60 Versículo de la Biblia sobre La participación, en pecado
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Y llamó el hombre el nombre de su mujer, Eva; por cuanto ella era madre de todos lo vivientes.
ESTE es el libro de las generaciones de Adam. El día en que crió Dios al hombre, á la semejanza de Dios lo hizo; Varón y hembra los crió; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adam, el día en que fueron criados. Y vivió Adam ciento y treinta años, y engendró un hijo á su semejanza, conforme á su imagen, y llamó su nombre Seth.
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de los habitación de ellos;
Cual el terreno, tales también los terrenos; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y como trajimos la imagen del terreno, traeremos también la imagen del celestial.
De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron.
Mas ellos, cual Adam, traspasaron el pacto: allí prevaricaron contra mí.
Mas no como el delito, tal fué el don: porque si por el delito de aquel uno murieron los muchos, mucho más abundó la gracia de Dios á los muchos, y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo. Ni tampoco de la manera que por un pecado, así también el don: porque el juicio á la verdad vino de un pecado para condenación, mas la gracia vino de muchos delitos para justificación. Porque, si por un delito reinó la muerte por uno, mucho más reinarán en vida por un Jesucristo los que reciben la abundancia de gracia, y del don de la justicia.Leer más.
Así que, de la manera que por un delito vino la culpa á todos los hombres para condenación, así por una justicia vino la gracia á todos los hombres para justificación de vida. Porque como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituídos pecadores, así por la obediencia de uno los muchos serán constituídos justos.
Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adam todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados.
Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste á la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo, No comerás de él; maldita será la tierra por amor de ti; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida;
Porque las criaturas sujetas fueron á vanidad, no de grado, mas por causa del que las sujetó con esperanza, Que también las mismas criaturas serán libradas de la servidumbre de corrupción en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Entre los cuales todos nosotros también vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, también como los demás.
Porque mientras estábamos en la carne, los afectos de los pecados que eran por la ley, obraban en nuestros miembros fructificando para muerte.
Si veías al ladrón, tú corrías con él; Y con los adúlteros era tu parte.
En su secreto no entre mi alma, Ni mi honra se junte en su compañía; Que en su furor mataron varón, Y en su voluntad arrancaron muro.
Así apartaréis los hijos de Israel de sus inmundicias, á fin de que no mueran por sus inmundicias, ensuciando mi tabernáculo que está entre ellos.
Porque si os apartareis, y os allegareis á lo que resta de aquestas gentes que han quedado con vosotros, y si concertareis con ellas matrimonios, y entrareis á ellas, y ellas á vosotros; Sabed que Jehová vuestro Dios no echará más estas gentes delante de vosotros; antes os serán por lazo, y por tropiezo, y por azote para vuestros costados, y por espinas para vuestros ojos, hasta tanto que perezcáis de aquesta buena tierra que Jehová vuest
Y va en compañía con los que obran iniquidad, Y anda con los hombres maliciosos.
No dejes se incline mi corazón á cosa mala, A hacer obras impías Con los que obran iniquidad, Y no coma yo de sus deleites.
No te entrometas con el iracundo, Ni te acompañes con el hombre de enojos; Porque no aprendas sus maneras, Y tomes lazo para tu alma.
No aborrecerás á tu hermano en tu corazón: ingenuamente reprenderás á tu prójimo, y no consentirás sobre él pecado.
Obstinados en su inicuo designio, Tratan de esconder los lazos, Y dicen: ¿Quién los ha de ver?
Que habiendo entendido el juicio de Dios que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, más aún consienten á los que las hacen.
Cuando David supo después esto, dijo: Limpio estoy yo y mi reino, por Jehová, para siempre, de la sangre de Abner hijo de Ner. Caiga sobre la cabeza de Joab, y sobre toda la casa de su padre; que nunca falte de la casa de Joab quien padezca flujo, ni leproso, ni quien ande con báculo, ni quien muera á cuchillo, ni quien tenga falta de pan.
Este su camino es su locura: Con todo, corren sus descendientes por el dicho de ellos. (Selah.)
Por cuanto entristecisteis con mentira el corazón del justo, al cual yo no entristecí, y esforzasteis las manos del impío, para que no se apartase de su mal camino, infundiéndole ánimo;
De cierto dais testimonio que consentís en los hechos de vuestros padres; porque á la verdad ellos los mataron, mas vosotros edificáis sus sepulcros.
Y puesto de rodillas, clamó á gran voz: Señor, no les imputes este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
Y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo también estaba presente, y consentía á su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban.
¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena á sí mismo con lo que aprueba.
Y no comuniquéis con las obras infructuosas de las tinieblas; sino antes bien redargüidlas.
Y REPOSO Israel en Sittim, y el pueblo empezó á fornicar con las hijas de Moab: Las cuales llamaron al pueblo á los sacrificios de sus dioses: y el pueblo comió, é inclinóse á sus dioses. Y allegóse el pueblo á Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel.
Temían á Jehová, y honraban á sus dioses, según la costumbre de las gentes de donde habían sido trasladados.
Mirad á Israel según la carne: los que comen de los sacrificios ¿no son partícipes con el altar? ¿Qué pues digo? ¿Que el ídolo es algo? ¿ó que sea algo lo que es sacrificado á los ídolos? Antes digo que lo que los Gentiles sacrifican, á los demonios lo sacrifican, y no á Dios: y no querría que vosotros fueseis partícipes con los demonios.
Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos, para que seáis míos.
Pues que yo soy Jehová vuestro Dios, vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo: así que no ensuciéis vuestras personas con ningún reptil que anduviere arrastrando sobre la tierra. Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para seros por Dios: seréis pues santos, porque yo soy santo.
Habla á toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios.
Sino como aquel que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación: Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
Que cuando entrareis á estas gentes que han quedado con vosotros, no hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis á ellos:
Guárdate que no tropieces en pos de ellas, después que fueren destruídas delante de ti: no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que servían aquellas gentes á sus dioses, así haré yo también.
Quizá habrá entre vosotros varón, ó mujer, ó familia, ó tribu, cuyo corazón se vuelva hoy de con Jehová nuestro Dios, por andar á servir á los dioses de aquellas gentes; quizá habrá en vosotros raíz que eche veneno y ajenjo;
Gentes de las cuales Jehová había dicho á los hijos de Israel: No entraréis á ellas, ni ellas entrarán á vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas pues se juntó Salomón con amor.
Ahora pues, dad gloria á Jehová Dios de vuestros padres, y haced su voluntad, y apartaos de los pueblos de las tierras, y de las mujeres extranjeras.
No os juntéis en yugo con los infieles: porque ¿qué compañía tienes la justicia con la injusticia? ¿y qué comunión la luz con las tinieblas?
Y OYENDO los enemigos de Judá y de Benjamín, que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de Israel, Llegáronse á Zorobabel, y á los cabezas de los padres, y dijéronles: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscaremos á vuestro Dios, y á él sacrificamos desde los días de Esar-haddón rey de Asiria, que nos hizo subir aquí. Y dijóles Zorobabel, y Jesuá, y los demás cabezas de los padres de Israel: No nos conviene edificar con vosotros casa á nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos á Jehová Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia.
Y ACABADAS estas cosas, los príncipes se llegaron á mí, diciendo: El pueblo de Israel, y los sacerdotes y levitas, no se han apartado de los pueblos de las tierras, de los Cananeos, Hetheos, Pherezeos, Jebuseos, Ammonitas, y Moabitas, Egipcios, y Amorrheo Porque han tomado de sus hijas para sí y para sus hijos, y la simiente santa ha sido mezclada con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en esta prevaricación.
Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, porque no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas;
Entonces respondió Sechânías hijo de Jehiel, de los hijos Elam, y dijo á Esdras: Nosotros hemos prevaricado contra nuestro Dios, pues tomamos mujeres extranjeras de los pueblos de la tierra: mas hay aún esperanza para Israel sobre esto.
Y volvíles respuesta, y díjeles: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos: que vosotros no tenéis parte, ni derecho, ni memoria en Jerusalem.
Y que no daríamos nuestras hijas á los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos.
¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas gentes no hubo rey como él, que era amado de su Dios y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun á él hicieron pecar las mujeres extanjeras. ¿Y obedeceremos á vosotros para cometer todo este mal tan grande de prevaricar contra nuestro Dios, tomando mujeres extranjeras?
Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida de la ira del furor de Jehová.
La mujer casada está atada á la ley, mientras vive su marido; mas si su marido muriere, libre es: cásese con quien quisiere, con tal que sea en el Señor.
Por lo cual Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré,
Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; limpiaos los que lleváis los vasos de Jehová.
No impongas de ligero las manos á ninguno, ni comuniques en pecados ajenos: consérvate en limpieza.
Y os ruego hermanos, que miréis los que causan disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos.
Os he escrito por carta, que no os envolváis con los fornicarios: No absolutamente con los fornicarios de este mundo, ó con los avaros, ó con los ladrones, ó con los idólatras; pues en tal caso os sería menester salir del mundo. Mas ahora os he escrito, que no os envolváis, es á saber, que si alguno llamándose hermano fuere fornicario, ó avaro, ó idólatra, ó maldiciente, ó borracho, ó ladrón, con el tal ni aun comáis.
Y si alguno no obedeciere á nuestra palabra por carta, notad al tal, y no os juntéis con él, para que se avergüence.