'Israelitas' en la Biblia
Y el Cananeo, el rey de Arad que habitaba en el Neguev (región del sur), en la tierra de Canaán, oyó de la llegada de los Israelitas.
``Habla a los Israelitas, y diles: `Cuando crucen el Jordán a la tierra de Canaán,
``Manda a los Israelitas y diles: `Cuando entren en la tierra de Canaán, ésta es la tierra que les tocará como herencia, la tierra de Canaán según sus fronteras.
Entonces Moisés dio órdenes a los Israelitas y les dijo: ``Esta es la tierra que repartirán por sorteo entre ustedes como posesión, la cual el SEÑOR ha ordenado dar a las nueve tribus y a la media tribu.
Estos son los que el SEÑOR mandó que repartieran la heredad a los Israelitas en la tierra de Canaán.
``Manda a los Israelitas que de la herencia de su posesión den a los Levitas ciudades en que puedan habitar; también darán a los Levitas tierras de pasto alrededor de las ciudades.
"En cuanto a las ciudades que darán de la posesión de los Israelitas, tomarán más del más grande y tomarán menos del más pequeño; cada uno dará algunas de sus ciudades a los Levitas en proporción a la posesión que herede."
``Habla a los Israelitas, y diles: `Cuando crucen el Jordán a la tierra de Canaán,
~`Estas seis ciudades serán por refugio para los Israelitas, y para el extranjero y para el peregrino entre ellos, para que huya allí cualquiera que sin intención mate a una persona.
~`Y no contaminarán la tierra en que ustedes viven, en medio de la cual Yo habito, pues Yo, el SEÑOR, habito en medio de los Israelitas.'"
Y los jefes {de las casas} paternas de la familia de los hijos de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de los hijos de José, se acercaron y hablaron ante Moisés y ante los jefes, las cabezas {de las casas} paternas de los Israelitas.
Y dijeron: ``El SEÑOR ordenó a mi señor dar la tierra por sorteo a los Israelitas por heredad, y el SEÑOR ordenó a mi señor dar la heredad de Zelofehad, nuestro hermano, a sus hijas.
"Pero si ellas se casan con alguien de los hijos de las {otras} tribus de los Israelitas, su heredad será quitada de la herencia de nuestros padres, y será añadida a la heredad de la tribu a la que ellos pertenezcan; y así será quitada de nuestra heredad.
"Y cuando llegue el jubileo de los Israelitas, entonces su heredad será añadida a la heredad de la tribu a la que ellos pertenezcan; así su heredad será quitada de la heredad de la tribu de nuestros padres."
Entonces Moisés ordenó a los Israelitas, conforme a la palabra del SEÑOR y dijo: ``La tribu de los hijos de José tiene razón en lo que dice.
"Así, ninguna heredad de los Israelitas será traspasada de tribu a tribu, pues los Israelitas retendrán cada uno la heredad de la tribu de sus padres.
"Y toda hija que entre en posesión de una heredad en alguna de las tribus de los Israelitas, se casará con alguien de la familia de la tribu de su padre, a fin de que los Israelitas posean cada uno la heredad de sus padres.
"De esta manera, ninguna heredad será traspasada de una tribu a otra tribu, pues las tribus de los Israelitas retendrán cada una su propia heredad."
Estos son los mandamientos y las ordenanzas que el SEÑOR dio a los Israelitas por medio de Moisés en las llanuras de Moab, junto al Jordán, {frente a} Jericó.
En el año cuarenta, el mes undécimo, el primer {día} del mes, Moisés habló a los Israelitas conforme a todo lo que el SEÑOR le había ordenado que les {diera,}
"En aquel tiempo yo les ordené a ustedes: `El SEÑOR su Dios les ha dado esta tierra para poseerla. Todos ustedes, hombres valientes, cruzarán armados delante de sus hermanos, los Israelitas.
Esta es, pues, la ley que Moisés puso delante de los Israelitas.
Estos son los testimonios, los estatutos y las ordenanzas que Moisés dio a los Israelitas cuando salieron de Egipto,
al otro lado del Jordán en el valle frente a Bet Peor, en la tierra de Sehón, rey de los Amorreos, que habitaba en Hesbón, a quien Moisés y los Israelitas derrotaron cuando salieron de Egipto.
(Después los Israelitas salieron de Beerot Bene Jaacán hacia Mosera. Allí murió Aarón y allí fue sepultado, y su hijo Eleazar ministró como sacerdote en su lugar.
