el que hace grandes cosas, inescrutables, y maravillas sin número.

Si El pasara junto a mí, no {le} vería; si me pasara adelante, no le percibiría.

Si El arrebatara algo, ¿quién le estorbaría? Quién podrá decirle: `` ¿Qué haces?"

Porque aunque yo tuviera razón, no podría responder; tendría que implorar la misericordia de mi juez.

Dios no retirará su ira; bajo El quedan humillados los que ayudan a Rahab.

Porque El me quebranta con tempestad, y sin causa multiplica mis heridas.

Aunque soy justo, mi boca me condenará; {aunque} soy inocente, El me declarará culpable.

Si yo llamara y El me respondiera, no podría creer que escuchara mi voz.

¿Cómo puedo yo responderle, {y} escoger mis palabras delante de El?

Si {es cuestión} de poder, he aquí, {El es} poderoso; y si {es cuestión} de justicia, ¿quién le citará?

Inocente soy, no hago caso de mí mismo, desprecio mi vida.

Mis días son más ligeros que un corredor; huyen, no ven el bien.

No me permite cobrar aliento, sino que me llena de amarguras.

En verdad yo sé que es así, pero ¿cómo puede un hombre ser justo delante de Dios?

Entonces respondió Job y dijo:

el que sacude la tierra de su lugar, y sus columnas tiemblan;

La tierra es entregada en manos de los impíos; El cubre el rostro de sus jueces; si no {es El,} ¿quién será?

el que manda al sol que no brille, y pone sello a las estrellas;

Sabio de corazón y robusto de fuerzas, ¿quién le ha desafiado sin sufrir daño?

{El es} el que remueve los montes, y {éstos} no saben {cómo} cuando los vuelca en su furor;

{Todo} es lo mismo, por tanto digo: ``El destruye al inocente y al malvado."

Si el azote mata de repente, El se burla de la desesperación del inocente.

Se deslizan como barcos de juncos, como águila que se arroja sobre su presa.

Si alguno quisiera contender con El, no podría contestarle ni una {vez} entre mil.

Si me lavara con nieve y limpiara mis manos con lejía,

temeroso estoy de todos mis dolores, sé que tú no me absolverás.

{Si} soy impío, ¿para qué, pues, esforzarme en vano?

Aunque yo diga: ``Olvidaré mi queja, cambiaré mi {triste} semblante y me alegraré",

el que solo extiende los cielos, y holla las olas del mar;

No hay árbitro entre nosotros, que ponga su mano sobre ambos.

el que hace la Osa, el Orión y las Pléyades, y las cámaras del sur;

Porque {El} no {es} hombre como yo, para que le responda, para que juntos vengamos a juicio.

Que El quite de mí su vara, y no me espante su terror.

aun así me hundirías en la fosa, y mis propios vestidos me aborrecerían.

{Entonces} yo hablaré y no le temeré; porque en mi opinión yo no soy así.