19 Versículo de la Biblia sobre Aceptación de instrucción
Versículos Más Relevantes
Toma ahora la ley de su boca, Y pon sus palabras en tu corazón.
Oye, hijo mío, y recibe mis razones; Y se te multiplicarán años de vida.
El sabio de corazón recibirá los mandamientos: Mas el loco de labios caerá.
Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas sabio en tu vejez.
Y los errados de espíritu aprenderán inteligencia, y los murmuradores aprenderán doctrina.
He aquí, bienaventurado es el hombre á quien Dios castiga: Por tanto no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
Cuando alguno tuviere hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere á la voz de su padre ni á la voz de su madre, y habiéndolo castigado, no les obedeciere;
Bienaventurado el hombre á quien tú, JAH, castigares, Y en tu ley lo instruyeres;
No deseches, hijo mío, el castigo de Jehová; Ni te fatigues de su corrección: Porque al que ama castiga, Como el padre al hijo á quien quiere.
Camino á la vida es guardar la corrección: Mas el que deja la reprensión, yerra.
Y estáis ya olvidados de la exhortación que como con hijos habla con vosotros, diciendo: Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, Ni desmayes cuando eres de él reprendido. Porque el Señor al que ama castiga, Y azota á cualquiera que recibe por hijo. Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como á hijos; porque ¿qué hijo es aquel á quien el padre no castiga?
Yo reprendo y castigo á todos los que amo: sé pues celoso, y arrepiéntete.
Y yéndose un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando, y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí este vaso; empero no como yo quiero, sino como tú.
Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son á ti posibles: traspasa de mí este vaso; empero no lo que yo quiero, sino lo que tú.
Diciendo: Padre, si quieres, pasa este vaso de mí; empero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. También recibimos el bien de Dios, ¿y el mal no recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
El hacer tu voluntad, Dios mío, hame agradado; Y tu ley está en medio de mis entrañas.
El Señor Jehová me abrió el oído, y yo no fuí rebelde, ni me torné atrás.
Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados.