'Nuestros' en la Biblia
Y nuestros enemigos decían: ``No sabrán ni verán hasta que entremos en medio de ellos y los matemos y hagamos cesar la obra."
Sucedió que nuestros enemigos se enteraron que conocíamos {sus} propósitos y que Dios había desbaratado sus planes; entonces todos nosotros volvimos a la muralla, cada uno a su trabajo.
Había quienes decían: ``Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas somos muchos; por tanto, que se nos dé trigo para que comamos y vivamos."
Había {otros} que decían: ``Nosotros tenemos que empeñar nuestros campos, nuestras viñas y nuestras casas para conseguir grano, a causa del hambre."
También había {otros} que decían: ``Hemos pedido dinero prestado para el impuesto del rey {sobre} nuestros campos y nuestras viñas.
"Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, {y} nuestros hijos como sus hijos. Sin embargo, estamos obligando a nuestros hijos y a nuestras hijas a que sean esclavos, y {algunas} de nuestras hijas {ya} están sometidas a servidumbre, y no podemos hacer nada porque nuestros campos y nuestras viñas pertenecen a otros."
Y les dije: ``Nosotros, conforme a nuestras posibilidades, hemos redimido a nuestros hermanos Judíos que fueron vendidos a las naciones; y ahora, ¿venderían ustedes aun a sus hermanos para que sean vendidos a nosotros?" Ellos se quedaron callados y no hallaron respuesta que dar.
Cuando se les informó a Sanbalat, a Tobías, a Gesem el Arabe y a los demás enemigos nuestros que yo había reedificado la muralla y que no quedaba ninguna brecha en ella (aunque en aquel tiempo yo no había asentado todavía las hojas en las puertas),
Cuando se enteraron todos nuestros enemigos y {lo} vieron todas las naciones que {estaban} alrededor nuestro, decayó su ánimo; porque reconocieron que esta obra había sido hecha {con la ayuda} de nuestro Dios.
Tú viste la aflicción de nuestros padres en Egipto, Y escuchaste su clamor junto al Mar Rojo.
Pero ellos, nuestros padres, obraron con soberbia, Fueron tercos y no escucharon Tus mandamientos.
Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, poderoso y temible, que guardas el pacto y la misericordia, No parezca insignificante ante Ti toda la aflicción Que nos ha sobrevenido, a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres y a todo Tu pueblo, Desde los días de los reyes de Asiria hasta el día de hoy.
Nuestros reyes, nuestros jefes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no han observado Tu ley Ni han hecho caso a Tus mandamientos ni a Tus amonestaciones con que los amonestabas.
Por tanto, hoy somos esclavos, Y en cuanto a la tierra que diste a nuestros padres Para comer de sus frutos y de sus bienes, Ahora somos esclavos en ella.
Y su abundante fruto es para los reyes Que Tú pusiste sobre nosotros a causa de nuestros pecados, Los cuales dominan nuestros cuerpos Y nuestros ganados como les place, Y en gran angustia estamos.
A causa de todo esto, nosotros hacemos un pacto fiel por escrito; y en el documento sellado {están los nombres de} nuestros jefes, nuestros Levitas {y} nuestros sacerdotes."
y que no daremos nuestras hijas a los pueblos de la tierra ni tomaremos sus hijas para nuestros hijos.
y traer a la casa de nuestro Dios los primogénitos de nuestros hijos y de nuestros ganados como está escrito en la ley; los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas son para los sacerdotes que ministran en la casa de nuestro Dios.