'Propios' en la Biblia
``Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al occidente, al norte, al sur y al oriente, y míra{la} con tus propios ojos, porque tú no cruzarás este Jordán.
Pero vuestros propios ojos han visto toda la gran obra que el SEÑOR ha hecho.
De ninguna manera haréis lo que hacemos aquí hoy, que cada cual {hace} lo que le parece bien a sus propios ojos;
el que dijo de su padre y de su madre: ``No los conozco"; y no reconoció a sus hermanos, ni consideró a sus propios hijos, porque obedecieron tu palabra, y guardaron tu pacto.
``Pero cuando clamaron al SEÑOR, El puso tinieblas entre vosotros y los egipcios, e hizo venir sobre ellos el mar, que los cubrió; y vuestros propios ojos vieron lo que hice en Egipto. Y por mucho tiempo vivisteis en el desierto.
Y Samuel dijo: ¿No es verdad que aunque eras pequeño a tus propios ojos, fuiste {nombrado} jefe de las tribus de Israel y el SEÑOR te ungió rey sobre Israel?
Y aún seré menos estimado que esto, y seré humillado ante mis propios ojos, pero con las criadas de quienes has hablado, ante ellas seré honrado.
Y el oficial real en cuyo brazo se apoyaba el rey, respondió al hombre de Dios, y dijo: Mira, aunque el SEÑOR hiciera ventanas en los cielos, ¿podría suceder tal cosa? Entonces {Eliseo} dijo: He aquí, tú lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello.
Y el oficial real, había respondido al hombre de Dios, diciendo: Mira, aunque el SEÑOR hiciera ventanas en los cielos, ¿podría suceder tal cosa? Y {Eliseo} dijo: He aquí, tú lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello.
Pero cada nación continuó haciendo sus propios dioses, y los pusieron en las casas de los lugares altos que los samaritanos habían hecho, cada nación en las ciudades en que habitaban.
Pero el Rabsaces les dijo: ¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras {sólo} a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sentados en la muralla, {condenados} a comer sus propios excrementos y beber su propia orina con vosotros?
Y Jeroboam designó sus propios sacerdotes para los lugares altos, para los demonios, y para los becerros que él había hecho.
Por tanto vino la ira del SEÑOR contra Judá y Jerusalén, y El los hizo objeto de espanto, de horror y de burla, como {lo} veis con vuestros propios ojos.
También {designó} de sus {propios} bienes la porción del rey para los holocaustos, {es decir,} para los holocaustos de la mañana y de la tarde, y los holocaustos de los días de reposo, de las lunas nuevas y de las fiestas señaladas, como está escrito en la ley del SEÑOR.
Y el SEÑOR envió un ángel que destruyó a todo guerrero valiente, comandante y jefe en el campamento del rey de Asiria. Así regresó avergonzado a su propia tierra. Y cuando había entrado al templo de su dios, algunos de sus propios hijos lo mataron allí a espada.
``{Dios} no confía ni aún en sus propios siervos; y a sus ángeles atribuye errores.
aun así me hundirías en la fosa, y mis propios vestidos me aborrecerían.
Tu {propia} boca, y no yo, te condena, y tus {propios} labios testifican contra ti.
Porque es arrojado en la red por sus propios pies, y sobre mallas camina.
Mi aliento es odioso a mi mujer, y soy repugnante a mis propios hermanos.
Entonces estos tres hombres dejaron de responder a Job porque él era justo a sus propios ojos.
¿Quién puede discernir {sus propios} errores? Absuélveme de los {que me son} ocultos.
Porque en sus propios ojos {la transgresión} le engaña en cuanto a descubrir su iniquidad {y} aborrecer{la.}
No seas sabio a tus propios ojos, teme al SEÑOR y apártate del mal.
El camino del necio es recto a sus propios ojos, mas el que escucha consejos es sabio.
Todos los caminos del hombre son limpios ante sus propios ojos, pero el SEÑOR sondea los espíritus.
Responde al necio según su necedad, para que no sea sabio ante sus propios ojos.
El perezoso es más sabio ante sus propios ojos que siete que den una respuesta discreta.
El rico es sabio ante sus propios ojos, mas el pobre que es entendido, lo sondea.
¿Ay de los sabios a sus propios ojos e inteligentes ante sí mismos!
Pero el Rabsaces dijo: ¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras {sólo} a tu señor y a ti, {y} no a los hombres que están sentados en la muralla, {condenados} a comer sus propios excrementos y a beber su propia orina con vosotros?
Los que dan forma a un ídolo todos ellos son nada, y sus cosas más preciadas de nada sirven; aun sus propios testigos no ven ni entienden, por eso serán avergonzados.
¿Una voz! Tus centinelas alzan la voz, a una gritan de júbilo porque verán con sus propios ojos cuando el SEÑOR restaure a Sion.
Si por causa del día de reposo apartas tu pie para no hacer lo que te plazca en mi día santo, y llamas al día de reposo delicia, al {día} santo del SEÑOR, honorable, y lo honras, no siguiendo tus caminos, ni buscando tu placer, ni hablando de {tus propios} asuntos,
El que mata un buey {es como} el que mata a un hombre, el que sacrifica un cordero {como} el que desnuca un perro, el que presenta ofrenda de cereal {como el que ofrece} sangre de cerdo, el que quema incienso {como} el que bendice a un ídolo. Como ellos han escogido sus {propios} caminos, y su alma se deleita en sus abominaciones,
Mas ellos dirán: ``Es en vano; porque vamos a seguir nuestros propios planes, y cada uno de nosotros obrará conforme a la terquedad de su malvado corazón."
Y los sacerdotes y los profetas hablaron a los jefes y a todo el pueblo, diciendo: ¡Sentencia de muerte para este hombre!, porque ha profetizado contra esta ciudad, como habéis oído con vuestros propios oídos.
Las manos de mujeres compasivas cocieron a sus propios hijos, que les sirvieron de comida a causa de la destrucción de la hija de mi pueblo.
Inclina tu oído, Dios mío, y escucha. Abre tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual se invoca tu nombre; pues no es por nuestros propios méritos que presentamos nuestras súplicas delante de ti, sino por tu gran compasión.
Traspasaste con sus {propios} dardos la cabeza de sus guerreros que irrumpieron para dispersarnos; su regocijo {fue} como el de los que devoran en secreto a los oprimidos.
Los que las compran las matan y salen impunes, y el que las vende dice: `` ¿Bendito sea el SEÑOR, porque me he enriquecido!"; y ni sus propios pastores se compadecen de ellas.