'Ciudad' en la Biblia
Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, y las selló con su anillo y las envió a los ancianos y a los principales que moraban en su ciudad con Nabot.
Y los de su ciudad, los ancianos y los principales que moraban en su ciudad, lo hicieron como Jezabel les mandó, conforme a lo escrito en las cartas que ella les había enviado.
Vinieron entonces los dos hombres, hijos de Belial, y se sentaron delante de él; aquellos hombres de Belial atestiguaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y lo sacaron fuera de la ciudad, y lo apedrearon con piedras, y murió.
El que de Acab fuere muerto en la ciudad, los perros le comerán; y el que fuere muerto en el campo, lo comerán las aves del cielo.
Entonces el rey de Israel dijo: Toma a Micaías, y llévalo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joas hijo del rey;
Y a la puesta del sol salió un pregón por el campamento, diciendo: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra!
Y durmió Josafat con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David su padre; y en su lugar reinó Joram su hijo.
Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí el asiento de esta ciudad es bueno, como mi señor ve; mas las aguas son malas, y la tierra enferma.
Después subió de allí a Bet-el; y subiendo por el camino, salieron los jóvenes de la ciudad, y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube! ¡calvo, sube!
Y heriréis a toda ciudad fortalecida y a toda villa escogida, y talaréis todo buen árbol, y cegaréis todas las fuentes de aguas, y destruiréis con piedras toda tierra fértil.
Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y cercaron la ciudad.
Y levantándose de mañana el que servía al varón de Dios, para salir, he aquí el ejército que tenía cercada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ay, señor mío! ¿qué haremos?
Y Eliseo les dijo: No es éste el camino, ni es ésta la ciudad; seguidme, que yo os guiaré al hombre que buscáis. Y los guió a Samaria.
Si hablaremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasémonos al ejército de los Sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.
Y vinieron, y dieron voces a los guardas de la puerta de la ciudad, y les declararon, diciendo: Nosotros fuimos al campamento de los sirios, y he aquí que no había allí hombre, ni voz de hombre, sino los caballos atados, los asnos atados, y el campamento como estaba.
Y se levantó el rey de noche, y dijo a sus siervos: Yo os declararé lo que nos han hecho los sirios. Ellos saben que tenemos hambre, y han salido de las tiendas y se han escondido en el campo, diciendo: Cuando hubieren salido de la ciudad, los tomaremos vivos, y entraremos en la ciudad.
Entonces respondió uno de sus siervos, y dijo: Tomen ahora cinco de los caballos que han quedado en la ciudad, (porque ellos también son como toda la multitud de Israel que ha quedado en ella; también ellos son como toda la multitud de Israel que ha perecido); y enviemos, y veamos qué hay.
El rey había puesto a cargo de la puerta de la ciudad al oficial real en cuyo brazo se apoyaba; pero el pueblo lo atropelló junto a la puerta y murió, tal como había dicho el hombre de Dios, el cual habló cuando el rey descendió a verlo.
Y durmió Joram con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David; y reinó en lugar suyo Ocozías, su hijo.
Pero se había vuelto el rey Joram a Jezreel, para curarse de las heridas que los sirios le habían hecho, peleando contra Hazael rey de Siria). Y Jehú dijo: Si es vuestra voluntad, ninguno escape de la ciudad, para ir a dar las nuevas en Jezreel.
Y sus siervos le llevaron en un carro a Jerusalén, y allá le sepultaron con sus padres, en su sepulcro en la ciudad de David.
Luego llegando estas letras a vosotros, los que tenéis los hijos de vuestro señor, y los que tenéis carros y gente de a caballo, y los que tenéis la munición y las armas de la ciudad,
Y el mayordomo, y el presidente de la ciudad, y los ancianos, y los ayos, enviaron a decir a Jehú: Siervos tuyos somos, y haremos todo lo que nos mandares; no elegiremos por rey a ninguno; mas tú harás lo que bien te pareciere.
El entonces les escribió la segunda vez diciendo: Si sois míos, y queréis escuchar mi voz, tomad las cabezas de los varones hijos de vuestro señor, y venid mañana a estas horas a mí a Jezreel. Y los hijos del rey, setenta varones, estaban con los principales de la ciudad, que los criaban.
Y después que acabaron ellos de hacer el holocausto, Jehú dijo a los de su guardia y a los capitanes: Entrad, y matadlos; que no escape ninguno. Y los hirieron a espada; y los dejaron tendidos los de la guardia y los capitanes, y fueron hasta la ciudad de la casa de Baal,
Y todo el pueblo de la tierra hizo alegrías, y la ciudad estuvo en reposo, habiendo sido Atalía muerta a espada junto a la casa del rey.
Porque Josacar hijo de Simeat, y Jozabad hijo de Somer, sus siervos, le hirieron, y murió. Y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David, y reinó en su lugar Amasías su hijo.
Lo trajeron luego sobre caballos, y lo sepultaron en Jerusalén con sus padres, en la ciudad de David.
Y durmió Azarías con sus padres, y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David; y reinó en su lugar Jotam su hijo.
Y durmió Jotam con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David su padre; y reinó en su lugar Acaz su hijo.
Y durmió el rey Acaz con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David; y reinó en su lugar Ezequías su hijo.
Mas cada nación se hizo sus dioses, y los pusieron en las casas de los lugares altos que habían hecho los de Samaria; cada nación en su ciudad donde habitaba.
Hirió también a los filisteos hasta Gaza y sus términos, desde las torres de las atalayas hasta la ciudad fortalecida.
Y no os haga Ezequías confiar en el SEÑOR, diciendo: De cierto nos librará el SEÑOR, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria.
¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena, y de Iva?
Por tanto, el SEÑOR dice así del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella escudo, ni será echado contra ella baluarte.
Por el camino que vino se volverá, y no entrará en esta ciudad, dice el SEÑOR.
Porque yo ampararé a esta ciudad para salvarla, por amor de mí, y por amor de David mi siervo.
Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor de mí, y por amor de David mi siervo.
Los demás hechos de Ezequías, y toda su valentía, y cómo hizo el estanque y el conducto, y metió las aguas en la ciudad, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
Entonces fué Hilcías el sacerdote, y Ahicam y Achbor y Saphán y Asaía, á Hulda profetisa, mujer de Sallum hijo de Ticva hijo de Araas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalem en la segunda parte de la ciudad, y hablaron con ella.
E hizo venir todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los lugares altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Gabaa hasta Beerseba; y derribó los lugares altos de las puertas y los que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad; y los que estaban a la mano izquierda, a la puerta de la ciudad.
Y después dijo: ¿Qué título es éste que veo? Y los de la ciudad le respondieron: Este es el sepulcro del varón de Dios que vino de Judá, y proclamó estas cosas que tú has hecho sobre el altar de Bet-el.
Y dijo el SEÑOR: También tengo que quitar de mi presencia a Judá, como quité a Israel, y tengo que rechazar a esta ciudad que había escogido, a Jerusalén, y a la Casa de la cual yo había dicho: Mi nombre será allí.
En aquel tiempo subieron los siervos de Nabucodonosor rey de Babilonia contra Jerusalén y la ciudad fue cercada.
Vino también Nabucodonosor rey de Babilonia contra la ciudad, cuando sus siervos la tenían cercada.
Y estuvo la ciudad cercada hasta el undécimo año del rey Sedequías.
A los nueve del mes prevaleció el hambre en la ciudad, y no hubo pan para el pueblo de la tierra.
Abierta ya la ciudad, huyeron de noche todos los hombres de guerra por el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto a los huertos del rey, estando los caldeos alrededor de la ciudad; y se fueron por el camino de la campiña.
Y a los del pueblo que habían quedado en la ciudad, y a los que se habían juntado al rey de Babilonia, y a los que habían quedado del vulgo, lo transportó Nabuzaradán, capitán de los de la guardia.
y de la ciudad tomó a un eunuco, el cual era prefecto sobre los hombres de guerra, y cinco varones de los continuos del rey, que se hallaron en la ciudad; y al escriba príncipe del ejército, que hacía la reseña de la gente de la tierra, con sesenta varones del pueblo de la tierra, que se hallaron en la ciudad.
