'Cincuenta' en la Biblia
Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura y de treinta codos su altura.
Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.
Las aguas bajaron gradualmente de sobre la tierra, y al cabo de ciento cincuenta días, las aguas habían decrecido.
Y vivió Noé trescientos cincuenta años después del diluvio.
El total de los días de Noé fue de novecientos cincuenta años, y murió.
Tal vez haya cincuenta justos dentro de la ciudad; ¿en verdad {la} destruirás y no perdonarás el lugar por amor a los cincuenta justos que hay en ella?
Entonces el SEÑOR dijo: Si hallo en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo el lugar por consideración a ellos.
Tal vez falten cinco para los cincuenta justos, ¿destruirás por los cinco a toda la ciudad? Y El respondió: No {la} destruiré si hallo allí cuarenta y cinco.
Además, escogerás de entre todo el pueblo hombres capaces, temerosos de Dios, hombres veraces que aborrezcan las ganancias deshonestas, y {los} pondrás sobre el pueblo {como} jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez.
Y escogió Moisés hombres capaces de entre todo Israel, y los puso por cabezas del pueblo, {como} jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez.
Harás cincuenta lazos en la primera cortina, y harás cincuenta lazos en el borde de la cortina que está en el segundo enlace; los lazos se corresponderán unos a otros.
Harás además cincuenta broches de oro, y con los broches unirás las cortinas una a la otra, de manera que el tabernáculo sea una unidad.
Harás cincuenta lazos en el borde de la cortina del extremo del {primer} enlace, y cincuenta lazos en el borde de la cortina {del extremo del} segundo enlace.
Harás además cincuenta broches de bronce, y pondrás los broches en los lazos y unirás la tienda para que sea un todo.
{Para} el ancho del atrio en el lado occidental {habrá} cortinas de cincuenta codos {con} sus diez columnas y sus diez basas.
Y el ancho del atrio en el lado oriental {será} de cincuenta codos.
El largo del atrio {será} de cien codos, y el ancho de cincuenta por cada lado, y la altura cinco codos; {sus cortinas} de lino fino torcido, y sus basas de bronce.
Toma también de las especias más finas: de mirra fluida, quinientos {siclos;} de canela aromática, la mitad, doscientos cincuenta; y de caña aromática, doscientos cincuenta;
Hizo cincuenta lazos en una cortina, e hizo cincuenta lazos en el borde de la cortina que estaba en el segundo enlace; los lazos se correspondían unos a otros.
Hizo además cincuenta broches de oro, y unió las cortinas una a la otra con los broches, de manera que el tabernáculo llegó a ser una unidad.
Hizo cincuenta lazos en el borde de la cortina del extremo del {primer} enlace, y cincuenta lazos hizo en el borde de la cortina del {extremo del} segundo enlace.
Hizo además cincuenta broches de bronce para unir la tienda, a fin de que fuera un todo.
Por el lado occidental {había} cortinas de cincuenta codos {con} sus diez columnas y sus diez basas; los ganchos de las columnas y sus molduras {eran} de plata.
un becá por cabeza, o sea medio siclo, según el siclo del santuario, por cada uno de los que fueron contados de veinte años arriba, por {cada uno de los} seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
``Contaréis cincuenta días hasta el día siguiente al séptimo día de reposo; entonces presentaréis una ofrenda de espiga tierna al SEÑOR.
``Si tu valuación es de varón de veinte hasta sesenta años, entonces tu valuación será de cincuenta siclos de plata, según el siclo del santuario.
``También, si un hombre consagra al SEÑOR parte de las tierras de su propiedad, entonces tu valuación será en proporción a la semilla que se necesite para ella: cada homer de semilla de cebada a cincuenta siclos de plata.
los enumerados de la tribu de Simeón {fueron} cincuenta y nueve mil trescientos.
los enumerados de la tribu de Gad {fueron} cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta.
los enumerados de la tribu de Isacar {fueron} cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.
los enumerados de la tribu de Zabulón {fueron} cincuenta y siete mil cuatrocientos.
los enumerados de la tribu de Neftalí {fueron} cincuenta y tres mil cuatrocientos.
fueron seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
y su ejército, los enumerados, cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.
y su ejército, los enumerados, cincuenta y siete mil cuatrocientos.
y su ejército, los enumerados, cincuenta y nueve mil trescientos.
y su ejército, los enumerados, cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta.
El total de los enumerados del campamento de Rubén: ciento cincuenta y un mil cuatrocientos cincuenta, según sus ejércitos. Ellos partirán en segundo {lugar}.
y su ejército, los enumerados, cincuenta y tres mil cuatrocientos.
El total de los enumerados del campamento de Dan: ciento cincuenta y siete mil seiscientos. Ellos serán los últimos en partir, según sus banderas.
Estos son los enumerados de los hijos de Israel, por sus casas paternas; el total de los enumerados de los campamentos, según sus ejércitos: seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
de treinta años arriba hasta los cincuenta, todos los que se enlistan para servir en la tienda de reunión.
los contarás desde los treinta hasta los cincuenta años de edad; todos los que se enlisten para cumplir el servicio, para hacer la obra en la tienda de reunión.
los contarás desde los treinta hasta los cincuenta años de edad, todos los que se enlisten para servir en la tienda de reunión.
de treinta años en adelante hasta los cincuenta, todo el que se enlistó para servir en la tienda de reunión.
Y los enumerados por sus familias fueron dos mil setecientos cincuenta.
de treinta años en adelante hasta los cincuenta, todo el que se enlistó para servir en la tienda de reunión;
de treinta años en adelante hasta los cincuenta, todo el que se enlistó para servir en la tienda de reunión;
de treinta años en adelante hasta los cincuenta, todo el que podía enlistarse para servir y hacer el trabajo de transportar la tienda de reunión,
Pero a los cincuenta años se jubilarán de ejercer el ministerio, y no trabajarán más.
y se alzaron contra Moisés, junto con algunos de los hijos de Israel, doscientos cincuenta jefes de la congregación, escogidos en la asamblea, hombres de renombre.
Cada uno de vosotros tome su incensario y ponga incienso en él, y cada uno de vosotros traiga su incensario delante del SEÑOR, doscientos cincuenta incensarios; tú también, y Aarón, cada uno {traiga} su incensario.
Salió también fuego del SEÑOR y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso.
y la tierra abrió su boca y los tragó a ellos junto con Coré cuando aquel grupo murió, {y} cuando el fuego devoró a doscientos cincuenta hombres, y sirvieron de escarmiento.
Estas son las familias de Manasés, y los que fueron contados de ellas: cincuenta y dos mil setecientos.
Estas son las familias de los hijos de Aser según los que fueron contados en ellas: cincuenta y tres mil cuatrocientos.
Y de la mitad de los hijos de Israel tomarás uno de cada cincuenta, tanto de las personas como de los bueyes, de los asnos y de las ovejas, de cualquier animal, y los darás a los levitas que guardan el tabernáculo del SEÑOR.
Y de la mitad {del botín} de los hijos de Israel, Moisés tomó uno de cada cincuenta, tanto de hombres como de animales, y se los dio a los levitas, los cuales estaban encargados del tabernáculo del SEÑOR, tal como el SEÑOR había ordenado a Moisés.
Y el total del oro de la ofrenda que ellos ofrecieron al SEÑOR, de los capitanes de miles y de los capitanes de cientos, fue de dieciséis mil setecientos cincuenta siclos.
Entonces tomé a los principales de vuestras tribus, hombres sabios y expertos, y los nombré como dirigentes vuestros, jefes de mil, de cien, de cincuenta, y de diez, y oficiales para vuestras tribus.
entonces el hombre que se acostó con ella dará cincuenta {siclos} de plata al padre de la joven, y ella será su mujer porque la ha violado; no podrá despedirla en todos sus días.
cuando vi entre el botín un hermoso manto de Sinar y doscientos siclos de plata y una barra de oro de cincuenta siclos de peso, los codicié y los tomé; y he aquí, están escondidos en la tierra dentro de mi tienda con la plata debajo.
{El Señor} hirió a los hombres de Bet-semes porque habían mirado dentro del arca del SEÑOR. De todo el pueblo hirió a cincuenta mil setenta hombres, y el pueblo lloró porque el SEÑOR había herido al pueblo con gran mortandad.
Nombrará para su servicio comandantes de mil y de cincuenta, y {a otros} para labrar sus campos y recoger sus cosechas, y hacer sus armas de guerra y pertrechos para sus carros.
Aconteció después de esto que Absalón se hizo de un carro y caballos, y de cincuenta hombres que corrieran delante de él.
Pero el rey dijo a Arauna: No, sino que ciertamente por precio te {lo} compraré, pues no ofreceré al SEÑOR mi Dios holocausto que no me cueste nada. Y David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.
Entretanto Adonías, hijo de Haguit, se ensalzaba diciendo: Yo seré rey. Y preparó para sí carros y hombres de a caballo y cincuenta hombres que corrieran delante de él.
Edificó la casa del bosque del Líbano, de cien codos de largo, cincuenta codos de ancho y treinta codos de alto, sobre cuatro hileras de columnas de cedro con vigas de cedro sobre las columnas.
Hizo el pórtico de las columnas de cincuenta codos de largo y treinta codos de ancho, y {había otro} pórtico delante de ellas, con columnas y un umbral delante de ellas.
Estos {eran} los oficiales que {estaban} al frente de la obra de Salomón, quinientos cincuenta, quienes supervisaban al pueblo que hacía la obra.
Y se importaba un carro de Egipto por seiscientos {siclos} de plata, y un caballo por ciento cincuenta, y de la misma forma {los} exportaban a todos los reyes de los hititas y a los reyes de Aram.
pues sucedió que cuando Jezabel destruyó a los profetas del SEÑOR, Abdías tomó a cien profetas y los escondió de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los sustentó con pan y agua.)
