'Maldad' en la Biblia
Y en la cuarta generación volverán acá: porque aun no está cumplida la maldad del Amorrheo hasta aquí.
Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos á mi señor? ¿qué hablaremos? ¿ó con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos: he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquél en cuyo poder fué hallada la copa.
Así diréis á José: Ruégote que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron: por tanto ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.
No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen,
La desnudez de la mujer y de su hija no descubrirás: no tomarás la hija de su hijo, ni la hija de su hija, para descubrir su desnudez: son parientas, es maldad.
Y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad sobre ella, y la tierra vomitó sus moradores.
No contaminarás tu hija haciéndola fornicar: porque no se prostituya la tierra, y se hincha de maldad.
Jehová, tardo de ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, y absolviendo no absolverá al culpado; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos.
Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano é hicieres, hasta que seas destruído, y perezcas presto á causa de la maldad de tus obras, por las cuales me habrás dejado.
Y el que fuere cogido en el anatema, será quemado á fuego, él y todo lo que tiene, por cuanto ha quebrantado el pacto de Jehová, y ha cometido maldad en Israel.
¿Nos ha sido poco la maldad de Peor, de la que no estamos aún limpios hasta este día, por la cual fué la mortandad en la congregación de Jehová?
Y saliendo á ellos aquel varón, amo de la casa, díjoles: No, hermanos míos, ruégoos que no cometáis este mal, pues que este hombre ha entrado en mi casa, no hagáis esta maldad.
Y los hijos de Benjamín oyeron que los hijos de Israel habían subido á Mizpa. Y dijeron los hijos de Israel: Decid cómo fué esta maldad.
Entonces tomando yo mi concubina, cortéla en piezas, y enviélas por todo el término de la posesión de Israel: por cuanto han hecho maldad y crimen en Israel.
Y las tribus de Israel enviaron varones por toda la tribu de Benjamín, diciendo: ¿Qué maldad es ésta que ha sido hecha entre vosotros?
¿No es ahora la siega de los trigos? Yo clamaré á Jehová, y él dará truenos y aguas; para que conozcáis y veáis que es grande vuestra maldad que habéis hecho en los ojos de Jehová, pidiéndoos rey.
Y DAVID huyó de Najoth que es en Rama, y vínose delante de Jonathán, y dijo: ¿Qué he hecho yo? ¿cuál es mi maldad, ó cuál mi pecado contra tu padre, que él busca mi vida?
Harás pues misericordia con tu siervo, ya que has traído tu siervo á alianza de Jehová contigo: y si maldad hay en mí mátame tú, que no hay necesidad de llevarme hasta tu padre.
Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Rey señor mío, la maldad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre; mas el rey y su trono sin culpa.
Jehová te ha dado el pago de toda la sangre de la casa de Saúl, en lugar del cual tú has reinado: mas Jehová ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalom; y hete aquí sorprendido en tu maldad, porque eres varón de sangres.
Y David dijo á Jehová, cuando vió al ángel que hería al pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad: ¿qué hicieron estas ovejas? Ruégote que tu mano se torne contra mí, y contra la casa de mi padre.
Y dijéronse el uno al otro: No hacemos bien: hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos: y si esperamos hasta la luz de la mañana, nos alcanzará la maldad. Vamos pues ahora, entremos, y demos la nueva en casa del rey.
Volvió luego Esther á hablar delante del rey, y echóse á sus pies, llorando y rogándole que hiciese nula la maldad de Amán Agageo, y su designio que había formado contra los Judíos.
Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, Y no consintieres que more maldad en tus habitaciones;
Porque es maldad é iniquidad, Que han de castigar los jueces.
Esto también fuera maldad juzgada; Porque habría negado al Dios soberano.
Yo soy limpio y sin defecto; Y soy inocente, y no hay maldad en mí.
No hay tinieblas ni sombra de muerte Donde se encubran los que obran maldad.
Porque tú no eres un Dios que ame la maldad: El malo no habitará junto á ti.
Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude: Debajo de su lengua, vejación y maldad.
Quebranta el brazo del malo: Del maligno buscarás su maldad, hasta que ninguna halles.
Y fuí integro para con él, y cauteléme de mi maldad.
No me arrebates á una con los malos, Y con los que hacen iniquidad: Los cuales hablan paz con sus prójimos, Y la maldad está en su corazón.
Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Confesaré, dije, contra mí mis rebeliones á Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Selah.)
Matará al malo la maldad; Y los que aborrecen al justo serán asolados.
Por tanto denunciaré mi maldad; Congojaréme por mi pecado.
Amaste la justicia y aborreciste la maldad: Por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de gozo sobre tus compañeros.
Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
Al Músico principal: Masquil de David, cuando vino Doeg Idumeo y dió cuenta á Saúl, diciéndole: David ha venido á casa de Ahimelech. ¿POR qué te glorías de maldad, oh poderoso? La misericordia de Dios es continua.
He aquí el hombre que no puso á Dios por su fortaleza, Sino que confió en la multitud de sus riquezas. Y se mantuvo en su maldad.
Al Músico principal: sobre Mahalath: Masquil de David. DIJO el necio en su corazón: No hay Dios. Corrompiéronse é hicieron abominable maldad: No hay quien haga bien.
Pon maldad sobre su maldad, Y no entren en tu justicia.
Soltáronse, y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería.
Empero él misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía: Y abundó para apartar su ira, Y no despertó todo su enojo.
Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos: Escogería antes estar á la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.
Porque he aquí tus enemigos, oh Jehová, Porque he aquí, perecerán tus enemigos; Serán disipados todos los que obran maldad.
Y él hará tornar sobre ellos su iniquidad, Y los destruirá por su propia maldad; Los talará Jehová nuestro Dios.
Muchas veces los libró; Mas ellos se rebelaron á su consejo, Y fueron humillados por su maldad.
La tierra fructífera en salados, Por la maldad de los que la habitan.
Vean los rectos, y alégrense; Y toda maldad cierre su boca.
Venga en memoria cerca de Jehová la maldad de sus padres, Y el pecado de su madre no sea borrado.
Acercáronse á la maldad los que me persiguen; Alejáronse de tu ley.
En cuanto á los que por todas partes me rodean, La maldad de sus propios labios cubrirá su cabeza.
Porque comen pan de maldad, y beben vino de robos.
Los tesoros de maldad no serán de provecho: Mas la justicia libra de muerte.
Fortaleza es al perfecto el camino de Jehová: Mas espanto es á los que obran maldad.
Por su maldad será lanzado el impío: Mas el justo en su muerte tiene esperanza.
El sacrificio de los impíos es abominación: Cuánto más ofreciéndolo con maldad!
El que roba á su padre ó á su madre, y dice que no es maldad, Compañero es del hombre destruidor.
Tal es el rastro de la mujer adúltera: Come, y limpia su boca, Y dice: No he hecho maldad.
Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.
Yo he rodeado con mi corazón por saber, y examinar, é inquirir la sabiduría, y la razón; y por conocer la maldad de la insensatez, y el desvarío del error;
Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron á Jehová, provocaron á ira al Santo de Israel, tornáronse atrás.
Porque la maldad se encendió como fuego, cardos y espinas devorará; y encenderáse en lo espeso de la breña, y serán alzados como humo.
Y visitaré la maldad sobre el mundo, y sobre los impíos su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.
Aparejad sus hijos para el matadero por la maldad de sus padres: no se levanten, ni posean la tierra, é hinchan la haz del mundo de ciudades.
Porque he aquí que Jehová sale de su lugar, para visitar la maldad del morador de la tierra contra él; y la tierra descubrirá sus sangres, y no más encubrirá sus muertos.
Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y no más.
Y dipúsose con los impíos su sepultura, mas con los ricos fué en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca.
Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua.
Así dijo Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad, y tornáronse vanos?
Tu maldad te castigará, y tu apartamiento te condenará: sabe pues y ve cuán malo y amargo es tu dejar á Jehová tu Dios, y faltar mi temor en tí, dice el Señor Jehová de los ejércitos.
Conoce empero tu maldad, porque contra Jehová tu Dios has prevaricado, y tus caminos has derramado á los extraños debajo de todo árbol umbroso, y no oiste mi voz, dice Jehová.
Tu camino y tus obras te hicieron esto, ésta tu maldad: por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón.
Andad empero ahora á mi lugar que fué en Silo, donde hice que morase mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel.
¿Qué tiene mi amado en mi casa, habiendo hecho abominaciones muchas? Y las carnes santas pasarán de sobre tí, porque en tu maldad te gloriaste.
Pues Jehová de los ejércitos, que te plantó, ha pronunciado mal contra ti, á causa de la maldad de la casa de Israel y de la casa de Judá, que hicieron á sí mismos, provocándome á ira con incensar á Baal.
¿Hasta cuándo estará desierta la tierra, y marchita la hierba de todo el campo? Por la maldad de los que en ella moran, faltaron los ganados, y las aves; porque dijeron: No verá él nuestras postrimerías.
Cuando dijeres en tu corazón: ¿Por qué me ha sobrevenido esto? Por la enormidad de tu maldad fueron descubiertas tus faldas, fueron desnudos tus calcañares.
Tus adulterios, tus relinchos, la maldad de tu fornicación sobre los collados: en el mismo campo vi tus abominaciones. Ay de ti, Jerusalem! ¿No serás al cabo limpia? ¿hasta cuándo todavía?
Así ha dicho Jehová á este pueblo: Así amaron moverse, ni detuvieron sus pies: por tanto, Jehová no los tiene en voluntad; acordaráse ahora de la maldad de ellos, y visitará sus pecados.
Y el pueblo á quien profetizan, echado será en las calles de Jerusalem por hambre y por espada; y no habrá quien los entierre, ellos, y sus mujeres, y sus hijos, y sus hijas; y sobre ellos derramaré su maldad.
Y acontecerá que cuando anunciares á este pueblo todas estas cosas, te dirán ellos: ¿Por qué habló Jehová sobre nosotros este mal tan grande? ¿y qué maldad es la nuestra, ó qué pecado es el nuestro, que cometiéramos contra Jehová nuestro Dios?
Porque mis ojos están sobre todos sus caminos, los cuales no se me ocultaron, ni su maldad se esconde de la presencia de mis ojos.
Empero si esas gentes se convirtieren de su maldad, de que habré hablado, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles.
Mas tú, oh Jehová, conoces todo su consejo contra mí para muerte; no perdones su maldad, ni borres su pecado de delante de tu rostro: y tropiecen delante de ti; haz así con ellos en el tiempo de tu furor.
Casa de David, así dijo Jehová: Juzgad de mañana juicio, y librad al oprimido de mano del opresor; porque mi ira no salga como fuego, y se encienda, y no haya quien apague, por la maldad de vuestras obras.
Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel á los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros derramasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis visitado: he aquí yo visito sobre vosotros la maldad de vuestras obras, dice Jehová.
Porque así el profeta como el sacerdote son fingidos: aun en mi casa hallé su maldad, dice Jehová.
Y si ellos hubieran estado en mi secreto, también hubieran hecho oir mis palabras á mi pueblo; y les hubieran hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.
Cuando decían: Volveos ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras obras, y morad en la tierra que os dió Jehová, á vosotros y á vuestros padres para siempre;
Y será que, cuando fueren cumplidos los setenta años, visitaré sobre el rey de Babilonia y sobre aquella gente su maldad, ha dicho Jehová, y sobre la tierra de los Caldeos; y pondréla en desiertos para siempre.
Quizá oirán, y se tornarán cada uno de su mal camino; y arrepentiréme yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras.
Porque hicieron maldad en Israel, y cometieron adulterio con las mujeres de sus prójimos, y falsamente hablaron en mi nombre palabra que no les mandé; lo cual yo sé, y soy testigo, dice Jehová.
Todos tus enamorados te olvidaron; no te buscan; porque de herida de enemigo te herí, con azote de cruel, á causa de la muchedumbre de tu maldad, y de la multitud de tus pecados.
Sino que cada cual morirá por su maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agraces, tendrán la dentera.
Y no enseñará más ninguno á su prójimo, ni ninguno á su hermano, diciendo: Conoce á Jehová: porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová: porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
Que haces misericordia en millares, y vuelves la maldad de los padres en el seno de sus hijos después de ellos: Dios grande, poderoso, Jehová de los ejércitos es su nombre:
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