66 Versículos de la Biblia sobre La vida humana
Versículos Más Relevantes
Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y alentó en su nariz soplo de vida; y fué el hombre en alma viviente.
Y matasteis al Autor de la vida, al cual Dios ha resucitado de los muertos; de lo que nosotros somos testigos.
Ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues él da á todos vida, y respiración, y todas las cosas;
El espíritu de Dios me hizo, Y la inspiración del Omnipotente me dió vida.
Antes contra el Señor del cielo te has ensoberbecido, é hiciste traer delante de ti los vasos de su casa, y tú y tus príncipes, tus mujeres y tus concubinas, bebisteis vino en ellos: demás de esto, á dioses de plata y de oro, de metal, de hierro, de mader
Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como también algunos de vuestros poetas dijeron: Porque linaje de éste somos también.
Y no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quisiere, y si viviéremos, haremos esto ó aquello.
Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuánto tengo de ser del mundo.
Ea ahora, los que decís: Hoy y mañana iremos á tal ciudad, y estaremos allá un año, y compraremos mercadería, y ganaremos: Y no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
Y dijo Dios: Hagamos al hombre á nuestra imagen, conforme á nuestra semejanza; y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que anda arrastrando sobre la tierra. Y crió Dios al hombre á su imagen, á imagen de Dios lo crió; varón y hembra los crió.
Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. El que derramare sangre del hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque á imagen de Dios es hecho el hombre.
Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, Ni dar á Dios su rescate. (Porque la redención de su vida es de gran precio, Y no se hará jamás;) Que viva adelante para siempre, Y nunca vea la sepultura.
Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras: Estoy maravillado, Y mi alma lo conoce mucho.
Porque ¿de qué aprovecha al hombre, si granjeare todo el mundo, y perdiere su alma? O ¿qué recompensa dará el hombre por su alma?
Porque ¿qué aprovecha al hombre, si granjeare todo el mundo, y sé pierda él á sí mismo, ó corra peligro de sí?
Porque yo te mando hoy que ames á Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos y sus estatutos y sus derechos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra á la cual entras para poseerla.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida: Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza: Seguridad mía desde mi juventud. Por ti he sido sustentado desde el vientre: De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacaste: De ti será siempre mi alabanza.
Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es ordenar sus pasos.
Oh hombre, él te ha declarado qué sea lo bueno, y qué pida de ti Jehová: solamente hacer juicio, y amar misericordia, y humillarte para andar con tu Dios.
El que hallare su vida, la perderá; y el que perdiere su vida por causa de mí, la hallará.
Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Los días de nuestra edad son setenta años; Que si en los más robustos son ochenta años, Con todo su fortaleza es molestia y trabajo; Porque es cortado presto, y volamos.
PORQUE sabemos, que si la casa terrestre de nuestra habitación se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos.
El hombre, como la hierba son sus días, Florece como la flor del campo. Que pasó el viento por ella, y pereció: Y su lugar no la conoce más.
Mi morada ha sido movida y traspasada de mí, como tienda de pastor. Como el tejedor corté mi vida; cortaráme con la enfermedad; Me consumirás entre el día y la noche.
Porque tengo por justo, en tanto que estoy en este tabernáculo, de incitaros con amonestación: Sabiendo que brevemente tengo de dejar mi tabernáculo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado.
Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días cual sombra sobre la tierra, y no dan espera.
Y no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
Y mis días fueron más ligeros que la lanzadera del tejedor, Y fenecieron sin esperanza. Acuérdate que mi vida es viento, Y que mis ojos no volverán á ver el bien.
Pues nosotros somos de ayer, y no sabemos, Siendo nuestros días sobre la tierra como sombra.
Que sale como una flor y es cortado; Y huye como la sombra, y no permanece.
Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuánto tengo de ser del mundo. He aquí diste á mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti: Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. (Selah.) Ciertamente en tinieblas anda el hombre; Ciertamente en vano se inquieta: Junta, y no sabe quién lo allegará.
Acuérdate de cuán corto sea mi tiempo: ¿Por qué habrás criado en vano á todos los hijos del hombre?
Enséñanos de tal modo á contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.
El hombre es semejante á la vanidad: Sus días son como la sombra que pasa.
Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo de decir á voces? Toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo: La hierba se seca, y la flor se cae; porque el viento de Jehová sopló en ella: ciertamente hierba es el pueblo. Sécase la hierba, cáese la flor: mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.
De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron.
Mas del árbol de ciencia del bien y del mal no comerás de él; porque el día que de él comieres, morirás.
Porque así como en Adam todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados.
Y vivió Adam ciento y treinta años, y engendró un hijo á su semejanza, conforme á su imagen, y llamó su nombre Seth. Y fueron los días de Adam, después que engendró á Seth, ochocientos años: y engendró hijos é hijas. Y fueron todos los días que vivió Adam novecientos y treinta años, y murió.Leer más.
Y vivió Seth ciento y cinco años, y engendró á Enós. Y vivió Seth, después que engendró á Enós, ochocientos y siete años: y engendró hijos é hijas. Y fueron todos los días de Seth novecientos y doce años; y murió. Y vivió Enós noventa años, y engendró á Cainán. Y vivió Enós después que engendró á Cainán, ochocientos y quince años: y engendró hijos é hijas. Y fueron todos los días de Enós novecientos y cinco años; y murió. Y vivió Cainán setenta años, y engendró á Mahalaleel. Y vivió Cainán, después que engendró á Mahalaleel, ochocientos y cuarenta años: y engendró hijos é hijas. Y fueron todos los días de Cainán novecientos y diez años; y murió. Y vivió Mahalaleel sesenta y cinco años, y engendró á Jared. Y vivió Mahalaleel, después que engendró á Jared, ochocientos y treinta años: y engendró hijos é hijas. Y fueron todos los días de Mahalaleel ochocientos noventa y cinco años; y murió. Y vivió Jared ciento sesenta y dos años, y engendró á Henoch. Y vivió Jared, después que engendró á Henoch, ochocientos años: y engendró hijos é hijas. Y fueron todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió. Y vivió Henoch sesenta y cinco años, y engendró á Mathusalam. Y caminó Henoch con Dios, después que engendró á Mathusalam, trescientos años: y engendró hijos é hijas. Y fueron todos los días de Henoch trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Henoch con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios. Y vivió Mathusalam ciento ochenta y siete años, y engendró á Lamech. Y vivió Mathusalam, después que engendró á Lamech, setecientos ochenta y dos años: y engendró hijos é hijas. Fueron, pues, todos los días de Mathusalam, novecientos sesenta y nueve años; y murió. Y vivió Lamech ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo: Y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras, y del tabajo de nuestras manos, á causa de la tierra que Jehová maldijo. Y vivió Lamech, después que engendró á Noé, quinientos noventa y cinco años: y engendró hijos é hijas. Y fueron todos los días de Lamech setecientos setenta y siete años; y murió. Y siendo Noé de quinientos años, engendró á Sem, Châm, y á Japhet.
Estas son las generaciones de Sem: Sem, de edad de cien años, engendró á Arphaxad, dos años después del diluvio. Y vivió Sem, después que engendró á Arphaxad quinientos años, y engendró hijos é hijas. Y Arphaxad vivió treinta y cinco años, y engendró á Sala.Leer más.
Y vivió Arphaxad, después que engendró á Sala, cuatrocientos y tres años, y engendró hijos é hijas. Y vivió Sala treinta años, y engendró á Heber. Y vivió Sala, después que engendró á Heber, cuatrocientos y tres años, y engendró hijos é hijas. Y vivió Heber treinta y cuatro años, y engendró á Peleg. Y vivió Heber, después que engendró á Peleg, cuatrocientos y treinta años, y engendró hijos é hijas. Y vivió Peleg, treinta años, y engendró á Reu. Y vivió Peleg, después que engendró á Reu, doscientos y nueve años, y engendró hijos é hijas. Y Reu vivió treinta y dos años, y engendró á Serug. Y vivió Reu, después que engendró á Serug, doscientos y siete años, y engendró hijos é hijas. Y vivió Serug treinta años, y engendró á Nachôr. Y vivió Serug, después que engendró á Nachôr, doscientos años, y engendró hijos é hijas. Y vivió Nachôr veintinueve años, y engendró á Thare. Y vivió Nachôr, después que engendró á Thare, ciento diecinueve años, y engendró hijos é hijas. Y vivió Thare setenta años, y engendró á Abram, y á Nachôr, y á Harán. Estas son las generaciones de Thare: Thare engendró á Abram, y á Nachôr, y á Harán; y Harán engendró á Lot. Y murió Harán antes que su padre Thare en la tierra de su naturaleza, en Ur de los Caldeos. Y tomaron Abram y Nachôr para sí mujeres: el nombre de la mujer de Abram fué Sarai, y el nombre de la mujer de Nachôr, Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca. Mas Sarai fué esteril, y no tenía hijo. Y tomó Thare á Abram su hijo, y á Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y á Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo: y salió con ellos de Ur de los Caldeos, para ir á la tierra de Canaán: y vinieron hasta Harán, y asentaron allí. Y fueron los días de Thare doscientos y cinco años; y murió Thare en Harán.
Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
Honra á tu padre y á tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
Mas á Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo cumpliré el número de tus días.
Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días.
Porque largura de días, y años de vida Y paz te aumentarán.
El temor de Jehová aumentará los días: Mas los años de los impíos serán acortados.
Porque El que quiere amar la vida, Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño;
¿Quién es el hombre que desea vida, Que codicia días para ver bien? Guarda tu lengua de mal, Y tus labios de hablar engaño.
Aburríme: no he de vivir yo para siempre; Déjáme, pues que mis días son vanidad.
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La actividad de Dios en la vida humana
Hechos 17:28Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como también algunos de vuestros poetas dijeron: Porque linaje de éste somos también.
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