19 Versículo de la Biblia sobre Las rodillas
Versículos Más Relevantes
Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; entra a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella.
Y vio José los hijos de Efraín hasta la tercera generación: también los hijos de Maquir, hijo de Manasés, fueron criados sobre las rodillas de José.
¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y para qué los pechos para que mamase?
Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, y la gloria de los gentiles como un arroyo que se desborda; y mamaréis, y sobre el regazo seréis traídos, y sobre las rodillas seréis acariciados.
Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas; y llamado un hombre, le rapó las siete guedejas de su cabeza, y comenzó a afligirlo, pues su fuerza se apartó de él.
Y Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo; y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas.
Jehová te herirá con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, sin que puedas ser curado; desde la planta de tu pie hasta tu coronilla.
Toda mano será debilitada, y toda rodilla será débil como agua.
Y será, que cuando te dijeren: ¿Por qué gimes tú? dirás: Por la noticia que viene; y todo corazón desfallecerá, y toda mano se debilitará, y se angustiará todo espíritu, y toda rodilla será débil como el agua; he aquí que viene, y se hará, dice Jehová el Señor.
Mis rodillas están debilitadas a causa del ayuno, y mi carne desfallecida por falta de gordura.
Y he aquí una mano me tocó, e hizo que me pusiese sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos.
Vacía, y agotada, y despedazada está, y el corazón derretido; temblor de rodillas, y dolor en todos los lomos, y los rostros de todos tomarán negrura.
Fortaleced las manos cansadas, corroborad las rodillas endebles.
Por lo cual alzad las manos caídas y las rodillas paralizadas;
al que tropezaba, enderezaban tus palabras, y esforzabas las rodillas que decaían.
Y midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos.
Entonces demudó el semblante del rey, y sus pensamientos lo turbaron, y se desataron las ceñiduras de sus lomos, y sus rodillas se batían la una con la otra.
Al ver esto Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.