172 casos

'Montes' en la Biblia

Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat.

Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primer día del mes, se descubrieron las cimas de los montes.

¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del furor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo.

Y él tomó su parábola, y dijo: De Aram me trajo Balac, rey de Moab, de los montes del oriente: Ven, maldíceme a Jacob; y ven, execra a Israel.

Y partieron de Almon-diblataim y acamparon en los montes de Abarim, delante de Nebo.

Y partieron de los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán frente a Jericó.

Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes, de abismos que brotan por vegas y montes;

tierra en la cual no comerás el pan con escasez, no te faltará nada en ella; tierra que sus piedras son hierro, y cortarás bronce de sus montes.

La tierra a la cual pasáis para poseerla, es tierra de montes y de vegas; que bebe el agua de la lluvia del cielo;

Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredareis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol espeso:

el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra montés, el antílope, el carnero montés y el gamo.

con lo mejor de los montes antiguos y con lo precioso de los collados eternos,

También en el mismo tiempo vino Josué y destruyó a los anaceos de los montes, de Hebrón, de Debir, y de Anab, y de todos los montes de Judá, y de todos los montes de Israel: Josué los destruyó a ellos y a sus ciudades.

Los montes se derritieron delante de Jehová, aun aquel Sinaí, delante de Jehová Dios de Israel.

Y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados.

Y los de Siquem le pusieron acechadores en las cumbres de los montes, los cuales asaltaban a todos los que pasaban junto a ellos por el camino; de lo que fue dado aviso a Abimelec.

Y además dijo a su padre: Permite que me sea hecho esto; deja que por dos meses vaya yo y descienda por los montes y llore mi virginidad, yo y mis compañeras.

Él entonces dijo: Ve. Y la dejó por dos meses. Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes.

No caiga, pues, ahora mi sangre en tierra delante de Jehová, porque ha salido el rey de Israel a buscar una pulga, así como quien persigue una perdiz por los montes.

Montes de Gilboa, ni rocío ni lluvia caiga sobre vosotros, ni seáis tierras de ofrendas; porque allí fue desechado el escudo de los valientes, el escudo de Saúl, como si no hubiera sido ungido con aceite.

Y él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto.

Y salió uno al campo a recoger hierbas, y halló una como parra montés, y tomó de ella su manto lleno de calabazas silvestres; y volvió, y las cortó en la olla del potaje, pues no sabía lo que era.

Por mano de tus mensajeros has proferido injuria contra el Señor, y has dicho: Con la multitud de mis carros he subido a las cumbres de los montes, a las cuestas del Líbano; y cortaré sus altos cedros, sus abetos más escogidos; y me alojaré en la morada más lejana, en el monte Carmelo.

También de los de Gad se pasaron a David, estando en la fortaleza en el desierto, hombres de guerra muy valientes para pelear, dispuestos a hacerlo con escudo y lanza; sus rostros eran como rostros de leones, y eran ligeros como las gacelas sobre los montes.

Y se levantó Abías sobre el monte de Zemaraim, que es en los montes de Efraín, y dijo: Oídme, Jeroboam y todo Israel.

Entonces él dijo: He visto a todo Israel derramado por los montes como ovejas sin pastor; y dijo Jehová: Éstos no tienen señor; vuélvase cada uno en paz a su casa.

Además de esto edificó lugares altos en los montes de Judá, e hizo que los moradores de Jerusalén fornicasen, y a lo mismo impelió a Judá.

Asimismo edificó torres en el desierto, y abrió muchas cisternas; porque tuvo muchos ganados, así en los valles como en las vegas; y viñas, y labranzas, así en los montes como en el Carmelo; porque era amigo de la agricultura.

¿Acaso gime el asno montés junto a la hierba? ¿Muge el buey junto a su pasto?

¿Quién echó libre al asno montés, y quién soltó sus ataduras?

Lo oculto de los montes es su pasto, y anda buscando todo lo que está verde.

Ciertamente los montes producen hierba para él; y toda bestia del campo retoza allá.

La tierra se estremeció y tembló; se conmovieron los cimientos de los montes, y se estremecieron, porque se indignó Él.

¿Por qué os levantáis, oh montes altos? Éste es el monte que Dios deseó para su morada; ciertamente Jehová habitará en él para siempre.

Será echado un puño de grano en tierra, en las cumbres de los montes; su fruto hará ruido como el Líbano, y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra.

Los montes fueron cubiertos de su sombra; y sus sarmientos fueron como cedros de Dios.

La estropea el puerco montés, y la devora la bestia del campo.

Como fuego que quema el monte, como llama que abrasa los montes.

Porque en su mano están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas.

Los montes se derritieron como cera delante de Jehová, delante del Señor de toda la tierra.

Los ríos batan las manos; los montes todos hagan regocijo delante de Jehová:

Con el abismo, como con vestido, la cubriste; sobre los montes estaban las aguas.

Tú eres el que envías las fuentes por los arroyos; van entre los montes.

El que riega los montes desde sus aposentos; del fruto de sus obras se sacia la tierra.

Los montes altos para las cabras monteses; las peñas, madrigueras para los conejos.

el cual mira a la tierra, y ella tiembla; toca los montes, y humean.

Los montes saltaron como carneros; los collados como corderitos.

Oh montes, ¿por qué saltasteis como carneros, y vosotros, collados, como corderitos?

Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Jehová está alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre.

como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sión; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna.

Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende: Toca los montes, y humeen.

los montes y todos los collados; el árbol de fruto y todos los cedros;

Antes que los montes fuesen fundados, antes de los collados, era yo engendrada:

Sale la grama, aparece la hierba, y siegan las hierbas de los montes.

¡La voz de mi amado! He aquí él viene saltando sobre los montes, brincando sobre los collados.

Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, vuélvete, amado mío; sé semejante al corzo, o al cervatillo, sobre los montes de Beter.

Ven conmigo del Líbano, oh esposa mía, ven conmigo del Líbano: Mira desde la cumbre de Amana, desde la cumbre de Senir y de Hermón, desde las guaridas de los leones, desde los montes de los leopardos.

Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová por cabeza de los montes, y será ensalzado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.

Y sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados levantados;

Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.

Y a todos los montes que se cavaban con azadón, no llegará allá el temor de los espinos y de los cardos; mas serán para pasto de bueyes, y para ser hollados de los ganados.

Estruendo de multitud en los montes, como de mucho pueblo; ruido de tumulto de reinos, de naciones reunidas; Jehová de los ejércitos pasa revista a las tropas para la batalla.

Que quebrantaré al asirio en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y su yugo será apartado de ellos, y su carga será quitada de su hombro.

Los pueblos harán estrépito a manera de ruido de muchas aguas; mas Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino.

Vosotros, todos los moradores del mundo y habitantes de la tierra, cuando se levante bandera en los montes, mirad; y cuando se toque trompeta, oíd.

Y serán dejados para las aves de los montes, y para las bestias de la tierra; sobre ellos pasarán el verano las aves, e invernarán todas las bestias de la tierra.

Y cuando caiga el granizo, caerá en los montes; y la ciudad será del todo abatida.

Y los muertos de ellas serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se disolverán por la sangre de ellos.

Por mano de tus siervos infamaste al Señor, y dijiste: Yo con la multitud de mis carros subiré a las alturas de los montes, a las laderas del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus cipreses escogidos; llegaré hasta la cumbre, al monte de su Carmelo.

¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano, y midió los cielos con su palmo, y con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza, y con pesas los collados?

He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y collados tornarás en tamo.

Alcen la voz el desierto y sus ciudades, las aldeas donde habita Cedar; canten los moradores de la roca, y desde la cumbre de los montes den voces de júbilo.

Tornaré en soledad montes y collados, haré secar toda su hierba; los ríos tornaré en islas, y secaré los estanques.

Cantad loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo; gritad con júbilo, lugares bajos de la tierra; prorrumpid, montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está; porque Jehová redimió a Jacob, y en Israel será glorificado.

Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas.

Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.

¡Oh si rompiese los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes,

Cuando hiciste cosas terribles, cuales nunca esperábamos, y descendiste, se deslizaron los montes ante tu presencia.

por vuestras iniquidades, y las iniquidades de vuestros padres juntamente, dice Jehová, los cuales quemaron incienso sobre los montes, y sobre los collados me afrentaron; por tanto yo les mediré su obra antigua en su seno.

Mas sacaré simiente de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis siervos habitarán allí.

Resultados de Búsqueda por Versiones

Resultados de Búsqueda por Libro

Todos los Libros

Reina Valera Gómez (© 2010)