21 Versículo de la Biblia sobre Fuego que emana de Dios
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Subió humo de sus narices, y de su boca fuego consumidor, por el cual se encendieron carbones.
Subió humo en su nariz, y de su boca fuego quemante; carbones se encendieron de él.
Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y diez millares de diez millares asistían delante de él: el Juez se sentó, y los libros se abrieron.
Y salió fuego del SEÑOR, y consumió los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el sahumerio.
Por tanto el Señor DIOS de los ejércitos, enviará flaqueza sobre sus gordos; y debajo de su gloria encenderá encendimiento, como encendimiento de fuego.
Y os acercasteis, y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, nube, y oscuridad.
Y aconteció, que cuando vosotros oísteis la voz de en medio de las tinieblas, y visteis el monte que ardía en fuego, llegasteis a mí todos los príncipes de vuestras tribus, y vuestros ancianos;
Y volví y descendí del monte, el cual ardía en fuego, con las dos tablas del pacto en mis dos manos.
Y miré, y he aquí un viento tempestuoso venía del aquilón, y una gran nube, y un fuego que venía revolviéndose, y tenía en derredor suyo un resplandor, y en medio de él, en medio del fuego una cosa que parecía como de ámbar,
Volvió sus lluvias en granizo; en fuego de llamas en su tierra.
(Yo estaba entonces entre el SEÑOR y vosotros, para denunciaros la palabra del SEÑOR; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al monte), diciendo él:
Ahora pues, ¿por qué moriremos? Que este gran fuego nos consumirá; si volvemos a oír la voz del SEÑOR nuestro Dios, moriremos.
Conforme a todas las cosas que pediste al SEÑOR tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz del SEÑOR mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.
Y debajo de él se derretirán los montes, y los valles se hendirán como la cera delante del fuego, como las aguas que corren cuesta abajo.
Y verá toda carne que yo, el SEÑOR, lo encendí; no se apagará.
He aquí que el nombre del SEÑOR viene de lejos: su rostro encendido, y grave de sufrir; sus labios llenos de ira; y su lengua, como fuego que consume.
Y enviaré fuego sobre Magog, y sobre los que moran seguramente en las islas; y sabrán que yo soy el SEÑOR.
Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.
Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo;
Porque fuego se encenderá en mi furor, y arderá hasta lo más profundo del Seol; y devorará la tierra y sus frutos, y abrasará los fundamentos de los montes.