85 casos

'Tú' en la Biblia

Y le preguntaron: ¿Qué, pues? ¿Eres Elías? Y dijo: No soy. ¿Eres el Profeta? Y él respondió: No.

Y preguntándole, le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si no eres el Cristo, ni Elías, ni el Profeta?

Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: eres Simón hijo de Jonás; serás llamado Cefas (que quiere decir, piedra).

y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el que es inferior, pero has guardado el buen vino hasta ahora.

Entonces dijeron los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y lo levantarás en tres días?

Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien diste testimonio, he aquí Él bautiza, y todos vienen a Él.

Entonces la mujer samaritana le dijo: ¿Cómo es que , siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos.

¿Eres mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y su ganado?

porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.

Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue.

Y cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron las nuevas, diciendo: Tu hijo vive.

Entonces los judíos decían a aquel que había sido sanado: Sábado es; no te es lícito llevar tu lecho.

Él les respondió: El que me sanó, Él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.

Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?

Respondieron y le dijeron: ¿Eres también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta.

Entonces le dijeron: ¿ quién eres? Y Jesús les dijo: El mismo que os he dicho desde el principio.

Le respondieron: Simiente de Abraham somos, y jamás fuimos esclavos de nadie. ¿Cómo dices : Seréis libres?

Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que eres samaritano, y que tienes demonio?

Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y dices: El que guarda mi palabra, jamás probará muerte.

¿Eres mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? También los profetas murieron. ¿Quién te haces a ti mismo?

Vuelven a decir al ciego: ¿, qué dices del que abrió tus ojos? Él dijo: Que es profeta.

Entonces le injuriaron, y dijeron: eres su discípulo; pero nosotros discípulos de Moisés somos.

Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole le dijo: ¿Crees en el Hijo de Dios?

Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos has de turbar el alma? Si eres el Cristo, dínoslo abiertamente.

Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; y porque , siendo hombre, te haces Dios.

Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la gente que está alrededor, para que crean que me has enviado.

Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo, que decía: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.

La multitud le respondió: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre: ¿Cómo, pues, dices que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?

Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿ me lavas los pies?

Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.

Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo también te glorifique a ti.

Entonces la criada que guardaba la puerta, dijo a Pedro: ¿No eres también de los discípulos de este hombre? Él dijo: No soy.

Y estaba Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres también uno de sus discípulos? Él negó, y dijo: No soy.

Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres el Rey de los judíos?

Jesús le respondió: ¿Dices esto de ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?

Pilato respondió: ¿Soy yo judío? Tu nación misma, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?

Pilato entonces le dijo: ¿Acaso, eres rey? Jesús respondió: dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.

Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres ? Pero Jesús no le dio respuesta.

Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.

Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si le has llevado, dime dónde le has puesto, y yo lo llevaré.

Jesús les dijo: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos osaba preguntarle: ¿, quién eres? Sabiendo que era el Señor.

Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro, entristecido de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? Le dijo: Señor, sabes todas las cosas; sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

Reina Valera Gómez (© 2010)