``Ninguna mujer de Israel será ramera de culto pagano; tampoco ninguno de los Israelitas será sodomita de culto pagano.
``Si se encuentra a un hombre que haya secuestrado a alguien de sus hermanos de los Israelitas, y lo haya tratado con violencia, o lo haya vendido, entonces ese ladrón morirá. Así quitarás el mal de en medio de ti.
Estas son las palabras del pacto que el SEÑOR mandó a Moisés que hiciera con los Israelitas en la tierra de Moab, además del pacto que El había hecho con ellos en Horeb.
``Ahora pues, escriban este cántico para ustedes, y tú, enséñaselo a los Israelitas; ponlo en su boca, para que este cántico Me sea por testigo contra los Israelitas.
Y escribió Moisés este cántico aquel mismo día, y lo enseñó a los Israelitas.
Entonces el SEÑOR nombró a Josué, hijo de Nun, y {le} dijo: ``Sé fuerte y valiente, pues tú llevarás a los Israelitas a la tierra que les he jurado, y Yo estaré contigo."
Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia, Cuando separó los hijos del hombre, Fijó los límites de los pueblos Según el número de los Israelitas.
``Sube a estos montes de Abarim, al Monte Nebo, que está en la tierra de Moab frente a Jericó, y mira hacia la tierra de Canaán, la cual doy en posesión a los Israelitas.
porque ustedes Me fueron infieles en medio de los Israelitas en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin, porque no Me santificaron en medio de los Israelitas.
"Por tanto, sólo de lejos verás la tierra, pero no entrarás allí, a la tierra que doy a los Israelitas."
Esta es la bendición con la que Moisés, hombre de Dios, bendijo a los Israelitas antes de morir.
Los Israelitas lloraron a Moisés por treinta días en la llanura de Moab; así se cumplieron los días de llanto {y} duelo por Moisés.
Y Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los Israelitas le escucharon e hicieron tal como el SEÑOR había mandado a Moisés.
``Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora pues, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que Yo les doy a los Israelitas.
Pero le dieron {este} aviso al rey de Jericó: ``Unos hombres de los Israelitas han venido aquí esta noche para reconocer toda la tierra."
Josué se levantó muy de mañana; y él y todos los Israelitas salieron de Sitim y llegaron al Jordán. Allí acamparon antes de cruzar.
Entonces Josué dijo a los Israelitas: ``Acérquense y oigan las palabras del SEÑOR su Dios."
Josué llamó a los doce hombres que había señalado de entre los Israelitas, uno de cada tribu;
y Josué les dijo: ``Pasen delante del arca del SEÑOR su Dios al medio del Jordán, y alce cada uno una piedra sobre su hombro, de acuerdo con el número de las tribus de los Israelitas.
entonces les responderán: `Es que las aguas del Jordán quedaron cortadas delante del arca del pacto del SEÑOR. Cuando ésta pasó el Jordán, las aguas del Jordán quedaron cortadas.' Así que estas piedras servirán como recuerdo a los Israelitas para siempre."
Así lo hicieron los Israelitas, tal como Josué ordenó, y alzaron doce piedras de en medio del Jordán, como el SEÑOR dijo a Josué, según el número de las tribus de los Israelitas. Las llevaron consigo al lugar donde acamparon y allí las depositaron.
Los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés pasaron en orden de batalla delante de los Israelitas, tal como Moisés les había dicho.
Entonces habló a los Israelitas: ``Cuando sus hijos pregunten a sus padres el día de mañana: ` ¿Qué significan estas piedras?'
Cuando todos los reyes de los Amorreos que {estaban} al otro lado del Jordán hacia el occidente, y todos los reyes de los Cananeos que {estaban} junto al mar, oyeron cómo el SEÑOR había secado las aguas del Jordán delante de los Israelitas hasta que ellos habían pasado, sus corazones se acobardaron, y ya no había ánimo en ellos a causa de los Israelitas.
En aquel tiempo el SEÑOR dijo a Josué: ``Hazte cuchillos de pedernal y vuelve a hacer la circuncisión, por segunda vez, a los Israelitas."
Entonces Josué hizo cuchillos de pedernal y circuncidó a los Israelitas en la colina de Aralot.
Pues los Israelitas anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que pereció toda la nación, {es decir,} los hombres de guerra que salieron de Egipto, porque no escucharon la voz del SEÑOR. A ellos el SEÑOR les juró que no les permitiría ver la tierra que el SEÑOR había jurado a sus padres que nos daría, una tierra que mana leche y miel.
Estando los Israelitas acampados en Gilgal, celebraron la Pascua en la noche del día catorce del mes en los llanos de Jericó.
El maná cesó el día después que habían comido del producto de la tierra, y los Israelitas no tuvieron más maná, sino que comieron del producto de la tierra de Canaán durante aquel año.
Jericó estaba muy bien cerrada por miedo a los Israelitas. Nadie salía ni entraba.
Pero los Israelitas fueron infieles en cuanto a las cosas dedicadas al anatema (a la destrucción), porque Acán, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó de las cosas dedicadas al anatema. Entonces la ira del SEÑOR se encendió contra los Israelitas.
"No pueden, pues, los Israelitas hacer frente a sus enemigos. Vuelven la espalda delante de sus enemigos porque se han convertido en anatema. No estaré más con ustedes a menos que destruyan las cosas dedicadas al anatema de en medio de ustedes.
Los sacaron de la tienda y los llevaron a Josué y a todos los Israelitas, y los pusieron delante del SEÑOR.
tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado a los Israelitas, como está escrito en el Libro de la Ley de Moisés, un altar de piedras sin labrar, sobre las cuales nadie había alzado {herramienta} de hierro. Sobre él ofrecieron holocaustos al SEÑOR y sacrificaron ofrendas de paz.
Allí, sobre las piedras, Josué escribió una copia de la ley que Moisés había escrito, en presencia de los Israelitas.
Pero sucedió que después de tres días de haber hecho pacto con ellos, los Israelitas se enteraron de que eran vecinos y que habitaban en su tierra.
Entonces salieron los Israelitas, y al tercer día llegaron a sus ciudades. Sus ciudades {eran} Gabaón, Cafira, Beerot y Quiriat Jearim.
Los Israelitas no los mataron porque los jefes de la congregación les habían hecho un juramento por el SEÑOR, Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los jefes.
Y así hizo él con ellos, y los libró de las manos de los Israelitas, y {éstos} no los mataron.
``Suban a mí y ayúdenme, y ataquemos a Gabaón, porque ha hecho paz con Josué y con los Israelitas."
Mientras huían delante de Israel, {cuando} estaban en la bajada de Bet Horón, el SEÑOR arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca y murieron. Y {fueron} más los que murieron por las piedras del granizo que los que mataron a espada los Israelitas.
Entonces Josué habló al SEÑOR el día en que el SEÑOR entregó a los Amorreos delante de los Israelitas, y dijo en presencia de Israel: ``Sol, detente en Gabaón, Y {tú} luna, en el Valle de Ajalón."
Cuando Josué y los Israelitas terminaron de herirlos con gran matanza, hasta que fueron destruidos, y los sobrevivientes que de ellos quedaron habían entrado en las ciudades fortificadas,
todo el pueblo volvió en paz al campamento {y} a Josué en Maceda. Nadie profirió palabra alguna contra ninguno de los Israelitas.
Los Israelitas tomaron como botín todos los despojos de estas ciudades y el ganado; pero a los hombres hirieron a filo de espada hasta destruirlos. No dejaron a ninguno con vida.
No hubo ciudad que hiciera paz con los Israelitas, excepto los Heveos que vivían en Gabaón. De todas se apoderaron por la fuerza.
No quedaron Anaceos en la tierra de los Israelitas. Sólo quedaron algunos en Gaza, en Gat y en Asdod.
Estos son los reyes de la tierra a quienes los Israelitas derrotaron, y cuya tierra poseyeron al otro lado del Jordán, hacia el oriente, desde el Valle del Arnón hasta el Monte Hermón, y todo el Arabá hacia el oriente:
{A éstos} Moisés, siervo del SEÑOR, y los Israelitas los derrotaron; y Moisés, siervo del SEÑOR, dio su tierra en posesión a los Rubenitas, a los Gaditas y a la media tribu de Manasés.
Estos son los reyes de la tierra que Josué y los Israelitas derrotaron al otro lado del Jordán, hacia el occidente, desde Baal Gad en el Valle del Líbano hasta el Monte Halac que se levanta hacia Seir. Josué dio la tierra de estos reyes en posesión a las tribus de Israel según sus divisiones,
"A todos los habitantes de la región montañosa desde el Líbano hasta Misrefot Maim, a todos los Sidonios, yo los expulsaré de delante de los Israelitas. Solamente tú tienes que repartir la tierra por suerte a Israel como heredad tal como te he mandado.