Y éstos son los reyes que reinaron en la tierra de Edom, antes que reinara rey sobre los hijos de Israel. Bela, hijo de Beor; y el nombre de su ciudad fue Dinaba.
Muerto Husam, reinó en su lugar Hadad, hijo de Bedad, el cual hirió a Madián en la campaña de Moab; y el nombre de su ciudad fue Avit.
Y muerto Baal-hanán, reinó en su lugar Hadad. El nombre de su ciudad fue Pai; y el nombre de su mujer Mehetabel, hija de Matred, y ésta hija de Mezaab.
Y Estón engendró a Bet-rafa, a Paseah, y a Tehina, padre de la ciudad de Nahas; éstos son los varones de Reca.
Mas la tierra alrededor de la ciudad y sus aldeas se dieron a Caleb, hijo de Jefone.
Y a los hijos de Aarón dieron las ciudades de Judá, esto es, a Hebrón, la ciudad de refugio, además a Libna con sus ejidos, a Jatir y Estemoa con sus ejidos,
Y los moradores de Jebus dijeron a David: No entrarás acá. Mas David tomó la fortaleza de Sion, que es la ciudad de David.
Y David habitó en la fortaleza, y por esto la llamaron la ciudad de David.
Y edificó la ciudad alrededor, desde Millo alrededor; y Joab edificó el resto de la ciudad.
Y no trajo David el arca a su casa en la ciudad de David, sino la llevó a casa de Obed-edom geteo.
Hizo también casas para sí en la ciudad de David, y labró un lugar para el arca de Dios, y le tendió una tienda.
Y cuando el arca del pacto del SEÑOR llegó a la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, mirando por una ventana, vio al rey David que saltaba y bailaba; y le menospreció en su corazón.
Y los hijos de Amón salieron, y ordenaron su escuadrón a la entrada de la ciudad; y los reyes que habían venido, estaban por sí en el campo.
Entonces los hijos de Amón, viendo que los Sirios habían huido, huyeron también ellos delante de Abisai su hermano, y entraron en la ciudad. Y Joab se volvió a Jerusalén.
Y David tomó la corona de su rey de encima de su cabeza, y la halló de peso de un talento de oro, y había en ella piedras preciosas; y fue puesta sobre la cabeza de David.Y además de esto sacó de la ciudad un muy gran despojo.
Entonces Salomón juntó en Jerusalén a los ancianos de Israel, y todas las cabezas de las tribus, príncipes de las familias de los hijos de Israel, para que trajeran el arca del pacto del SEÑOR de la ciudad de David, que es Sion.
Desde el día que saqué mi pueblo de la tierra de Egipto, ninguna ciudad he elegido de todas las tribus de Israel para edificar casa donde estuviera mi Nombre, ni he escogido varón que fuera príncipe sobre mi pueblo Israel.
Si tu pueblo saliere a la guerra contra sus enemigos por el camino que tú los enviares, y oraren a ti hacia esta ciudad que tú elegiste, hacia la Casa que he edificado a tu Nombre,
si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda su alma en la tierra de su cautividad, donde los hubieren llevado cautivos, y oraren hacia su tierra que tú diste a sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la Casa que he edificado a tu Nombre;
Y pasó Salomón a la hija de Faraón, de la ciudad de David a la casa que él le había edificado; porque dijo entre sí: Mi mujer no morará en la casa de David rey de Israel, porque son lugares sagrados por haber entrado a ellas el arca del SEÑOR.
Y durmió Salomón con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David su padre; y reinó en su lugar Roboam su hijo.
Fortificado, pues, Roboam, reinó en Jerusalén; y era Roboam de cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén, ciudad que escogió el SEÑOR de todas las tribus de Israel, para poner en ella su Nombre. Y el nombre de su madre fue Naama, una amonita.
Y durmió Roboam con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David; y reinó en su lugar Abías su hijo.
Y durmió Abías con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David. Y reinó en su lugar su hijo Asa, en cuyos días reposó la tierra diez años.
Y una gente destruía a la otra, y una ciudad a otra; porque Dios los conturbó con toda clase de calamidades.
Y lo sepultaron en sus sepulcros que él había hecho para sí en la ciudad de David; y lo pusieron en una litera la cual llenaron de aromas y de olores hechos de obra de boticarios, y le hicieron una quema, una quema muy grande.
Entonces el rey de Israel dijo: Tomad a Micaías, y llevadlo a Amón, el gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del rey,
Puso jueces en el país en todas las ciudades fortificadas de Judá, ciudad por ciudad,
Y durmió Josafat con sus padres, y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David. Y reinó en su lugar Joram su hijo.
Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años, y reinó en Jerusalén ocho años; y se fue sin ser deseado. Y lo sepultaron en la ciudad de David, mas no en los sepulcros de los reyes.
Y todo el pueblo del país hizo alegrías; y la ciudad tuvo reposo; después que mataron a Atalía a espada.
Y lo sepultaron en la ciudad de David con los reyes, por cuanto había hecho bien con Israel, y para con Dios, y con su Casa.
Y yéndose de él los sirios, le dejaron en sus muchas enfermedades; y conspiraron contra él sus siervos a causa de la sangre de los hijos de Joiada el sacerdote, y le hirieron en su cama, y murió; y le sepultaron en la ciudad de David, mas no lo sepultaron en los sepulcros de los reyes.
Y lo trajeron en caballos, y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de Judá.
Y durmió Jotam con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David; y reinó en su lugar Acaz su hijo.
Y se levantaron los varones nombrados, y tomaron los cautivos, y vistieron del despojo a los que de ellos estaban desnudos; los vistieron y los calzaron, y les dieron de comer y de beber, y los ungieron, y condujeron en asnos a todos los flacos, y los llevaron hasta Jericó, la ciudad de las palmas, cerca de sus hermanos; y ellos volvieron a Samaria.
Y en cada ciudad de Judá hizo lugares altos para quemar incienso a otros dioses, y provocó a ira al SEÑOR, Dios de sus padres.
Y durmió Acaz con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de Jerusalén; mas no le metieron en los sepulcros de los reyes de Israel; y reinó en su lugar Ezequías su hijo.
Y levantándose de mañana el rey Ezequías reunió los principales de la ciudad, y subió a la Casa del SEÑOR.
Y así pasaban los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y Manasés, hasta Zabulón; mas ellos se reían y burlaban de ellos.
tuvo su consejo con sus príncipes y con sus valerosos, sobre cegar las fuentes de las aguas que estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron.
Se fortaleció, pues, Ezequías, y edificó todos los muros caídos, e hizo alzar las torres, y otro muro por fuera; fortificó además a Millo en la ciudad de David, e hizo muchas espadas y paveses.
Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, y los hizo reunir así en la plaza de la puerta de la ciudad, y les habló al corazón de ellos, diciendo:
Y clamaron a gran voz en judaico contra el pueblo de Jerusalén que estaba en los muros, para espantarlos y ponerles temor, para tomar la ciudad.
Este Ezequías tapó los manaderos de las aguas de Gihón la de arriba, y las encaminó abajo al occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequías en todo lo que hizo.
Después de esto edificó el muro de afuera de la ciudad de David, al occidente de Gihón en el valle, y a la entrada de la puerta del pescado, y cercó a Ofel, y lo alzó muy alto; y puso capitanes de ejército en todas las ciudades fuertes por Judá.
Asimismo quitó los dioses ajenos, y el ídolo de la Casa del SEÑOR, y todos los altares que había edificado en el monte de la Casa del SEÑOR y en Jerusalén, y los echó fuera de la ciudad.
A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra, y la Casa, envió a Safán hijo de Azalía, y a Maasías gobernador de la ciudad, y a Joa hijo de Joacaz, escritor de crónicas, para que repararan la Casa del SEÑOR su Dios.
Y éstos son los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, de la transmigración que Nabucodonosor rey de Babilonia hizo traspasar a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad;
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