22 Versículo de la Biblia sobre Clima caluroso
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Todavía serán todos los tiempos de la tierra; la sementera y la siega, y el frío y calor, verano é invierno, y día y noche, no cesarán.
Del un cabo de los cielos es su salida, Y su giro hasta la extremidad de ellos: Y no hay quien se esconda de su calor.
Porque Jehová me dijo así: Reposaréme, y miraré desde mi morada, como sol claro después de la lluvia, como nube de rocío en el calor de la tierra.
Y APARECIOLE Jehová en el valle de Mamre, estando él sentado á la puerta de su tienda en el calor del día.
Los hijos pues de Rimmón Beerothita, Rechâb y Baana, fueron y entraron en el mayor calor del día en casa de Is-boseth, el cual estaba durmiendo en su cámara la siesta.
De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño se huía de mis ojos.
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Volvióse mi verdor en sequedades de estío. (Selah.)
¿Por qué están calientes tus vestidos Cuando se fija el viento del mediodía sobre la tierra?
Diciendo: Estos postreros sólo han trabajado una hora, y los has hecho iguales á nosotros, que hemos llevado la carga y el calor del día.
Y acaeció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano; y el sol hirió á Jonás en la cabeza, y desmayábase, y se deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que mi vida.
En aquel tiempo se dirá de este pueblo y de Jerusalem: Viento seco de las alturas del desierto vino á la hija de mí pueblo, no para aventar, ni para limpiar.
Que al tiempo del calor son deshechas, Y en calentándose, desaparecen de su lugar;
Y recogíanlo cada mañana, cada uno según lo que había de comer: y luego que el sol calentaba, derretíase.
Y respondieron á los mensajeros que habían venido: Así diréis á los de Jabes de Galaad: Mañana en calentando el sol, tendréis salvamento. Y vinieron los mensajeros, y declaráronlo á los de Jabes, los cuales se holgaron.
Como el calor en lugar seco, así humillarás el orgullo de los extraños; y como calor debajo de nube, harás marchitar el pimpollo de los robustos.
Y díjeles: No se abran las puertas de Jerusalem hasta que caliente el sol: y aun ellos presentes, cierren las puertas, y atrancad. Y señalé guardas de los moradores de Jerusalem, cada cual en su guardia, y cada uno delante de su casa.
Tus príncipes serán como langostas, y tus grandes como langostas de langostas que se sientan en vallados en día de frío: salido el sol se mudan, y no se conoce el lugar donde estuvieron.
Porque salido el sol con ardor, la hierba se secó, y su flor se cayó, y pereció su hermosa apariencia: así también se marchitará el rico en todos sus caminos.
No tendrán más hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni otro ningún calor.
Y habrá sombrajo para sombra contra el calor del día, para acogida y escondedero contra el turbión y contra el aguacero.
Porque él será como el árbol plantado junto á las aguas, que junto á la corriente echará sus raices, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto.