84 casos

'Tú' en la Biblia

Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres Elías? Dijo: No soy. ¿Eres el profeta? Y respondió: No.

Y preguntáronle, y dijéronle: ¿Por qué pues bautizas, si no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?

Y le trajo á Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: eres Simón, hijo de Jonás: serás llamado Cephas (que quiere decir, Piedra).

Y dícele: Todo hombre pone primero el buen vino, y cuando están satisfechos, entonces lo que es peor; mas has guardado el buen vino hasta ahora.

Dijeron luego los Judíos: En cuarenta y seis años fue este templo edificado, ¿y en tres días lo levantarás?

Y vinieron á Juan, y dijéronle: Rabbí, el que estaba contigo de la otra parte del Jordán, del cual diste testimonio, he aquí bautiza, y todos vienen á él.

¿Eres mayor que nuestro padre Jacob, que nos dió este pozo, del cual él bebió, y sus hijos, y sus ganados?

Porque cinco maridos has tenido: y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.

Dícele Jesús: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó á la palabra que Jesús le dijo, y se fué.

Y cuando ya él descendía, los siervos le salieron á recibir, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive.

Entonces los Judíos decían á aquel que había sido sanado: Sábado es: no te es lícito llevar tu lecho.

Respondióles: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.

Preguntáronle entonces: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?

Respondieron y dijéronle: ¿Eres también Galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se levantó profeta.

Y decíanle: ¿ quién eres? Entonces Jesús les dijo: El que al principio también os he dicho.

Y respondiéronle: Simiente de Abraham somos, y jamás servimos á nadie: ¿cómo dices : Seréis libres?

Respondieron entonces los Judíos, y dijéronle: ¿No decimos bien nosotros, que eres Samaritano, y tienes demonio?

Entonces los Judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas, y dices: El que guardare mi palabra, no gustará muerte para siempre.

¿Eres mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? y los profetas murieron: ¿quién te haces á ti mismo?

Vuelven á decir al ciego: ¿, qué dices del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta.

Y le ultrajaron, y dijeron: eres su discípulo; pero nosotros discípulos de Moisés somos.

Oyó Jesús que le habían echado fuera; y hallándole, díjole: ¿Crees en el Hijo de Dios?

Y rodeáronle los Judíos y dijéronle: ¿Hasta cuándo nos has de turbar el alma? Si eres el Cristo, dínos lo abiertamente.

Respondiéronle los Judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; y porque , siendo hombre, te haces Dios.

Que yo sabía que siempre me oyes; mas por causa de la compañía que está alrededor, lo dije, para que crean que me has enviado.

Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Y lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.

Respondióle la gente: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre: ¿cómo pues dices : Conviene que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del hombre?

Entonces vino á Simón Pedro; y Pedro le dice: ¿Señor, me lavas los pies?

Respondióle Jesús: ¿Tu alma pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.

ESTAS cosas habló Jesús, y levantados los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora es llegada; glorifica á tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique á ti;

Entonces la criada portera dijo á Pedro: ¿No eres también de los discípulos de este hombre? Dice él: No soy.

Estaba pues Pedro en pie calentándose. Y dijéronle: ¿No eres de sus discípulos? El negó, y dijo: No soy.

Así que, Pilato volvió á entrar en el pretorio, y llamó á Jesús, y díjole: ¿Eres el Rey de los Judíos?

Respondióle Jesús: ¿Dices esto de ti mismo, ó te lo han dicho otros de mí?

Díjole entonces Pilato: ¿Luego rey eres tu? Respondió Jesús: Tu dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio á la verdad. Todo aquél que es de la verdad, oye mi voz.

Y entró otra vez en el pretorio, y dijo á Jesús: ¿De dónde eres ? Mas Jesús no le dió respuesta.

Después dice al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió consigo.

Dícele Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿á quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, dícele: Señor, si lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.

Díceles Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos osaba preguntarle: ¿, quién eres? sabiendo que era el Señor.

Dícele la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Entristecióse Pedro de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y dícele: Señor, sabes todas las cosas; sabes que te amo. Dícele Jesús: Apacienta mis ovejas.

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