¿No le han contado a mi señor lo que hice cuando Jezabel mató a los profetas del SEÑOR, que escondí a cien de los profetas del SEÑOR de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los sustenté con pan y agua?
Ahora pues, envía a reunir conmigo a todo Israel en el monte Carmelo, {junto} con cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y cuatrocientos profetas de la Asera que comen a la mesa de Jezabel.
Entonces Elías dijo al pueblo: Solo yo he quedado {como} profeta del SEÑOR, pero los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta hombres.
Entonces {el rey} envió a él un capitán de cincuenta con sus cincuenta {hombres.} Y {éste} subió a él, y he aquí, {Elías} estaba sentado en la cumbre del monte, y le dijo: Hombre de Dios, el rey dice: ``Desciende."
Respondió Elías y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy hombre de Dios, que descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta. Entonces descendió fuego del cielo, y lo consumió a él y a sus cincuenta.
De nuevo envió a él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta que {le} habló y le dijo: Hombre de Dios, así dice el rey: ``Desciende inmediatamente."
Y respondió Elías y les dijo: Si yo soy hombre de Dios, que descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta. Entonces el fuego de Dios descendió del cielo y lo consumió a él y a sus cincuenta.
De nuevo {el rey} le envió al tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta. Y cuando el tercer capitán de cincuenta subió, vino y se postró de rodillas delante de Elías y le rogó, diciéndole: Hombre de Dios, te ruego que mi vida y la vida de estos cincuenta siervos tuyos sean preciosas ante tus ojos.
He aquí que ha descendido fuego del cielo y ha consumido a los dos primeros capitanes de cincuenta con sus cincuenta; mas ahora, sea mi vida preciosa ante tus ojos.
Y cincuenta hombres de los hijos de los profetas fueron y se pararon frente {a ellos,} a lo lejos, mientras ellos dos se pararon junto al Jordán.
Y le dijeron: He aquí, ahora hay con tus siervos cincuenta hombres fuertes; te rogamos que los dejes ir a buscar a tu señor; tal vez el Espíritu del SEÑOR lo ha levantado y lo ha echado en algún monte o en algún valle. Y él dijo: No {los} enviéis.
Pero cuando le insistieron hasta la saciedad, dijo: Enviad{los.} Entonces enviaron cincuenta hombres; y buscaron durante tres días, pero no lo hallaron.
Pues a Joacaz no le había quedado del ejército más que cincuenta hombres de a caballo, diez carros y diez mil hombres de a pie, porque el rey de Aram los había destruido y los había hecho como polvo de trilla.
Tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén. El nombre de su madre {era} Jecolía, de Jerusalén.
Entonces Manahem exigió el dinero a Israel, a todos los ricos poderosos, de cada uno cincuenta siclos de plata para pagar al rey de Asiria. Y el rey de Asiria se volvió y no se detuvo allí en el país.
En el año cincuenta de Azarías, rey de Judá, Pekaía, hijo de Manahem, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, {y reinó} dos años.
Entonces su oficial, Peka, hijo de Remalías, conspiró contra él y lo hirió en Samaria, en la ciudadela de la casa del rey, {y también} a Argob y a Arie; y con él estaban cincuenta hombres de los hijos de los galaaditas. Y lo mató y reinó en su lugar.
En el año cincuenta y dos de Azarías, rey de Judá, Peka, hijo de Remalías, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, {y reinó} veinte años.
Manasés {tenía} doce años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén. El nombre de su madre {era} Hepsiba.
Y tomaron sus ganados: cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas, dos mil asnos; también cien mil hombres.
Y los hijos de Ulam eran hombres fuertes de {gran} valor, arqueros, y tuvieron muchos hijos y nietos, ciento cincuenta {en total.} Todos éstos {fueron} de los hijos de Benjamín.
y sus parientes, conforme a sus generaciones, novecientos cincuenta y seis. Todos estos {fueron} jefes de las {casas} paternas conforme a las casas de sus padres.
De Zabulón {había} cincuenta mil que salieron con el ejército, que podían ponerse en orden de batalla con toda clase de armas de guerra y que ayudaron a {David} sin doblez de corazón.
Y se importaba un carro de Egipto por seiscientos {siclos} de plata, y un caballo por ciento cincuenta, y de la misma manera {los} exportaban a todos los reyes de los hititas y a los reyes de Aram.
Y contó Salomón todos los extranjeros que {estaban} en la tierra de Israel, después del censo que su padre David había tomado; y se hallaron ciento cincuenta y tres mil seiscientos.
El peso de los clavos era {de} cincuenta siclos de oro. También revistió de oro los aposentos altos.
Y estos eran los principales oficiales del rey Salomón: doscientos cincuenta que gobernaban sobre el pueblo.