Pero los Israelitas no desposeyeron a los Gesureos ni a los Maacateos. Así que Gesur y Maaca habitan en medio de Israel hasta hoy.
Entre los que mataron los Israelitas, también dieron muerte a espada al adivino Balaam, hijo de Beor.
Estos {son los territorios} que los Israelitas recibieron como heredad en la tierra de Canaán, los cuales les repartieron como heredad el sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun, y las cabezas de familias de las tribus de los Israelitas.
Tal como el SEÑOR había ordenado a Moisés, así hicieron los Israelitas, y repartieron la tierra.
Pero cuando los Israelitas se hicieron fuertes, sometieron a los Cananeos a trabajos forzados, aunque no los expulsaron totalmente.
Entonces toda la congregación de los Israelitas se reunió en Silo, y levantaron allí la tienda de reunión; y la tierra estaba sometida delante de ellos.
Quedaban siete tribus de los Israelitas que no habían recibido aún su heredad.
Dijo, pues, Josué a los Israelitas: `` ¿Hasta cuándo pospondrán el entrar a tomar posesión de la tierra que el SEÑOR, el Dios de sus padres, les ha dado?
Y Josué les echó suertes en Silo delante del SEÑOR, y allí Josué repartió la tierra a los Israelitas conforme a sus divisiones.
Cuando terminaron de repartir la tierra en heredad según sus límites, los Israelitas dieron heredad en medio de ellos a Josué, hijo de Nun.
Estas fueron las heredades que el sacerdote Eleazar, Josué, hijo de Nun, y los jefes de las casas de las tribus de los Israelitas repartieron por suertes en Silo, en presencia del SEÑOR, a la entrada de la tienda de reunión. Así terminaron de repartir la tierra.
``Diles a los Israelitas: `Designen las ciudades de refugio de las cuales les hablé por medio de Moisés,
Estas fueron las ciudades designadas para todos los Israelitas y para el extranjero que resida entre ellos, para que cualquiera que hubiera matado a cualquier persona sin intención, pudiera huir allí, y no muriera a mano del vengador de la sangre hasta que hubiera comparecido ante la congregación.
Entonces los jefes de las casas de los Levitas se acercaron al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los jefes de las casas de las tribus de los Israelitas,
Entonces los Israelitas dieron de su heredad a los Levitas estas ciudades con sus tierras de pasto, de acuerdo al mandato del SEÑOR.
Los Israelitas dieron por suerte a los Levitas estas ciudades con sus tierras de pasto, como el SEÑOR había ordenado por medio de Moisés.
Todas las ciudades de los Levitas en medio de la posesión de los Israelitas {fueron} cuarenta y ocho ciudades con sus tierras de pasto.
Entonces los Rubenitas y los Gaditas y la media tribu de Manasés, volvieron y se separaron de los Israelitas en Silo, que está en la tierra de Canaán, para ir a la tierra de Galaad, a la tierra de su posesión la cual ellos habían poseído, conforme al mandato del SEÑOR por medio de Moisés.
Y los Israelitas oyeron decir: ``Los Rubenitas, los Gaditas y la media tribu de Manasés han edificado un altar en el límite de la tierra de Canaán, en la región del Jordán, en el lado {que pertenece a} los Israelitas."
Cuando los Israelitas oyeron {esto,} toda la congregación de los Israelitas se reunió en Silo para subir a pelear contra ellos.
Entonces los Israelitas enviaron a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad, a Finees, hijo del sacerdote Eleazar,
Y Finees, hijo del sacerdote Eleazar, dijo a los Rubenitas, a los Gaditas y a la media tribu de Manasés: ``Hoy sabemos que el SEÑOR está en medio de nosotros, porque no han cometido esta infidelidad contra el SEÑOR. Ahora han librado a los Israelitas de la mano del SEÑOR."
Entonces Finees, hijo del sacerdote Eleazar, y los jefes, dejaron a los Rubenitas y a los Gaditas, y regresaron de la tierra de Galaad a la tierra de Canaán, a los Israelitas, y les dieron respuesta.
La respuesta agradó a los Israelitas. Estos bendijeron a Dios, y no hablaron más de subir a pelear contra ellos para destruir la tierra en que habitaban los Rubenitas y los Gaditas.