'Cada' en la Biblia
Así también haga cada uno de vosotros, cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer que tenga en reverencia a su marido.
sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
no mirando cada uno a lo que es suyo, mas a lo que es de los otros.
Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal; para que sepáis cómo os conviene responder a cada uno.
así como sabéis de qué modo exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, como el padre a sus hijos,
que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificación y honestidad;
Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y la caridad de todos y cada uno de vosotros abunda entre vosotros;
por lo cual, asimismo oramos siempre por vosotros, que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamado, y llene de bondad a cada voluntad, y a toda obra de fe con potencia,
antes exhortaos los unos a los otros cada día entre tanto que se dice: Hoy, para que ninguno de vosotros se endurezca con el engaño del pecado;
Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin para cumplimiento de su esperanza,
Que no tiene necesidad cada día, como los otros sacerdotes, de ofrecer sacrificios primero por sus pecados, y luego por los del pueblo, porque esto lo hizo UNA VEZ ofreciéndose a sí mismo.
Y no para ofrecerse muchas veces a sí mismo, (como entra el sumo sacerdote en el santuario una vez cada año con la sangre ajena.)
Porque la ley teniendo una sombra de los bienes venideros, no la representación misma de las cosas, nunca puede hacer perfectos a los que se allegan por los mismos sacrificios que ofrecen continuamente cada año.
Pero en estos sacrificios cada año se hace la misma conmemoración de los pecados.
Así que, todo sacerdote se presenta cada día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;
Por la fe, Jacob muriéndose bendijo a cada uno de los hijos de José; y adoró estribando sobre la punta de su vara.
pero cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y cebado.
Y si el hermano o la hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conversad en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación,
sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder a cada uno que os demande razón de la esperanza que está en vosotros; y esto con mansedumbre y reverencia,
Cada uno según el don que ha recibido, adminístrelo a los otros, como buenos dispensadores de las diferentes gracias de Dios.
(porque este justo, con ver y oír, morando entre ellos, afligía cada día su alma justa con los hechos de aquellos injustos);
Recibiendo el galardón de su injusticia, ya que estiman por delicia poder gozar de deleites cada día. Estos son suciedades y manchas, los cuales comiendo con vosotros, juntamente se recrean en sus engaños;
y mataré a sus hijos con muerte; y todas las Iglesias sabrán que YO SOY el que escudriño los riñones y los corazones; y daré a cada uno de vosotros según sus obras.
Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor; y de dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día ni noche, diciendo: Santo, Santo, Santo el Señor Dios Todopoderoso, el que era, y que es, y que ha de venir.
Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro animales y los veinticuatro ancianos cayeron sobre sus rostros delante del Cordero, teniendo cada uno arpas, y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos;
Y descendió del cielo sobre los hombres un gran granizo cada piedra como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron de Dios por la plaga del granizo, porque su plaga fue hecha muy grande.
Y el mar dio los muertos que estaban en él; y la muerte y el Hades dieron los muertos que estaban en ellos; y fue hecho juicio de cada uno según sus obras.
Y las doce puertas son doce perlas, en cada una, una; cada puerta era de una perla. Y la plaza de la Ciudad era de oro puro como vidrio muy resplandeciente.
En el medio de la plaza de ella, y de un lado y del otro del río, el árbol de la vida, que lleva doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol son para la sanidad de los gentiles.
Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón está conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra.