'Digo' en la Biblia
Y dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros; y si ellos me preguntan: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé?
Entonces el SEÑOR habló a Moisés, diciendo: Yo soy el SEÑOR; di al Faraón rey de Egipto todas las cosas que yo te digo a ti.
Pero si en verdad obedeces su voz y haces todo lo que yo digo, entonces seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios.
``Ciertamente, alzo a los cielos mi mano, y digo: Como que vivo yo para siempre,
Y he aquí, enviaré al muchacho, {diciendo:} ``Ve, busca las saetas." Si digo claramente al muchacho: ``He aquí, las saetas están más acá de ti, tómalas", entonces ven porque hay seguridad para ti y no {habrá} mal, vive el SEÑOR.
Pero si digo al joven: ``He aquí, las saetas están más allá de ti", vete, porque el SEÑOR te ha enviado.
Entonces respondió uno de sus siervos, y dijo: Tomen ahora cinco de los caballos que han quedado en la ciudad, (he aquí, ellos son como toda la multitud de Israel que ha quedado en ella; he aquí, os digo que ellos son como toda la multitud de Israel que ha perecido); enviemos, y veamos qué hay.
Cuando estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré? Y mido la noche, y estoy harto de devaneos hasta el alba.
Cuando digo: Mi cama me consolará, mi cama atenuará mis quejas;
{Todo} es lo mismo, por tanto digo: ``El destruye al inocente y al malvado."
Si digo: Quiero olvidar mi queja, dejaré mi aburrimiento, y me esforzaré.
si digo al hoyo: ``Mi padre eres tú", y al gusano: ``Mi madre y mi hermana",
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, que lo visites?
Pero yo, oh SEÑOR, en ti confío; digo: Tú eres mi Dios.
Rebosa mi corazón palabra buena; yo digo en mis obras del Rey; mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.
Si digo: Mi pie ha resbalado, tu misericordia, oh SEÑOR, me sostendrá.
Mis ojos desfallecen {esperando} tu palabra, mientras digo: ¿Cuándo me consolarás?
Si digo: Ciertamente las tinieblas me envolverán, y la luz en torno mío será noche;
Si el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que el abortivo es mejor que él.
Yo digo: Guarda el mandato del rey por causa del juramento de Dios.
Hay otra vanidad que se hace sobre la tierra: que hay justos los cuales son pagados como si hicieran obras de impíos; y hay impíos, que son pagados como si hicieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad.
Por tanto digo: Apartad de mí la mirada, dejadme llorar amargamente; no tratéis de consolarme por la destrucción de la hija de mi pueblo.
Desde los confines de la tierra oímos cánticos: Gloria al Justo. Mas yo digo: ¡Pobre de mí! ¡Pobre de mí! ¡Ay de mí! Los pérfidos obran con perfidia, con mucha perfidia obran los pérfidos.
Digo, alegas tú, (empero palabras vanas) que tengo consejo y fortaleza para la guerra. Ahora bien, ¿en quién confías que te rebelas contra mí?
que despierta la palabra de su siervo, y que cumple el consejo de sus mensajeros; que digo a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Serán reedificadas, y sus ruinas levantaré;
que digo a lo profundo: Sécate, y tus ríos haré secar;
Que anuncio lo por venir desde el principio: y desde antiguamente, lo que aún no era hecho. Que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quisiere.
Pero si digo: No le recordaré ni hablaré más en su nombre, esto se convierte dentro de mí como fuego ardiente encerrado en mis huesos; hago esfuerzos por contener{lo}, y no puedo.
Pero Jeremías dijo: No te entregarán. Te ruego que escuches la voz del SEÑOR en lo que te digo, y te irá bien y vivirás.
Digo, pues: Ha perecido mi vigor, y mi esperanza {que venía} del SEÑOR.
Y el SEÑOR me dijo: Hijo de hombre, pon atención, mira con tus ojos y oye con tus oídos todo lo que te digo acerca de todos los estatutos de la casa del SEÑOR y acerca de todas sus leyes; y fíjate bien en cuanto a la entrada del templo {y} a todas las salidas del santuario.
En tu reino hay un varón, en el cual mora el espíritu de los dioses santos; y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como la sabiduría de los dioses; al cual tu padre el rey Nabucodonosor, digo, tu padre el rey, constituyó príncipe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos;