651 casos en 6 traducciones

'Palabras' en la Biblia

Sus sabias princesas le respondían, aun a sí misma ella repite sus palabras:

Y de allí subió a Peniel, y les habló las mismas palabras. Y los de Peniel le respondieron como habían respondido los de Sucot.

Y hablaron por él los hermanos de su madre a oídos de todos los señores de Siquem todas estas palabras; y el corazón de ellos se inclinó en favor de Abimelec, porque decían: Nuestro hermano es.

Y Zebul, príncipe de la ciudad, oyendo las palabras de Gaal hijo de Ebed, se encendió su ira;

Entonces Jefté vino con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió por su cabeza y príncipe; y Jefté habló todas sus palabras delante del SEÑOR en Mizpa.

Y Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser el modo de vivir del muchacho y cuál su vocación?

Y Manoa dijo al ángel del SEÑOR: ¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumplan tus palabras, te honremos?

Y aconteció que, apretándole ella cada día con sus palabras y moliéndolo, su alma fue reducida a mortal angustia.

Y {Elí} dijo: ¿Cuál es la palabra que {el S{EÑOR}} te habló? Te ruego que no me la ocultes. Así te haga Dios, y aún más, si me ocultas algo de todas las palabras que te habló.

Y dijo Samuel todas las palabras del SEÑOR al pueblo que le había pedido rey.

Y oyó Samuel todas las palabras del pueblo, y las refirió en oídos del SEÑOR.

Y llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo lloró en alta voz.

Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que llora? Y le contaron las palabras de los varones de Jabes.

Mas si no oyereis la voz del SEÑOR, y si fuereis rebeldes a las palabras del SEÑOR, la mano del SEÑOR será contra vosotros como contra vuestros padres.

Y Samuel dijo a Saúl: el SEÑOR me envió a que te ungiera por rey sobre su pueblo Israel; oye, pues, la voz de las palabras del SEÑOR.

Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; por cuanto he quebrantado el dicho del SEÑOR y tus palabras, porque temí al pueblo, consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado,

Entonces uno de los criados respondió, diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Jessé de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso, y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y el SEÑOR está con él.

Y oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se conturbaron, y tuvieron gran miedo.

Y estando él hablando con ellos, he aquí aquel varón que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, que subía de los escuadrones de los filisteos, hablando las mismas palabras; las cuales oyó David.

Y el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así se hará al tal varón que lo venciere.

Y David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? Estas, ¿no son palabras?

Y fueron oídas las palabras que David había dicho, las cuales fueron repetidas delante de Saúl, y él lo hizo venir.

Y los criados de Saúl hablaron estas palabras a los oídos de David. Y David dijo: ¿Os parece a vosotros que es poco ser yerno del rey, siendo yo un hombre pobre y de ninguna estima?

Y los criados de Saúl le dieron la respuesta diciendo: Tales palabras ha dicho David.

Y cuando sus criados declararon a David estas palabras, agradó la cosa en los ojos de David, para ser yerno del rey. Y como el plazo no era aún cumplido,

Llamando entonces Jonatán a David, le declaró todas estas palabras; y él mismo trajo a David a Saúl, y estuvo delante de él como había sido el caso tres días antes.

Y en cuanto a las palabras que yo y tú hemos hablado, sea el SEÑOR entre mí y ti para siempre.

Y David puso en su corazón estas palabras, y tuvo gran temor de Aquis rey de Gat.

Así quebrantó David a los suyos con palabras, y no les permitió que se levantaran contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, se fue su camino.

Y dijo David a Saúl: ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen: Mira que David procura tu mal?

Y aconteció que, cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzando Saúl su voz lloró.

Y cuando llegaron los criados de David, dijeron a Nabal todas estas palabras en nombre de David, y callaron.

Y yéndose los criados de David, se volvieron por su camino, y vinieron y dijeron a David todas estas palabras.

y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea la iniquidad; mas te ruego que permitas a tu sierva que hable en tus oídos, y oye las palabras de tu sierva.

Ruego, pues, que el rey mi señor oiga ahora las palabras de su siervo. Si el SEÑOR te incita contra mí, huela él el olor del sacrificio; mas si fueren hijos de hombres, malditos sean ellos en presencia del SEÑOR, que me han echado hoy para que no me junte en la heredad del SEÑOR, diciendo: Ve y sirve a dioses ajenos.

En aquel punto cayó Saúl en tierra cuan grande era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel; que no quedó en él esfuerzo ninguno, porque en todo aquel día y aquella noche no había comido pan.

Entonces la mujer vino a Saúl, y viéndole en gran manera turbado, le dijo: He aquí que tu criada ha escuchado tu voz, y he puesto mi alma en mi mano, y he oído las palabras que tú me has dicho.

Y se enojó Abner en gran manera por las palabras de Is-boset, y dijo: ¿Soy yo cabeza de perros respecto de Judá? Yo he hecho hoy misericordia con la casa de Saúl tu padre, con sus hermanos, y con sus amigos, y no te he entregado en las manos de David; ¿y tú me culpas hoy de iniquidad con estamujer?

Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.

y entrando al rey, habla con él de esta manera. Y puso Joab las palabras en su boca.

Y el rey dijo: ¿No ha sido la mano de Joab contigo en todas estas cosas? Y la mujer respondió y dijo: Por la vida de tu alma, rey señor mío, que no hay que apartarse a derecha ni a izquierda de todo lo que mi señor el rey ha hablado; porque tu siervo Joab, él me mandó, y él puso en boca de tu sierva todas estas palabras;

y que trocara la forma de las palabras, Joab tu siervo lo ha hecho; mas mi señor es sabio, conforme a la sabiduría de un ángel de Dios, para saber lo que se hace en la tierra.

Entonces Absalón le decía: Mira, tus palabras son buenas y justas; mas no tienes quien te oiga por el rey.

Y el rey le dijo: ¿Para qué hablas más palabras? Yo he determinado que tú y Siba se dividan las tierras.

Pero los hombres de Israel respondieron a los hombres de Judá, y dijeron: Nosotros tenemos diez partes en el rey, y por eso también tenemos más {derecho} que vosotros sobre David. ¿Por qué, pues, nos habéis menospreciado? ¿No fue nuestro consejo el primero que se dio para hacer volver a nuestro rey? Pero las palabras de los hombres de Judá fueron más duras que las palabras de los hombres de Israel.

Y cuando él se acercó a ella, dijo la mujer: ¿Eres tú Joab? Y él respondió: Yo soy. Y ella le dijo: Oye las palabras de tu sierva. Y él respondió: Oigo.

Y habló David al SEÑOR las palabras de este cántico, el día que el SEÑOR le había librado de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl.

Estas son las postreras palabras de David. Dijo David hijo de Jessé, dijo aquel varón que fue levantado alto, el ungido del Dios de Jacob, el dulce cantor de Israel:

He aquí, mientras estés aún hablando con el rey, yo entraré tras de ti y confirmaré tus palabras.

he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.

Y cuando Hiram oyó las palabras de Salomón, se alegró en gran manera, y dijo: Bendito sea hoy el SEÑOR, que dio hijo sabio a David sobre este pueblo tan grande.

Bendito sea el SEÑOR, que ha dado reposo a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había dicho; ninguna palabra de todas sus buenas palabras que dijo por Moisés su siervo, ha faltado.

Y que éstas mis palabras con que he orado delante del SEÑOR estén cerca del SEÑOR nuestro Dios de día y de noche, para que él haga el juicio de su siervo, y de su pueblo Israel, cómo y cuándo la necesidad lo demandare;

Y Salomón le declaró todas sus palabras: ninguna cosa se le escondió al rey, que no le declarase.

Y dijo al rey: Verdad es lo que oí en mi tierra de tus palabras y de tu sabiduría;

Y ellos le hablaron, diciendo: Si tú fueres hoy siervo de este pueblo, y lo sirvieres, y respondiéndole buenas palabras les hablares, ellos te servirán para siempre.

Entonces los jóvenes que se habían criado con él, le respondieron, diciendo: Así hablarás a este pueblo que te ha dicho estas palabras: Tu padre agravó nuestro yugo; mas tú disminúyenos algo; así les hablarás: El menor dedo de los míos es más grueso que los lomos de mi padre.

Y cuando todo el pueblo vio que el rey no les había oído, le respondió estas palabras, diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No hay heredad en el hijo de Jessé. ¡Israel, a tus estancias! ¡Provee ahora en tu casa, David! Entonces Israel se fue a sus estancias.

Y moraba en Bet-el un viejo profeta, al cual unieron sus hijos, y le contó todo lo que el varón de Dios había hecho aquel día en Bet-el; y contaron también a su padre las palabras que había hablado al rey.

Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías, le habló, diciendo: He aquí las palabras de los profetas a una boca anuncian al rey bien; sea ahora tu palabra conforme a la palabra de alguno de ellos, y anuncia bien.

Entonces él les dijo: ¿Qué hábito era el de aquel varón que encontrasteis, y os dijo tales palabras?

Entonces uno de los siervos dijo: No, rey, señor mío; sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu más secreta cámara.

Y cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos, y pasó así por el muro; y el pueblo vio el cilicio que traía interiormente sobre su carne.

Después salió Jehú a los siervos de su señor, y le dijeron: ¿Hay paz? ¿Para qué entró a ti aquel demente? Y él les dijo: Vosotros conocéis al hombre y sus palabras.

