651 casos en 6 traducciones

'Palabras' en la Biblia

Palabras de iniquidades me sobrepujaron; mas nuestras rebeliones tú las limpiarás.

Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.

Puso en ellos las palabras de sus señales, y sus prodigios en la tierra de Cam.

Mandó tinieblas e hizo que se oscureciera, pero ellos no prestaron atención a sus palabras.

Mi celo me ha consumido; porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.

cuando nos pedían allí, los que nos cautivaron, las palabras de la canción, (colgadas nuestras arpas de alegría) diciendo: Cantadnos de las canciones de Sion.

Serán derribados de lugares fuertes sus jueces, y oirán mis palabras, que son suaves.

Hijo mío, si tomares mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti,

Para librarte de la mujer extraña, de la ajena que halaga con sus palabras;

y él me enseñaba y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, guarda mis mandamientos y vivirás.

Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca.

Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones.

Ahora pues, hijos {míos,} escuchadme, y no os apartéis de las palabras de mi boca.

para que te guarden de la mujer ajena, y de la extraña que ablanda sus palabras.

Ahora pues, hijos {míos,} escuchadme, y prestad atención a las palabras de mi boca.

Conforme a la justicia son todas las palabras de mi boca, no hay en ellas nada torcido ni perverso.

Las palabras de los impíos son para asechar la sangre; mas la boca de los rectos los librará.

Las palabras del chismoso parecen blandas, mas ellas descienden hasta lo íntimo del vientre.

Cesa, hijo mío, de escuchar la instrucción, {y} te desviarás de las palabras de sabiduría.

Los ojos del SEÑOR guardan el conocimiento, pero El confunde las palabras del pérfido.

para hacerte saber la certeza de las palabras de verdad, a fin de que respondas correctamente al que te ha enviado?

¿Comiste tu parte? La vomitarás; y perderás tus suaves palabras.

Si un gobernante presta atención a palabras mentirosas, todos sus servidores {se vuelven} impíos.

Palabras de Agur, hijo de Jaqué: La profecía que dijo el varón a Itiel, a Itiel y a Ucal.

Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.

No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.

Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fortaleza; aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras.

Las palabras del sabio con reposo son oídas, más que el clamor del señor entre los locos.

Las palabras de la boca del sabio son gracia; mas los labios del loco lo echan a perder.

El loco multiplica palabras, y dice: no sabe el hombre lo que será; ¿y quién le hará saber lo que después de él será?

Procuró el Predicador hallar palabras de voluntad, y escritura recta, palabras de verdad.

Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados, las de los maestros de las congregaciones, puestas por debajo de un Pastor.

Y es a vosotros toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado.

Y en aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad, y de las tinieblas.

que dicen a los videntes: No veáis {visiones;} y a los profetas: No nos profeticéis lo que es recto, decidnos palabras agradables, profetizad ilusiones.

Mas él también es sabio, para guiar el mal, ni hará mentirosas sus palabras. Se levantará, pues, contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los obradores de iniquidad.

Cierto los avaros malas medidas tienen; él maquina pensamientos para enredar a los simples con palabras cautelosas; y para hablar en juicio contra el pobre.

Digo, alegas tú, (empero palabras vanas) que tengo consejo y fortaleza para la guerra. Ahora bien, ¿en quién confías que te rebelas contra mí?

Y dijo Rabsaces: ¿Me envió mi señor a ti y a tu señor, a que dijera estas palabras, o a los hombres, que están sobre el muro para comer su estiércol, y beber su orina con vosotros?

Y se paró Rabsaces, y gritó a gran voz en lengua judaica, diciendo: Oíd las palabras del gran rey, el rey de Asiria.

Entonces Eliacim hijo de Hilcías mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf escritor de crónicas, vinieron a Ezequías rotos sus vestidos; y le contaron las palabras de Rabsaces.

Quizá oirá el SEÑOR tu Dios las palabras de Rabsaces, al cual envió el rey de Asiria su señor a blasfemar al Dios vivo, y a reprender con las palabras, que oyó el SEÑOR tu Dios; alza pues, oración tú por el remanente que aún ha quedado.

Y les dijo Isaías: Diréis así a vuestro Señor: Así dice el SEÑOR: No temas por las palabras, que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria.

Inclina, oh SEÑOR, tu oído, y oye; abre, oh SEÑOR, tus ojos, y mira; y oye todas las palabras de Senaquerib, el cual ha enviado sus mensajeros a blasfemar al Dios viviente.

Quién lo anunció desde el principio, para que sepamos; y de antes, y diremos: justo. Ciertamente, no hay quién lo anuncie, ciertamente, no hay quién enseñe, ciertamente no hay quién oiga vuestras palabras.

Que puse en tu boca mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí; para que plantaras los cielos y fundaras la tierra; y que dijeras a Sion: pueblo mío eres tú.

Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso día del SEÑOR, y lo venerares no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras.

Rebelar, y mentir contra el SEÑOR, y tornar de en pos de nuestro Dios; el hablar calumnia, y rebelión, concebir, y hablar de corazón palabras de mentira.

Y éste será mi Pacto con ellos, dijo el SEÑOR: el Espíritu mío que está sobre ti; y mis palabras, que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, y de la boca de tu simiente, y de la boca de la simiente de tu simiente, dijo el SEÑOR, desde ahora y para siempre.

Las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes que estuvieron en Anatot, en tierra de Benjamín.

Ve, y clama estas palabras hacia el aquilón, y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dijo el SEÑOR; no haré caer mi ira sobre vosotros, porque Misericordioso soy, dijo el SEÑOR, ni guardaré para siempre el enojo.

Por tanto, así dijo el SEÑOR Dios de los ejércitos: Porque hablasteis esta palabra, he aquí yo pongo en tu boca mis palabras por fuego, y a este pueblo por leños, y los consumirá.

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