No obstante, proseguirá el justo su camino, y el limpio de manos aumentará la fuerza.

Si yo espero, el sepulcro es mi casa: Haré mi cama en las tinieblas.

Mi aliento está corrompido, mis días se extinguen, y me está preparado el sepulcro.

Ellos descenderán a la profundidad de la fosa, cuando nosotros descansaremos juntos en el polvo.

No hay conmigo sino escarnecedores, en cuya amargura se detienen mis ojos.

Pasaron mis días, fueron deshechos mis planes, los designios de mi corazón.

A la corrupción he dicho: Mi padre eres tú; a los gusanos: Mi madre y mi hermana.

Determina ahora, dame fianza para contigo: ¿Quién es aquél que querría ser mi fiador?

Él me ha puesto por refrán de pueblos, y delante de ellos he sido como tamboril.

Porque has escondido de su corazón la inteligencia; por tanto, no los exaltarás.

El que habla lisonjas a sus amigos, aun los ojos de sus hijos desfallecerán.

Mas volved todos vosotros, y venid ahora, pues no hallo sabio entre vosotros.

Pusieron la noche por día, y la luz se acorta delante de las tinieblas.

Y mis ojos se oscurecieron por causa del dolor, y mis pensamientos todos son como sombra.

Los rectos se maravillarán de esto, y el inocente se levantará contra el hipócrita.

¿Dónde está ahora mi esperanza? Y mi esperanza ¿quién la verá?