46 Versículo de la Biblia sobre cuidar el cuerpo propio
Versículos Más Relevantes
Mas ¿quién de vosotros podrá, congojándose, añadir á su estatura un codo?
(Porque el que no sabe gobernar su casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)
Que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificación y honor;
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?.
Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, ó que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido?
Y por el vestido ¿por qué os congojáis? Reparad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan;
No os congojéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, ó qué beberemos, ó con qué nos cubriremos?
Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso; mas la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.
Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; empero y á él y á ellas deshará Dios. Mas el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo:
Quita pues el enojo de tu corazón, y aparta el mal de tu carne: porque la mocedad y la juventud son vainidad.
Porque ninguno aborreció jamás á su propia carne, antes la sustenta y regala, como también Cristo á la iglesia;
Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino de un ánimo pronto;
Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se interesen los unos por los otros.
Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.
Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que habita en nosotros.
Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, empero todos los miembros no tienen la misma operación;
Mas cuando os entregaren, no os apuréis por cómo ó qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado qué habéis de hablar.
Y dijo á sus discípulos: Por tanto os digo: No estéis afanosos de vuestra vida, qué comeréis; ni del cuerpo, qué vestiréis.
Antes, mucho más los miembros del cuerpo que parecen más flacos, son necesarios;
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más á vosotros, hombres de poca fe?
Así que, entre tanto que tenemos tiempo, hagamos bien á todos, y mayormente á los domésticos de la fe.
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
Por manera que si un miembro padece, todos los miembros á una se duelen; y si un miembro es honrado, todos los miembros á una se gozan.
Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado.
Mas mirad que esta vuestra libertad no sea tropezadero á los que son flacos.
Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella: la doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en el cuerpo como en el espíritu: mas la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, cómo ha de agradar á su marido.
No bebas de aquí adelante agua, sino usa de un poco de vino por causa del estómago, y de tus continuas enfermedades.
Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumento de iniquidad; antes presentaos á Dios como vivos de los muertos, y vuestros miembros á Dios por instrumentos de justicia.
Tendrás también una estaca entre tus armas; y será que, cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento:
Y no temáis á los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar: temed antes á aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
Por tanto mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre.
Y á aquellos del cuerpo que estimamos ser más viles, á éstos vestimos más honrosamente; y los que en nosotros son menos honestos, tienen más compostura.
El marido pague á la mujer la debida benevolencia; y asimismo la mujer al marido.
Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos sois del cuerpo.
Porque Jehová tu Dios anda por medio de tu campo, para librarte y entregar tus enemigos delante de ti; por tanto será tu real santo: porque él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.
Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que de él conozcas? ¿O el hijo del hombre, para que lo estimes?
Mas vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis caso de la carne en sus deseos.
Después de estas cosas, José de Arimatea, el cual era discípulo de Jesús, mas secreto por miedo de los Judíos, rogó á Pilato que pudiera quitar el cuerpo de Jesús: y permitióselo Pilato. Entonces vino, y quitó el cuerpo de Jesús.
Y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y hartaos; pero no les diereis las cosas que son necesarias para el cuerpo: ¿qué aprovechará?
Pues si no podéis aun lo que es menos, ¿para qué estaréis afanosos de lo demás?
Artículos Relacionados
- Cuerpo
- Dios como prioridad
- No ser ansioso
- Preocuparse
- Provisión para el cuerpo
- Viviendo las almas
- Confiar en Dios y no preocuparse
- Cuidar el planeta
- El cuerpo
- El ejercicio
- El mañana
- El miedo y la preocupación
- El servicio
- La Iglesia
- La ansiedad y el estrés
- La ansiedad y el miedo
- La familia primero
- La idoneidad
- La importancia
- La preocupación y el estrés
- Las cosas buenas
- Las distracciones
- Las instrucciones sobre la vestimenta
- Las preocupaciones
- Los deberes sociales
- Los pensamientos
- No preocuparse
- Preocuparse
- Preocuparse por el futuro
- Servir a la Iglesia