a Hebrón, y la combatieron;
Y volviéndose Josué, y todo Israel con él, sobre Debir, la combatió;
Y volvió Josué, y todo Israel con él, al campamento en Gilgal.
Y vino Josué, y con él todo el pueblo de guerra, contra ellos, y dio de repente sobre ellos junto a las aguas de Merom.
todo el reino de Og en Basán, el cual reinaba en Astarot y en Edrei (sólo él quedaba del remanente de los refaítas); porque Moisés los hirió y los desposeyó.
Pero a la tribu de Leví no dio heredad: los sacrificios encendidos del SEÑOR Dios de Israel son su heredad, como él les había dicho.
Mas a la tribu de Leví no dio Moisés heredad: el SEÑOR Dios de Israel es la heredad de ellos como él les había dicho.
Y ahora El SEÑOR me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que el SEÑOR habló estas palabras a Moisés, que Israel ha andado por el desierto; y ahora, he aquí soy hoy de edad de ochenta y cinco años;
Y la tomó Otoniel, hijo de Cenaz, hermano de Caleb; y él le dio por mujer a su hija Acsa.
Y aconteció que cuando la llevaba, él la persuadió que pidiera a su padre tierras para labrar. Ella entonces se apeó del asno. Y Caleb le dijo: ¿Qué tienes?
Y ella dijo: Dame una bendición; ya que me has dado la tierra del Neguev, dame también fuentes de agua. Y él le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo.
Esta fue la suerte {que le tocó} a la tribu de Manasés, porque él era el primogénito de José: a Maquir, primogénito de Manasés, padre de Galaad, por cuanto era hombre de guerra, se le otorgó Galaad y Basán;
Estas vinieron delante de Eleazar sacerdote, y de Josué hijo de Nun, y de los príncipes, y dijeron: El SEÑOR mandó a Moisés que nos diera herencia entre nuestros hermanos. Y él les dio herencia entre los hermanos del padre de ellas, conforme al dicho del SEÑOR.
Según la palabra del SEÑOR, le dieron la ciudad que él pidió, que fue Timnat-sera, en el monte de Efraín; y él reedificó la ciudad, y habitó en ella.
Y cuando el cercano del muerto le siguiere, no entregarán en su mano al homicida, por cuanto hirió á su prójimo por yerro, ni tuvo con él antes enemistad.
Solamente que con diligencia os guardéis haciendo lo del mandamiento y la ley, que Moisés siervo del SEÑOR os mandó: que améis al SEÑOR vuestro Dios, y andéis en todos sus caminos; que guardéis sus mandamientos, y os acerquéis a él, y le sirváis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
y a diez príncipes con él; un príncipe de cada casa paterna de todas las tribus de Israel, cada uno de los cuales era cabeza de familia de sus padres entre los millares de Israel.
Y vosotros os volvéis hoy de seguir al SEÑOR; mas será que vosotros os rebelaréis hoy contra el SEÑOR, y mañana se airará él contra toda la congregación de Israel.
El Dios de los dioses, El SEÑOR, el Dios de los dioses, El SEÑOR, él sabe, y que Israel también sepa; si por rebelión o por prevaricación contra el SEÑOR (no nos salves hoy),
que nos hemos edificado altar para tornarnos de en pos del SEÑOR, o para sacrificar holocausto o presente, o para hacer sobre él sacrificios pacíficos, el mismo SEÑOR nos lo demande;
sino para que sea un testimonio entre nosotros y vosotros, y entre los que vendrán después de nosotros, para que hagan el servicio del SEÑOR delante de él con nuestros holocaustos, con nuestros sacrificios, y con nuestros pacíficos; y no digan mañana vuestros hijos a los nuestros: Vosotros no tenéis parte con el SEÑOR.
Y oyendo Finees el sacerdote y los príncipes de la congregación, y las cabezas de los millares de Israel que con él estaban, las palabras que hablaron los hijos de Rubén y los hijos de Gad y los hijos de Manasés, estuvieron contentos de ello.
Un varón de vosotros ha perseguido a mil; porque el SEÑOR vuestro Dios, él mismo ha peleado por vosotros, como él os dijo.
cuando traspasaréis el pacto del SEÑOR vuestro Dios que él os ha mandado, yendo y honrando a dioses ajenos, e inclinándoos a ellos. Y el furor del SEÑOR se inflamará contra vosotros, y luego pereceréis de esta buena tierra que él os ha dado.
Y yo envié a Moisés y a Aarón, y herí a Egipto, al modo que lo hice en medio de él, y después os saqué.
Y cuando ellos clamaron al SEÑOR, él puso oscuridad entre vosotros y los egipcios, e hizo venir sobre ellos el mar, el cual los cubrió; y vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto. Después estuvisteis muchos días en el desierto.
``Pero yo no quise escuchar a Balaam; y él tuvo que bendeciros, y os libré de su mano.
Y el SEÑOR echó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra. Por tanto nosotros también serviremos al SEÑOR, porque él es nuestro Dios.
Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir al SEÑOR, porque él es Dios santo, y Dios celoso; no permitirá vuestras rebeliones y vuestros pecados.
Si dejareis a Jehová y sirviereis a dioses ajenos, Él se volverá y os hará daño; y os consumirá, después que os ha hecho bien.
Y dijo Josué a todo el pueblo: He aquí esta piedra será entre nosotros por testigo, la cual ha oído todas las palabras del SEÑOR que él ha hablado con nosotros; será, pues, testigo contra vosotros, para que por ventura no mintáis contra vuestro Dios.
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (301)
- Éxodo (170)
- Levítico (123)
- Números (114)
- Deuteronomio (134)
- Josué (64)
- Jueces (138)
- Rut (16)
- 1 Samuel (187)
- 2 Samuel (181)
- 1 Reyes (179)
- 2 Reyes (201)
- 1 Crónicas (64)
- 2 Crónicas (150)
- Esdras (27)
- Nehemías (39)
- Ester (37)
- Job (213)
- Salmos (248)
- Proverbios (65)
- Eclesiastés (25)
- Cantares (11)
- Isaías (146)
- Jeremías (121)
- Lamentaciones (7)
- Ezequiel (116)
- Daniel (84)
- Oseas (22)
- Joel (6)
- Amós (7)
- Abdías (2)
- Jonás (9)
- Miqueas (12)
- Nahúm (8)
- Habacuc (10)
- Sofonías (4)
- Hageo (2)
- Zacarías (25)
- Malaquías (13)
- Mateo (154)
- Marcos (168)
- Lucas (277)
- Juan (181)
- Hechos (168)
- Romanos (32)
- 1 Corintios (33)
- 2 Corintios (14)
- Gálatas (5)
- Efesios (18)
- Filipenses (6)
- Colosenses (18)
- 1 Tesalonicenses (2)
- 2 Tesalonicenses (4)
- 1 Timoteo (3)
- 2 Timoteo (8)
- Hebreos (29)
- Santiago (9)
- 1 Pedro (13)
- 2 Pedro (4)
- 1 Juan (43)
- 2 Juan (1)
- 3 Juan (1)
- Judas (2)
- Apocalipsis (53)