Sabed entonces que no caerá a tierra ninguna de las palabras del SEÑOR, las cuales el SEÑOR habló acerca de la casa de Acab. El SEÑOR ha hecho lo que habló por medio de su siervo Elías.

Dices, (por cierto palabras de labios): Consejo tengo y fuerzas para la guerra. Mas ¿en quién confías, que te has rebelado contra mí?

Y Rabsaces les dijo: ¿Me ha enviado mi señor a ti y a tu señor para decir estas palabras, y no antes a los hombres que están sobre el muro, para comer su estiércol, y beber el agua de sus pies con vosotros?

Entonces Eliacim hijo de Hilcías, que era mayordomo, y Sebna el escriba, y Joa hijo de Asaf, escritor de crónicas, vinieron a Ezequías, rotos sus vestidos, y le recitaron las palabras de Rabsaces.

Por ventura oirá el SEÑOR tu Dios todas las palabras de Rabsaces, al cual el rey de los Asirios su señor ha enviado para injuriar al Dios vivo, y reprenderá las palabras, las cuales el SEÑOR tu Dios ha oído; por tanto, eleva oración por el remanente que aun se halla.

E Isaías les respondió: Así diréis a vuestro señor: Así dijo el SEÑOR: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria.

Inclina, oh SEÑOR, tu oído, y oye; abre, oh SEÑOR, tus ojos, y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente.

Id, y preguntad al SEÑOR por mí, y por el pueblo, por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande ira del SEÑOR es la que ha sido encendida contra nosotros, por cuanto nuestros padres no oyeron las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito.

Así dice el SEÑOR: He aquí yo traigo mal sobre este lugar, y sobre los que en él moran, a saber, todas las palabras del libro que ha leído el rey de Judá;

Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis al SEÑOR, diréis así: Así dice el SEÑOR Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del libro,

Y subió el rey a la Casa del SEÑOR con todos los varones de Judá, y con todos los moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó, a oídos de todos, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la Casa del SEÑOR.

Y poniéndose el rey en pie junto a la columna, hizo pacto delante del SEÑOR, de que irían en pos del SEÑOR, y guardarían sus mandamientos, y sus testimonios, y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras de la alianza que estaban escritas en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.

Asimismo quemó Josías los espiritistas, adivinos, y terafines, y todas las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, para confirmar las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la Casa del SEÑOR.

y Joacim, y los varones de Cozeba, Joás, y Saraf, los cuales dominaron en Moab, y Jasubi-lehem, que son palabras antiguas.

Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.

Así que, conforme a las postreras palabras de David, fue la cuenta de los hijos de Leví de veinte años arriba.

Todos éstos fueron hijos de Hemán, vidente del rey en palabras de Dios, para ensalzar cuerno; y Dios dio a Hemán catorce hijos y tres hijas.

Pero Salomón le declaró todas sus palabras; ninguna cosa quedó que Salomón no le declarara.

Entonces dijo al rey: Era verdad lo que había oído en mi tierra acerca de tus palabras y de tu sabiduría.

mas yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque tú añades sobre la fama que yo había oído.

Los demás hechos de Salomón, los primeros y los postreros, ¿no están escritos en las palabras del profeta Natán y en la profecía de Ahías silonita, en las visiones del vidente Iddo acerca de Jeroboam, hijo de Nabat?

Y ellos le hablaron, diciendo: Si buscares el bien a este pueblo, y los agradares, y les hablares buenas palabras, ellos te servirán perpetuamente.

``Así dice el SEÑOR: `No subiréis ni pelearéis contra vuestros hermanos; vuelva cada uno a su casa, porque de mí ha venido esto.'" Y ellos escucharon las palabras del SEÑOR y desistieron de ir contra Jeroboam.

Los demás hechos de Abías, sus caminos, y sus palabras, están escritos en la historia de Iddo profeta.

Y cuando oyó Asa las palabras y profecía de Obed, el profeta, fue confortado, y quitó las abominaciones de toda la tierra de Judá y de Benjamín, y de todas las ciudades que él había tomado en el monte de Efraín; y reparó el altar del SEÑOR que estaba delante del pórtico del SEÑOR.

Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías, le habló, diciendo: He aquí las palabras de todos los profetas a una boca anuncian al rey el bien; yo te ruego ahora que tu palabra sea como la de uno de ellos, que hables bien.

Los demás hechos de Josafat, primeros y postreros, he aquí están escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, del cual es hecha mención en el libro de los reyes de Israel.

Estos juntaron a sus hermanos, y se santificaron, y entraron, conforme al mandamiento del rey y las palabras del SEÑOR, para limpiar la Casa del SEÑOR.

Public Domain

Biblia del Jubileo 2000 (Grátis) copyright

Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso